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CRÍTICA

'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion', secuela atrevida, precisa e hilarante, consagra a Rian Johnson

La secuela del exitoso whodunit firmado por Johnson, es más paródica y ácida que la primera, una película de guion excelso que corona la cumbre del entretenimiento.

Berta F. Del Castillo
Por Berta F. Del Castillo Más 23 de Noviembre 2022 | 09:55
Creadora de contenido digital y periodista especializada en cine y series. Fan de 'Star Wars'.

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'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion', secuela atrevida, precisa e hilarante, consagra a Rian Johnson

Incidiendo sin vergüenza en la impunidad de los poderosos y logrando trascender con su representación de la experiencia colectiva resultante de la pandemia, 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion' alza a su creador, Rian Johnson, consagrándole como uno de los mejores directores y guionistas de nuestro tiempo. Más cómica, extrema, crítica con lo absurdo de la sociedad en que vivimos, incisiva, inaudita y única; esta secuela, que se estrena en cines el 23 de noviembre, durante tan solo una semana, y en Netflix el 23 de diciembre, no solo es digna sucesora de la original, sino que gustará más a gran parte de su público.

Ambientada cuando en España aún no habíamos empezado a salir del confinamiento, 'Puñales por la espalda 2' nos lleva a una excesiva mansión en Grecia de la mano de un repertorio de sospechosos a la altura del estelar reparto de la primera entrega. Edward Norton, Kate Hudson, Dave Bautista, Janelle Monáe, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr., Jessica Henwick y Madelyn Cline acompañan en este caso al Benoit Blanc de Daniel Craig, detective que vuelve a convertirse en el contrapunto a una protagonista femenina maltratada por su entorno. Con un sutil tono feminista y una crítica nada velada a la élite económica; la reunión de los 'disruptores', círculo íntimo de Miles, multimillonario tecnológico encarnado por Norton, se tuerce con un asesinato que desencadena la cascada de secretos, mentiras y motivaciones que sirven de caldo de cultivo para esos giros y más giros que esconde la trama.

 Daniel Craig en 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion'

La ex socia fundadora de Alpha, empresa que ahora es completamente de Miles, Andi Brand (Monáe); la actual gobernadora de Connecticut Claire Debella (Hahn); el científico de Alpha Lionel Toussaint (Odom Jr.); la diseñadora de moda y ex modelo Birdie Jay (Hudson) y su concienzuda asistente Peg (Henwick); y el influencer Duke Cody (Bautista) junto a su novia Whiskey (Cline), salen de su aislamiento para irse de fin de semana a la isla privada de Miles, rincón paradisiaco que es a la vez galería de las excentricidades de este millonetis. Precisamente a través de la puesta en escena, una ambientación marcadamente reivindicativa, se apuntala dicha crítica social con numerosos elementos escénicos que aportan a la parodia sacándole aún más punta. Igual que en 'Puñales por la espalda' encontrábamos un constante homenaje al misterio, aquí la reflexión es lo que brilla 'de fondo' en una localización tan medida como el libreto de esta secuela.

Sin duda el guión es lo mejor de esta película, líneas que bien podrían traducirse en una segunda nominación al Oscar al Mejor Guion Original, categoría que hiciese un hueco a 'Puñales por la espalda' en la edición 2020 de dichos premios. Johnson domina absolutamente el género convirtiéndose en su exponente máximo a través de un whodunnit excepcional. Primando el entretenimiento, este cineasta se las apaña para trazar una estimulante montaña rusa mientras siembra las pistas del caso y ridiculiza a ciertas figuras contemporáneas cuya esencia se destila al milímetro. El hombre blanco ofendidito representado en Duke es tan máximo exponente de dicha 'tendencia' como Birdie lo es de la famosa que no puede dejar de liarla en 'un mundo tan woke que no se puede decir nada'.

 Kate Hudson y Jessica Henwick en 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion'

Todos los personajes están medidos para convertirse en un reflejo fiel a la par que ridículo de los hijos más absurdos de nuestro tiempo. Pero no solo esto, además Johnson continúa con su cruzada en contra de los males sociales a través de la combinación de perfiles. Un buen ejemplo es la reflexión que nace de la unión de Birdie y Whiskey, dos mujeres que hablan del rechazo a la vejez y la fecha de caducidad asociada a las mujeres en general y a las profesionales de la industria en particular. Otro sería la balanza de poder compuesta por Miles y Andi, o la corrupción de perfiles tan opuestos como el científico y la política; el cielo es el límite para un Johnson que saca todo el partido posible a sus fichas, apuntalando las motivaciones de cada uno al mismo tiempo que retrata dicha denuncia.

Así el rango de condena a ciertas dinámicas detestables es mucho más amplio que aquel que viésemos en 'Puñales 1', película limitada al clasismo y rechazo a la inmigración con la que comparte cierto elemento esencial: en ambos films sus protagonistas sacan lo peor de si mismos en esa lucha por mantener un estatus al que no quieren renunciar. Más allá de esto hablamos de dos películas muy distintas. Craig las describe como propuestas completamente independientes dejando a un lado que su sabueso es el hilo conductor, y Johnson lo explica asegurando que su objetivo es seguir los pasos de la dama del misterio. Igual que Agatha Christie coquetease con todos los géneros para complementar cada una de sus intrigas, el mencionado cineasta se lanza a abrazar la apuesta por cierta variedad, marcando una personalidad propia de cara al desarrollo de esta prometedora saga.

 Edward Norton en 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion'

En cuanto a las interpretaciones, desde el paso de 'El misterio de Glass Onion' por los festivales de Toronto y Londres, Janelle Monáe ha acaparado la mayoría de los piropos dada la dificultad de su papel y cómo sostiene una ambigüedad esencial a lo largo de toda la cinta; pero cierta coprotagonista superaría con creces su saber hacer. Kate Hudson está absolutamente sublime. Su Birdie es única y magnética en la ridiculez que exige la acidez satírica que encierra el libreto, de hecho, se construye y desarrolla tan bien, que cuando el enfoque del film cambia ligeramente para acercarse a una resolución a la par que se aleja del humor individual; Hudson sigue arrancando carcajadas por su cuenta. Resulta fantástico e irónico que dicho personaje, ideado en torno al famoso sin sensibilidad ninguna, sea el que mejor diseñado está en cuanto al tono. Cada uno de los sospechosos de la película se perfila magistralmente, pero Birdie crece de manera inesperada en manos de Hudson. Junto a ella también merecen mención especial los cameos, breves apariciones esparcidas a lo largo del film con tanto gusto como gracia.

Dentro del apartado técnico hay que comentar el manejo de Johnson en lo que a la composición se refiere. Como sucediese con la primera entrega, 'El misterio de Glass Onion' presume de planos perfectamente diseñados en cuanto al peso interpretativo y la profundidad. Esta es ya una seña de identidad para dicho cineasta que siempre procura asegurarse de que en su imagen hay varios elementos que aportan peso y líneas de visión. Así los sospechosos se encargan de contribuir al misterio con sus expresiones, mientras cada instante se llena no solo de información sino de equilibrio. El propio director lo explicó en su día en un vídeo para Vanity Fair en el que analiza una secuencia asegurando que en sus planos siempre procura que "haya varias capas de personajes a los que mirar". El guion es de 10 pero Johnson también es un regalo como director, de ahí que sus propuestas funcionen de maravilla.

 Rian Johnson y Daniel Craig en 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion'

Nada que ocultar

El enfoque de Rian Johnson con 'El misterio de Glass Onion' invita a pensar que todo estaba planeado desde el principio. 'Puñales por la espalda' habría sido un éxito tan inesperado como accidental en tanto en cuanto el desarrollo de la película no parecía verse afectado por ninguna pretensión, ¿seguro? Ahora aquella primera entrega, en comparación a su secuela, parece buscar una contención premeditada. La ambientación clásica, el homenaje al género, la crítica velada, el elenco estelar y la forma de jugar con todos estos elementos, terminaron conquistando a un gran público. En aquella propuesta ya había pistas, por supuesto, de un carácter particular, una visión original deseando crecer más allá de las directrices básicas de los whodunnit. Aún así esto tan solo se intuía en el fondo de un misterio más modesto.

Por el contrario 'Puñales 2', se quita completamente la careta llevando dicha esencia a un punto nada disimulado. Los personajes son mucho más paródicos y el diálogo más afilado. Benoit abraza un poquito más sus particularidades y el argumento se ancla en dilemas aún más actuales y 'polémicos'. Todo más y con menos disimulo, como si una vez pegado el campanazo Johnson pudiera también pedir más a su público. Una mente más abierta en cuanto al enfoque de sus intrigas y una mirada más intensa que no pierda detalle. Por supuesto compensa, lo hace porque pocos cineastas actuales escriben como Johnson y porque todo lo que logra está sustentado en su objetivo máximo: entretener. Lo suyo es entretenimiento excelso, la cumbre del cine.

Nota: 9

Lo mejor: El guion, de principio a fin. Brillante.

Lo peor: Que no poner límites a su acidez pueda pasarle factura. Pide una mente abierta, lo que merece.