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CRÍTICA

'Falling': Viggo Mortensen debuta como director huyendo de las respuestas fáciles

Un hombre homosexual tiene que empezar a encargarse de su padre machista, racista y homófobo cuando este muestra sus primeras señales de senilidad. Mortensen dirige, escribe y compone la banda sonora.

Por Javier Pérez Martín 2 de Octubre 2020 | 09:00

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Viggo Mortensen es una estrella de Hollywood escurridiza. Ha sido nominado al Oscar por tres películas completamente distintas (el incómodo thriller 'Promesas del Este', la pequeña joya indie 'Captain Fantastic', el drama agradable, y algo facilón, 'Green Book'); ha protagonizado 'El Señor de los Anillos', una superproducción que marcaría a una generación como en su momento lo hizo 'Star Wars'; pero la mayoría de los proyectos en los que ha participado han sido de corte independiente, de autor, producciones internacionales alejadas de los grandes estudios estadounidenses. Aunque no se ha privado de estar en propuestas de género como 'La carretera', dejando siempre claro que lo importante para él es, digamos, la chicha de la historia y de sus personajes. También es pintor y músico, políglota y viajero, se ha instalado en España y no ha tenido miedo a posicionarse políticamente, como cuando un partido de ultraderecha utilizó a Aragorn como imagen y él les contestó definiéndose como "una persona interesada en la rica variedad de culturas e idiomas que existen en España y en el mundo".

'Falling' de Viggo Mortensen

Es claramente un individuo tan creativo y comprometido que cuesta creer que haya tardado unos 30 años desde que comenzó su carrera como actor en ponerse detrás de las cámaras. Pero por fin lo ha hecho con 'Falling', película que no solo dirige, escribe y protagoniza, sino que incluso firma su banda sonora. Teniendo en cuenta su implicación con el proyecto, podríamos esperar una historia muy personal y autobiográfica, pero parece que Mortensen escribió el guion levemente inspirado por los años que pasó cuidando a sus padres antes de que murieran.

Sí es la historia de un hijo, John (Mortensen), que tiene que cuidar a su padre, Willis (Lance Henriksen), un hombre agresivo, machista, racista y homófobo que empieza a mostrar signos de senilidad. Además, John es gay, algo que su padre critica o ridiculiza en cuanto tiene ocasión. Willis está en ese punto de la vida de un anciano en el que su violencia puede empezar a parecer inofensiva, incluso graciosa, pero por suerte Mortensen no pretende blanquear su comportamiento, como podría haber buscado una "crowd pleaser" como 'Green Book', de la que esta película podría ser una especie de secuela si no fuera porque el Mortensen guionista y director no busca contentar al público.

'Falling' de Viggo Mortensen

De hecho 'Falling' puede ser demasiado agria para según qué paladares. A quienes hayan sufrido a un padre como Willis, ver cómo John y los demás familiares ignoran y sufren en silencio sus exabruptos puede parecerles un reto frustrante y por momentos insoportable. Mortensen lo compensa volcando humanidad en el personaje y con una exploración cargada de empatía de su mente y su alma. Hay dos elementos claves en esto: la demoledora interpretación de Henriksen, que construye un hombre fastidioso pero vulnerable y perdido; y el montaje de Ronald Sanders, que sigue literalmente los caminos que Willis recorre con su mente. La propia estructura temporal de la película, que salta entre el presente y los flashbacks, está supeditada a lo que va recordando el anciano, mientras que hay escenas en las que su desorientación es representada con pequeños flashes que se cuelan entre lo que está ocurriendo.

En el pasado Willis está interpretado por Sverrir Gudnason ('Borg McEnroe'), un actor que podría estar elegido básicamente por su increíble parecido con Mortensen (hay algún momento de la película en el que el montaje nos ayuda a ver que John, al menos físicamente, es la viva imagen de su padre). Pero Gudnason, por suerte, también es capaz de mostrar las complejidades de un hombre que quiso a su manera a sus dos mujeres, pero también las maltrató (si no físicamente, que nosotros veamos, sí sometiéndolas a una constante tortura psicológica).

'Falling' de Viggo Mortensen

Fue tan traumática la infancia de John y su hermana pequeña bajo la agresividad y la ignorancia emocional de su padre que cuesta creerse a los dos adultos que han acabado siendo. John puede parecer una parodia del estadounidense progresista de clase alta: homosexual casado con un hombre de ascendencia oriental, enfermero y lleno de tatuajes (Terry Chen), tiene una foto de Obama en su nevera (la acción transcurre en 2008) y una hija adoptada latina a la que habla en español (como ejemplo de lo detallista que es Mortensen: su personaje habla español con acento estadounidense, a pesar de que él habla el idioma con fluidez). La hermana está interpretada por Laura Linney, a la que siempre es un placer ver, pero cuya presencia no aporta realmente nada sustancial a la historia.

Hay pequeños detalles que convierten a John en un ser humano complejo y no un robot de izquierdas: además de acabar estallando, obviamente, contra su padre en un clímax algo previsible, intuimos que ha tenido un problema con el alcohol porque no bebe. Lo intuimos porque 'Falling' se niega a sobreexponer, y de hecho parece más interesada en ir dejando pistas sobre la vida de Willis, el verdadero protagonista.

¿Somos algo más que los momentos que vivimos?

La lectura más fácil de 'Falling' sería catalogarla como una exploración de la masculinidad tóxica, pero el guion de Mortensen no subraya este tema en ningún momento: es simplemente una característica intrínseca del personaje del padre, como lo era de muchos de nuestros padres, pero es imposible reducirlo a ese diagnóstico. Tampoco pretende en ningún momento condenarle. Willis es un hombre que no sabe querer, no es capaz de gestionar las críticas y cree que su autoridad está por encima de todo; pero también puede ser cariñoso (con su nieta siempre lo es) y ama tanto la naturaleza que se le ve más tranquilo cuando se relaciona con ella.

'Falling' de Viggo Mortensen

Es esa búsqueda de la contradicción la que acaba desvelando el centro de 'Falling' y descubriéndonos a un Mortensen director que se aleja de sus maestros (Peter Jackson y David Cronenberg, quien hace un cameo aquí como médico) para acercarse a la poesía visual de Terence Davies y Terrence Malick, mostrándonos la parte más sosegada del alma de Willis cuando vemos a través de sus ojos un paisaje, la hoja de un árbol mecida por el viento, la mujer que amó a la luz de la luna. En esos pequeños momentos que se alejan de una propuesta tan tradicional como disfrutable, 'Falling' nos plantea una pregunta: ¿qué somos las personas sino una sucesión de los momentos que vivimos?

No hay respuestas fáciles en el debut de Mortensen; ni una redención para el padre ni una conclusión para el conflicto con su hijo. Como en la vida, hay rencor, hay deber, hay amor, y están todos ellos mezclados como las letras de un crucigrama en el que solo verás las palabras si las miras desde la perspectiva adecuada.

Nota: 7

Lo mejor: La empatía con la que nos introduce en la mente de ese padre tan fallido

Lo peor: Lo desaprovechada que está Laura Linney

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