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CRÍTICA

'Formentera Lady': Tócala otra vez, Pepe

José Sacristán interpreta a un viejo músico hippie en la ópera prima del actor Pau Durà.

Por Antonio Miguel Arenas Gamarra 1 de Julio 2018 | 18:23

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De un tiempo a esta parte, José Sacristán ha encontrado una segunda o tercera juventud rodeándose de cineastas muy jóvenes, en ocasiones noveles, que han visto en él a un referente capaz de sostener cualquier guion, pero también a un extraordinario actor dispuesto a enfrentarse a retos interpretativos. Primero fue David Trueba con 'Madrid 1987', pero después de ganar el Goya a mejor actor por 'El muerto y ser feliz' no ha parado de trabajar en cine y televisión, regalándonos algunos de los villanos castizos más memorables en 'Magical Girl' y 'Toro', o protagonizando one man shows como el que nos ocupa a sus 80 años.

Formentera Lady

La ópera prima del también actor Pau Durà parte de la honesta intención de reflejar qué ha sido de aquellos jóvenes que poblaron las islas baleares persiguiendo la música y el sueño hippie de los 70. El Samuel al que encarna José Sacristán fue uno de ellos, un perdedor que dejó marchar a su familia y consumió su vida sin más expectativa que la de tocar al día siguiente en un bar donde poder ahogar sus penas.

Evitando caer en la nostalgia o la idealización del pasado, interiorizando su soledad, Sacristán encarna con estoicismo a este Quijote sin molinos ni gigantes por los que pelear, al que conocemos en el momento que debe replantear sus prioridades. Subido a su viejo jeep o apoyado en la barra de un bar, en lugar de hacerse cargo de su nieto se evade de las responsabilidades de las que huyó toda la vida.

Pero por mucho que él se empeñe, y lejos de resultarnos antipático, el retrato del personaje consigue ser tierno y entrañable gracias a la mirada de las mujeres que le rodean. Un excelente reparto de secundarios femeninos que pese a su escasa presencia en el metraje iluminan la película. Su hija, sus antiguas parejas y amantes describen al personaje de Sacristán en su patetismo y nos descubren sus carencias afectivas sin necesidad de subrayados, gracias a la habilidad e inteligencia emocional de la dirección de actores de Durà.

¿Música, drogas y rock and roll?

Formentera Lady

Es una lástima que en lugar de apostar por una narrativa más libre, acorde a la actitud vital del protagonista y a los escenarios naturales que ofrece la isla, la película termine resultando fallida por la brusca acumulación de situaciones dramáticas y giros narrativos que, lejos de aportar la naturalidad que merecía y buscaba la propuesta, suenan a lugares comunes. Momentos como el incendio, la huida del nieto o la resolución del personaje de Nora Navas suenan a decisiones de escuela de guion, fuerzan la lógica interna de la historia y rompen cualquier atisbo de encanto o personalidad.

Del mismo modo, repleta de horribles planos de drone y de secuencias torpemente planificadas, la dirección de Pau Durà (que se guarda inexplicablemente un papelito) peca de bisoñez y no logra evocar el sentimiento de melancolía, de paraíso perdido, que sí consigue la actuación de Sacristán. Incluso resulta artificial cuando lo intenta, al recrear las imágenes familiares en Super 8. En cualquier caso, aunque 'Formentera Lady' nunca esté a la altura de su solo interpretativo, ver a Pepe tocarla otra vez siempre merecerá la pena.

Nota: 5

Lo mejor: Un José Sacristán que, como siempre, da el do de pecho. Y de banjo.

Lo peor: Su tono naif acaba cayendo torpemente en la manipulación emocional.

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