Hay algo en las óperas primas que fascina y es la posibilidad de ver a un cineasta en ciernes narrar una historia visceral y completamente libre. Al ser un primer intento, muchos de ellos aprovechan para hacer del debut una fascinante carta de presentación. Eso es lo que sucede con la publicista Azra Denis Okyay, la cual obtuvo el el Gran Premio de la Semana Internacional de la Crítica en la 77ª edición del Festival de Venecia con 'Ghosts', que llega ahora a salas españolas.
Habituado el público a los culebrones del país del Bósforo, su industria cinematográfica es bastante más opuesta, prueba de ello es la filmografía de Nuri Bilge Ceylan. Y es también el caso de la debutante Okyay, la cual trae un fascinante retrato del Estambul actual, un caleidoscopio en el que aprovecha para narrar las múltiples realidades que vive un país en constante conversación consigo mismo, en si ser más Occidente que Oriente. La directora realiza un ejercicio de resistencia, un alegato progresista, feminista y a favor de los derechos LGBT.
Y lo hace creando una historial coral en los suburbios de la antigua Constantinopla con un ritmo vertiginoso. Realmente, la película narra un solo día en ese barrio de extrarradio, suficiente para ver la rápida islamización del país liderado por Erdogan, en cómo un simple baile se convierte en una reivindicación feminista y de la libertad de las mujeres y en cómo el retroceso de los derechos sociales va en sintonía con el desarrollo económico neoliberal, en el que la especulación inmobiliaria y los fondos buitre buscan desheredar más -si cabe- a una población deprimida. Por otro lado, la cinta muestra cómo el país va convirtiéndose en una dictadura social, con helicópteros de policías y patrullas que parecen vigilar más a la ciudadanía que a los delincuentes.
Una ópera prima de una cineasta prometedora
Son muchos temas y Okay, la cual también firma el guion, busca que estén presentes dentro de una columna vertebral, que es Dilem, el personaje interpretado por Dilayda Günes. La actriz es un torbellino de acciones y emociones, ofreciendo una arrolladora interpretación. Su rebeldía reivindicativa representa a esa Turquía de resistencia, la que lucha por sus derechos. Cierto es que el filme es de carácter coral, pero ella es la que lidera, como si de la Marianne francesa se tratase.
Quizás toque esperar a un segundo largometraje para que Okyay ahonde en alguno de los muchos retales interesantes que tiene 'Ghosts'. No obstante, se trata de una ópera prima notable, que evoca a los inicios de Alejandro González Iñárritu, con secuencias que parecen herederas de 'Amores perros'. Un estupendo debut de una cineasta cuyo compromiso social la colocan como una de las grandes promesas de la cinematografía turca.
Nota: 7
Lo mejor: La escena de fiesta y canto en el apartamento, que muestra la unión de los derechos de las mujeres y del colectivo LGBT.
Lo peor: Su narración es caótica, lo que le exigirá al público un esfuerzo adicional.
