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CRÍTICA

'La fiesta de despedida': El valor de una vida digna

Después de pasar con rotundo éxito por la Seminci, la última película de los israelíes Tal Granit y Sharon Maymon llega a nuestras pantallas.

Por Daniel Lobato Fraile 13 de Abril 2015 | 10:46

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Desde la siempre incendiaria Israel nos llega una tragicomedia acerca de la libertad individual y el derecho a tener una vida y una muerte digna. Galardonada con la Espiga de Oro en la Seminci, la obra de Tal Granit y Sharon Maymon pone sobre la mesa el siempre delicado tema de la eutanasia desde una perspectiva muy humana que invita a la reflexión sin olvidar esa máxima de que los temas delicados entran mejor con un poquito de humor.

'La fiesta de despedida': El valor de una vida digna

'La fiesta de despedida' nos presenta a un grupo de personas de avanzada edad que afrontan la última etapa de sus vidas con la presencia permanente en sus seres cercanos de enfermedades como el alzheimer o el cáncer. Una situación ante la que deciden tomar diferentes posturas a favor o en contra de la muerte asistida y que van evolucionando y tomando diferentes matices a medida que va avanzando el metraje.

Este es quizás uno de los puntos más destacados de la película, la posición de los personajes no es rígida, está va cambiando según va afectándoles de una u otra forma. No hay blancos y negros, sino una escala de grises por la que van transitando con total naturalidad. Aunque la pareja de cineastas se posicione a su favor, el tratamiento que se hace de la eutanasia y todas sus connotaciones éticas se hace desde el más absoluto respeto, por lo que la posible polémica que pudiera acarrear su premisa (un grupo de ancianos cual Santa Compaña visitando a personas ya en estado terminal a las que ayudan a morir) queda relegada a un segundo plano. 'La fiesta de despedida' no habla tanto de la eutanasia en sí como de la propia dignidad de los protagonistas y de la aceptación de la muerte.

La película es muy dinámica, jugando muy bien con el difícil equilibrio del drama y la comedia, aportando momentos verdaderamente desternillantes y otros que apuntan directamente a nuestras emociones. El resultado es un film que trasciende el prejuicio (seamos honestos, ¿otra película sobre la eutanasia?) y enamora con su espontánea apuesta que además nos acerca a una sociedad israelita alejada de los conflictos con el pueblo palestino, que en el fondo no se diferencia tanto de la nuestra.

'La fiesta de despedida': El valor de una vida digna

Su quinteto protagonista, compuesto por Ze'ev Revah, Levana Finkelshtein, Aliza Rozen, Ilan Dar y Rafael Tabor trabaja de forma muy compacta, ofreciendo unas interpretaciones muy emotivas que saben llevar de forma notoria el continuo vaivén entre el drama y la comedia. Veteranos actores, muchos son grandes cómicos en su país de origen, con lo que verles desenvolverse tan bien en unos registros más sobrios resulta muy estimulante (quizás este matiz se puede perder en otros territorios, como el español, donde apenas se les conoce). Los directores Sharon Maymon y Tal Granit, utilizando una planificación más bien sencilla (con la excepción del interludio musical que se permiten antes de entrar en el más doloroso tercer acto), han centrado sus esfuerzo -con rotundo éxito- en el trabajo interpretativo para defender el libreto.

En la Seminci como en casa

Maymon y Granit, que habían presentado todos sus trabajos en el festival de Valladolid y que ya tenían una Espiga de Oro al mejor cortometraje lograron alzarse con un doble galardón en la última edición gracias a esta película. Así, el jurado alabó la propuesta gracias a su "maestría narrativa" y "la maravillosa interpretación" de su reparto. Además, las dos protagonistas femeninas, Levana Finkelshtein y Aliza Rozen, se hicieron ex aequo con el premio a mejor actriz por hacer "reír y llorar con sus interpretaciones". Una carta de presentación inmejorable para conquistar los corazones de toda aquella y aquel que quiera darle una oportunidad.

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