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CRÍTICA

'Las distancias': Todos somos unos amigos de mierda

La gran triunfadora del Festival de Málaga, 'Las distancias', se detiene en un grupo de amigos que ya son unos perfectos desconocidos para darnos en donde más nos duele: nosotros mismos.

Por Sandra Sánchez Guerra 7 de Septiembre 2018 | 12:18

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"¿Quién coño eres?". Es la pregunta que lanzamos a los demás cuando estamos en plena crisis y que, por supuesto, nos hacemos primero a nosotros mismos. Cuando no sabemos qué esperan los demás de nuestra persona, cuando ignoramos qué esperar de nuestro propio ser. Elena Trapé se "empeña" en retratar la realidad en 'Las distancias', una película en la que inevitablemente nos reconocemos en los personajes aunque no nos guste nada la idea de sentirnos identificados con personas tan, aparentemente egoístas como Comas.

Al igual que ya hiciera recientemente Elena Martín, otra joven catalana promesa de la dirección cinematográfica , en 'JJúlia ist', Trapé, que estuvo presente en 2010 en el Festival de San Sebastián con su opera prima, 'Blog', retrata en su segunda cinta las emociones extrañas que surgen de una experiencia en el extranjero cuando unos viejos amigos de la universidad viajan hasta Berlín para visitar por su 35 cumpleaños a un antiguo compañero y colega, interpretado por Miki Esparbé, que lleva un par de años viviendo en la capital alemana.

 'Las distancias'

Olivia (Alexandra Jiménez), una mujer embarazada de siete meses, convence a sus amigos para visitar por sorpresa a Comas (Esparbé). Con la excusa de volver a ponerse al día, ya que en Barcelona nunca sacan tiempo para verse, Olivia, Eloi (Bruno Sevilla), Guille (Isak Férriz) y Anna (María Ribera), la pareja de éste, se embarcan en un viaje al que nadie quiere ir o, mejor dicho, al que cada uno va por motivos bastante diferentes.

'Las distancias' es nuestro día a día y habla de nosotros, aunque no nos agrade. De cómo muchas veces nos tragamos las emociones para luego explotar y de cómo cambiamos, sintiéndonos incómodos y ajenos entre aquellos con los que teníamos tanta confianza y que ahora parecen no entendernos. Al fin y al cabo, Trapé recoge el paso hacia la madurez de este grupo de jóvenes que por el camino ha perdido la esperanza y se ha encontrado con la crisis, económica y personal. Es un retrato de amistades que se han marchitado de tan poco quererse y de cómo los caminos de aquellos que considerábamos almas gemelas se van alejado, sin informarnos, de nuestra vida. Por tanto, no extraña que fuera la gran ganadora del Festival de Málaga, haciéndose con la Biznaga de Oro a la Mejor Película Española, la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección y la Biznaga de Plata para Alexandra Jiménez ex aequo con Valeria Bertuccelli, la protagonista de 'La Reina del Miedo'.

 'Las distancias'

Con el apoyo de Isabel Coixet en la producción, hablamos de una película de personajes que apunta fielmente a la realidad, poniendo el foco en lo que se dice y lo que no de las relaciones, y en los ecos de cada personaje, que se van enfrentando en soledad a ellos mismos y a su "egoísta" naturaleza. Lo mejor que hace Elena Trapé es ir trabajando, poco a poco, el mal ambiente que se genera cuando no estamos a la altura de las circunstancias que se nos presentan por culpa de nuestra incapacidad emocional. Esto es algo que explota silenciosamente en el desenlace de la película, que no sucumbe a giros cinematográficos que suceden para salvar la situación y se mantiene leal al tono de lo que se persigue durante toda la trama.

Con unos espléndidos Alexandra Jiménez y Miki Esparbé a la cabeza, a medida que avanza 'Las distancias' indagamos en cada personaje que se enfrenta en solitario a la cámara. El largometraje de Trapé se calla las palabras en muchas ocasiones, y se adentra en el personaje para que sepamos de qué se está hablando y cuáles son las emociones que le recorren. Por eso es tan humana, ya que se molesta en retratar los "pecados" personales de cada uno y los reproches hacia los otros.

La ficción, como la realidad, duele

Cuenta Elena Trapé que hay algo de experiencias cercanas en 'Las distancias', así como su realidad idiomática está presente al combinar el castellano y el catalán como ambas lenguas con las que se expresan sus personajes dependiendo de a quién se dirigen. Algo que puede parecer extraño al ver la cinta, pero que sin duda está justificado. Al valor de la película se suma también la estética, que refleja el mundo interior de estos perfectos desconocidos, y el buen ojo que demuestra tener la directora al tomar el pulso a los personajes durante toda la trama.

 'Las distancias'

Termino con un párrafo "obligatorio" en el que defender películas más "introspectivas" de esas acusaciones que se vierten sobre ellas de que no pasa nada en todo el metraje. 'Las distancias' se merece que nos gastemos el dinero en verla por la dedicación de sus actores y actrices a estos protagonistas y, sobre todo, por que en contadas ocasiones, aunque cada vez se dé más, nos detenemos en un tema tan común, que nos toca a todos, y del que descubrimos que se pueden sacar grandes cosas cuando se plasma en la pantalla. Y que nos sirve en última instancia al espectador para "perdonarnos" un poquito nuestras propias tribulaciones.

Nota: 8

Lo mejor: La disección emocional que hace Elena Trapé de este grupo de amigos y que emprendan un viaje en solitario llegado un punto de la película.

Lo peor: Poco hay que reprocharle. Es perfecta en su definición y consigue calar y hacer que el espectador reflexione.