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CRÍTICA

'La mujer del espía': El amor interrumpido de un matrimonio

Crítica de 'La mujer del espía', thriller de época realizado y coescrito por Kiyoshi Kurosawa. Protagonizado por Yû Aoi e Issey Takahashi. Premio a la mejor dirección en el 77 Festival de Venecia.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Julio 2021 | 09:25
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Estrenada originalmente como película para televisión, 'La mujer del espía' tuvo una magnífica reconversión en largometraje para la gran pantalla, tanto es así que su relación de aspecto se amplificó y sus colores y fotografía se modificaron. Y el salto a los cines le viene de maravilla a esta nueva producción del ecléctico Kiyoshi Kurosawa. Cineasta de género que va ampliando sus horizontes en el séptimo arte, como con este thriller de espías de época, con el que se alzó con el premio a la mejor dirección en la 77ª edición del Festival de Venecia.

La mujer del espía

'La mujer del espía' emana aroma de cine clásico de época. Ambientada en Kobe, en 1940, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Issey Takahashi interpreta a Yusaku, el director de una compañía comercial, casado con Satoko (Yû Aoi), que viaja a Manchuria por negocios y allí descubre un terrible secreto nacional que podría llegar a cambiar el previsible estallido del conflicto bélico. Así comienza la premisa de un filme que, por un lado, rompe el tono de sus cintas predecesoras -'To the Ends of the Earth', 'Foreboding' y 'Before We Vanish'- pero por otro, mantiene esa línea de reflexión cinematográfica, en este caso con un concepto tan complejo como es el compromiso.

Una apasionante historia con inspiración del cine clásico

El compromiso es el principal pilar de 'La mujer del espía', con la que Kurosawa crea una cobertura de thriller de espía que funciona magníficamente en sus 115 minutos. El público estará completamente intrigado en este juego de espejos en los que la percepción depende del enfoque de cada personaje, el cual puede ser un narrador poco fiable, todo envuelto en una atmósfera clásica, con la que Kurosawa cuida cada detalle, desde el degradado color que le da un aspecto grisáceo que evoca a la convulsa época que retrata, así como con un cuidado diseño de producción y de vestuario, con el que invita a meterse de lleno en un filme que recuerda al Hollywood de los años dorados.

La mujer del espía

Kurosawa aborda la cuestión del espionaje y lo que significa el amor y el compromiso en todas sus facetas a través de la mirada del matrimonio conformado por Aoi y Takahashi. Ambos están magníficos, él sabe envolverse en un halo de misterio constante, no llegando a mostrar sus cartas en ningún momento, lo que provoca una constante intriga. Aunque la que brilla es ella. Aoi está espléndida, con un aire a Ingrid Bergman en 'Casablanca'. Su fuerza interior y su entrega le convierten en una heroína extraordinaria, de las que pocas veces se ven en el cine actual.

Yû Aoi, una heroína digna de Ingrid Bergman

Y es que ahí está la principal virtud de 'La mujer del espía', convertido ya en uno de los mejores títulos actuales del prolífico cineasta. Kurosawa rinde tributo a Orson Welles, a Alfred Hitchcock, a Michael Curtiz, pero también a Kenji Mizoguchi, al cine japonés clásico, con una historia que se atreve a adentrarse en el lado más incómodo de la historia contemporánea del país nipón, al mostrar cómo Japón va siendo absorbido por el fascismo y cómo va tornándose en el país que terminó siendo uno de los pilares del Eje. No obstante, Kurosawa lo lleva con tono mesurado, alejado de escenas de acción, de giros excesivamente enrevesados, de escenarios imposibles, dejándolo todo en la mirada de la pareja protagonista.

La mujer del espía

Cuesta creer que 'La mujer del espía' fuese concebido inicialmente como un telefilme. La conversión a largometraje para cines ha merecido mucho la pena, pues trae la majestuosidad de Kurosawa a la gran pantalla, permitiendo al público verse envuelto en este filme de espías fascinante e hipnótico, de esos que se disfruta como los grandes clásicos. Uno de los títulos imprescindibles de la pasada temporada de premios con el que, por fin, los espectadores podrán deleitarse.

Nota: 8

Lo mejor: Su tándem protagónico, espléndido. El detalle de cada escena, la delicadeza puesta en la fotografía, el cuidado del diseño de producción y de vestuario (también de peluquería). Su exquisita banda sonora.

Lo peor: Cuesta creer que haya sido pensada para televisión.

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