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CRÍTICA

'Nuestros mejores años': Vida de un grupo de amigos

Crítica de 'Nuestros mejores años', dirigida y coescrita por Gabriele Muccino. Protagonizada por Pierfrancesco Favino, Micaela Ramazzotti, Kim Rossi Stuart y Claudio Santamaria.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 11 de Diciembre 2020 | 09:20
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Tras obligar a una familia entera a mirarse cara a cara y decirse las verdades a calzón quitado con 'A casa tutti bene', Gabriele Muccino decide saltar de los conflictos familiares al de los amigos con 'Nuestros mejores años', en la que analiza la relación de una cuadrilla a lo largo de más de tres décadas, aprovechando también para plasmar cómo repercute el paso del tiempo en los ideales, la sociedad y el amor.

Una cinta que pone frente al espejo a cuatro protagonistas con sus errores y aciertos, en una propuesta con una mirada personal, en el que ambiente familiar destaca, sello propio de Muccino, quien firma el guion del filme junto con Paolo Costella. Aunque el enfoque sobre las relaciones familiares y sentimentales, así como también lo coral de sus protagonistas, es habitual en el cine del director, es imposible no pensar en que Muccino está haciendo una versión actualizada de 'Una mujer y tres hombres (Nos habíamos amado tanto)', la aclamada película con la que Ettore Scola hacía un repaso a la historia de todo un país a través de la mirada de un grupo de amigos.

Nuestros mejores años

Y la referencia a Scola está ahí dado que Muccino también tiene como protagonistas a tres varones y una mujer, interpretados esencialmente por Pierfrancesco Favino, Kim Rossi Stuart, Claudio Santamaria y Micaela Ramazzotti. Como si de una secuela espiritual se tratase -la cinta de Scola narra la vida de los cuatro amigos desde los años 40 hasta los 70-, Muccino comienza su trama a mediados de los 80 para terminarla en los albores del 2020.

Y en ese lapso de tiempo, siempre a través de la mirada de los cuatro amigos, Muccino retrata la Italia de los 80, la de los Años de plomo, en la que la estrategia de la tensión surtió efecto en una sociedad cristalizada por la Guerra Fría, que llegó a su final con la caída del Muro de Berlín, también presente en el filme; la de los 90, marcada por el proceso iniciado por el juez Andreotti -asesinado en 1992 por la Cosa Nostra- y que acabó derivando en una lucha de Estado contra la mafia; la de los 2000, en la que los atentados del 11 de septiembre en Nueva York volvieron a dejar una sociedad marcada por el miedo; la de los 2010, con los movimientos políticos populistas alzando la voz.

Nuestros mejores años

Contando cómo pasó. Un retrato honesto sobre la amistad en el paso del tiempo

Y en ese marco de tiempo, Muccino perfila muy bien la perspectiva de los protagonistas masculinos. Uno muestra la caída de los ideales a favor de un pragmatismo que acaba corrompiendo; otro el cómo continuar persiguiendo sueños de juventud termina derivando una mirada trasnochada; y otro en cómo apostar por un valor seguro terminando agriando un carácter. Pierfrancesco Favino -cuya carrera ha dado un impulso definitivo de prestigio en los últimos años-, Claudio Santamaria y Kim Rossi Stuart -que se quita su apariencia de galán para ofrecer una de las mejores interpretaciones de su carrera- brillan con un largometraje hecho para que los tres se enfrenten a un reto interpretativo. A su lado, una maravillosa Micaela Ramazzotti, a la que se le echa en falta más minutos en pantalla. En este sentido, se ve que Muccino no pierde su toque a la hora de ser director de actores.

Muccino consigue realizar una propuesta notable con 'Nuestros mejores años', al saber narrar el paso del tiempo a través de sus protagonistas, todos con diferentes perspectivas. Una propuesta con la que el cineasta sienta a aquellos mejores amigos frente al espejo, para mostrar tantos los errores como los aciertos, de manera honesta y sincera.

Nota: 7

Lo mejor: Lo bien construidos que están sus protagonistas masculinos.

Lo peor: La película no es más redonda porque olvida ahondar más en la complejidad de su protagonista femenina, que acaba siendo una comparsa de sus compañeros varones. No hubiera estado tampoco mal que hubiera habido más mujeres protagonistas.