Más de dos décadas después del inesperado éxito de 'Ponte en mi lugar', Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan regresan para repetir la fórmula del intercambio de cuerpos... pero con una vuelta de tuerca. 'Ponte en mi lugar de nuevo' se apoya con fuerza en la nostalgia, pero no se limita a repetir lo anterior: actualiza el concepto, se ríe de sí misma y ofrece una comedia tremendamente divertida.
La gran diferencia esta vez es que Anna (Lohan) no intercambia papeles con su madre Tessa (Curtis). En lugar de eso, se ve atrapada en el cuerpo de su hija adolescente Harper (Julia Butters), mientras que Tessa acaba en la piel de Lily (Sophia Hammons), la hija de la pareja de Anna. Este cambio de dinámicas permite explorar conflictos generacionales distintos y multiplicar el caos por partida doble.
Ganatra demuestra un gran instinto para la comedia coral, construyendo enredos paralelos que nunca se pisan y que mantienen un ritmo ágil. Aunque la mecánica del intercambio ya no recae en un objeto mágico, la película introduce un detonante más emocional, que refuerza los vínculos familiares sin renunciar a lo absurdo. Es una decisión que renueva el concepto y lo adapta al público actual.
Diversión multiplicada
El filme no tarda en lanzar guiños al pasado: desde referencias visuales y diálogos reciclados hasta la reaparición de personajes secundarios de la original que arrancan sonrisas cómplices. Los fans de la primera entrega se sentirán como en casa, ya que esta secuela no oculta en ningún momento su amor por la película de 2003. Rinde homenaje a películas clásicas y a iconos cinematográficos de los 80 y 90, integrando referencias que van desde 'Dirty Dancing' hasta comedias juveniles de culto.

Lo más destacable es, sin duda, el regreso de Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan, quienes están absolutamente desatadas. Cada vez que ambas están en pantalla, la película gana en ritmo, en carisma y en locura. Sus escenas juntas son las más memorables y su química sigue siendo impecable.
En comparación, las tramas adolescentes pierden algo de fuerza, aunque nunca aburren. Julia Butters y Sophia Hammons están geniales. A pesar de que sus personajes son menos explosivos, ambas actrices destacan por su frescura y su buena sincronía. Butters, en particular, demuestra una notable capacidad para el humor físico y las expresiones exageradas que exige este tipo de comedia. Hammons, por su parte, aporta adorable espontaneidad sosteniendo una enternecedora química con Curtis.
Actualización y autohomenaje
La dirección de Ganatra saca provecho del doble enredo, alternando hábilmente entre los dos frentes sin perder claridad. Además, imprime un estilo visual ligero y colorido que refuerza el tono optimista. Su experiencia en comedia le permite manejar el humor físico sin descuidar los momentos de ternura.

Quizá no tenga el impacto sorpresa de la primera, pero su combinación de humor, homenajes cinematográficos y nostalgia bien entendida la convierte en una comedia familiar redonda. Con su su espíritu juguetón, su reparto encantador y su respeto por el material original, es un acierto que, a pesar de las locuras, la película conserve un núcleo emocional coherente.
'Ponte en mi lugar de nuevo' es una secuela que entiende perfectamente lo que hizo especial a la original y lo actualiza con energía renovada. Muy divertida —realmente muy divertida—, sabe equilibrar la risa con la ternura y ofrecer un espectáculo ligero pero efectivo. Es el tipo de secuela que se disfruta en grupo, entre carcajadas, y que deja con ganas de seguir viendo a estos personajes en más enredos imposibles.
En el fondo, 'Ponte en mi lugar de nuevo' es una carta de amor a su propia historia. No tiene miedo de ser exagerada ni de entregarse por completo al absurdo, y eso la hace irresistiblemente entretenida. En un mar de secuelas que se toman demasiado en serio, esta apuesta por el humor desinhibido se agradece. Larga vida a las Coleman.
'Ponte en mi lugar de nuevo' se estrena en cines el 8 de agosto.