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CRÍTICA SEARCHING

'Searching', John Cho protagoniza el thriller millennial definitivo

Este viernes, se estrena #SearchingLaPelícula, el thriller millennial definitivo protagonizado por John Cho.

Por Jonathan Espino Aparicio 28 de Septiembre 2018 | 09:40

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Entras en el metro, da igual la hora, ¿y qué es lo primero que ves? Decenas de personas absorbidas por las pantallas de sus móviles. Lo mismo sucede por la calle, en los restaurantes o, en definitiva, cualquier lugar público al que te acerques. Las tecnologías se han apoderado de la sociedad y eso es algo que nadie puede negar. El cine ha dado buena cuenta de ello y cada vez introduce más recursos para plasmar este nuevo sistema de comunicación; sin embargo, en 2015, Levan Gabriadze realizó la notable 'Eliminado', cinta de terror en la que todo sucedía en las interfaces de Skype de un grupo de amigos.

Ahora, Aneesh Chaganty recoge el testigo y utiliza esta nueva forma de contar historias en 'Searching', un thriller en el que toda la acción sucede en el portátil de un padre que busca desesperadamente el paradero de su hija, es decir, como si fuéramos vouyeres de la red, lo único que podemos ver es lo que abarca el campo de la cam del portátil y todo el contenido que se sucede en la pantalla de dicho ordenador.

 Searching

Todo comienza cuando Margot se marcha a la universidad y, una noche, le dice a David, su padre, que pasará la madrugada con un grupo de estudio en casa de un compañero; sin embargo, a la mañana siguiente, no le devuelve las llamadas, ni los mensajes ni acude a clase. David comienza a llamar a sus amigos, a mover hilos pero descubre que su hija no es la persona que él creía y, ¿cómo puedes encontrar a un desconocido?

El descubrimiento de un nuevo subgénero

'Searching' tiene un arranque extraordinario, digno de la secuela más triste de 'Up': en solo unos minutos, nos cuenta el uso de las tecnologías de una familia que documenta todos sus recuerdos con una cámara, guardando los vídeos en un ordenador para la posteridad. Es rápido, con muchísima información, y de una forma muy ligera, inteligente, sin perder la esencia de la película y, de algún modo, mostrando las reglas de su juego y haciendo que nos preocupemos por los personajes en, prácticamente, dos momentos.

Después, el ritmo no decae: Margot desaparece y, tras presentar el gran interrogante de la película, se establece la siguiente cuestión que mueve la trama: ¿somos realmente las personas que decimos ser en las redes sociales? Es interesantísimo cómo la película ahonda en la sociedad actual, sobre todo, en la forma en la que los jóvenes se comunican, la facilidad con la que podemos ser engañados a través de la red y, en definitiva, cómo hemos ido construyendo poco a poco un mundo lleno de mentiras que hasta nosotros mismos nos creemos.

 Searching

Una divertida investigación policial

Una vez que damos a Margot por desaparecida, entra en juego la policía y, sorpresa, Debra Messing entra en escena; sin embargo, no creo que le haga ningún favor a la película. Es cierto que todos conocemos a John Cho pero, en este tipo de películas en las que, más que nunca, parece que observamos a unos extraños a través de un agujerito, creo que las caras conocidas tienden a despistar y, en mi caso, es lo que sucedió: no me la creí absolutamente nada en el papel de jefa de policía condecorada obsesionada con cerrar el caso.

Dejando a un lado este error de casting, 'Searching' presenta una investigación policial que mantiene sus cartas bien escondidas hasta un final que sorprende pero, quizá, por lo rocambolesco más que por lo plausible del giro; en cualquier caso, el camino es muy disfrutable, sufrido y con alguna que otra pincelada de humor muy acertada; además, John Cho mantiene la película de la forma más creíble posible y la suma de todo ello hace que, no sólo 'Searching' sea un muy buen entretenimiento sino que, quizá, abra la puerta definitivamente a una nueva forma de hacer cine.

NOTA: 8

LO MEJOR: el formato elegido para contar la historia y un John Cho perfecto.

LO PEOR: la elección de Debra Messing y un final un tanto descabellado.