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CRÍTICA

'Sex Education' Temporada 2: La revolución sexual

Crítica de la segunda temporada de 'Sex Education', la serie protagonizada por Asa Butterfield y Gillian Anderson disponible en Netflix a partir del 17 de enero.

Por Andrea Fuentes Ortuño 16 de Enero 2020 | 10:23

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Tenemos que hablar sobre 'Sex Education' porque probablemente sea una de las series más actuales, desternillantes y llena de mensajes repletos de valores humanos que te estás perdiendo dentro del inmenso catálogo que tiene Netflix.

El próximo 17 de enero se estrena su segunda temporada, que mejora incluso la calidad de la que partía con su temporada inicial. Una serie que, a simple vista, puede parecer que tiene una premisa simple (que la tiene, ojo) pero que indagando más allá de la superficie te puedes encontrar con más de una sorpresa.

Sex Education

La primera temporada se centraba en Otis (Asa Butterfield), un adolescente británico que es incapaz de masturbarse y que, junto a su mejor amigo Eric (Ncuti Gatwa), tratan que su paso por el instituto pase desapercibido a la misma vez que anhelan ser algo más que unos simples marginados. Su madre Jean, interpretada por la siempre magnífica Gillian Anderson, es una terapeuta sexual que tiene que lidiar tanto con sus propios demonios como con los de su hijo adolescente.

La vida de Otis pega un giro de 180º cuando la chica mala del instituto, Maeve Wiley (Emma Mackey), aparece en su vida y, tras ayudar a un compañero con un problema sexual, deciden crear una clínica dónde, a cambio de dinero, Otis comenzará a dar consejos sobre sexualidad gracias a todo el conocimiento que ha aprendido sobre la profesión de su madre.

Durante esa primera temporada conocimos a un más que interesante elenco secundario que, en esta nueva temporada, se convierten en protagonistas de sus propias historias, reflejando sus deseos y miedos durante los 8 episodios que dura la temporada. Aunque todos parten de personajes arquetipos básicos, como el del matón de instituto cuyo padre es el director, la chica rarita, la rubia aparentemente tonta o el deportista exitoso, sus miedos y deseos son reflejo de una sociedad marcada por los tabúes, la ignorancia y de la falta de libertad de expresión con la que adolescentes y no tan adolescentes vivimos alrededor del mundo.

Temas como la identidad sexual, complejos físicos, falta de autoestima, familias desestructuradas, la homofobia, abusos sexuales, fetichismos o trastornos psicológicos pueden encontrarse a lo largo del metraje de esta serie donde puedes pasar de estar riéndote con los múltiples gags que tiene a sobrecogerte con situaciones completamente desoladoras y reales.

En esta segunda temporada, Otis ha pasado de no poder masturbarse a hacerlo constantemente, haciendo incluso que peligre su relación con Ola (Patricia Allison). Además, un brote de Clamidia en el instituto provoca que se tomen medidas especiales sobre cómo se plantea la educación sexual en el centro. Será entonces cuando la junta pedirá a la doctora Jean Milburn que oriente tanto a alumnos como padres en el centro, saboteando los planes de la consulta de Maeve y Otis y, de paso, enfriando su relación.

Las chicas tienen algo que decir

Probablemente una de las mejores decisiones que se han podido tomar a la hora de enfocar esta segunda temporada haya sido la de darle mucho más protagonismo a los personajes femeninos de la serie, ya sea el grupo de adolescentes como los personajes adultos.

Sex Education

Temas como la masturbación femenina, que independientemente de que el Satisfayer haya hecho que esté en boca de todos, todavía sigue siendo un gran tabú o el acoso sexual constante al que las mujeres están sometidas en un sistema patriarcal que poco hace para condenar dichas conductas son algunos que resuenan con fuerza a lo largo de la temporada, ofreciéndonos un mensaje de sororidad que tan necesario es en los tiempos que corren.

El 17 de enero, en definitiva, tienes la posibilidad de reencontrarte (si ya has visto la primera temporada) con un gran placer culpable como es 'Sex Education' en Netflix, una serie que merece que estén en boca de todos.

Nota (de la segunda temporada): 9

Lo mejor: Una gran escena protagonizada por todas las chicas del elenco que da mucho que pensar.

Lo peor: Aún le queda un poco para ser una serie mucho más inclusiva, sobre todo a nivel de representación de colectivos.

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