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CRÍTICA

'El último soldado': Honrar a la memoria

Crítica de 'El último soldado', dirigida por Terry Loane y escrita por Kevin Fitzpatrick. Protagonizada por Pierce Brosnan, con John Amos, Clémence Poésy y Jürgen Prochnow.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 26 de Enero 2024 | 10:40
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'El último soldado'
Imagen de 'El último soldado' (Inopia Films)

El cine feel-good británico se prodiga de tanto en tanto en salas españolas. No de la misma manera que las producciones francesas, pero sí que demuestran saber cuál es su público objetivo. Desde que, en 2015, estrenase la aplaudida 'The Lady in the Van', han sido ya unas cuantas producciones las que han creado a un protagonista en su senectud. Ahora, es el turno de 'El último soldado', un film también inspirado en hechos reales en el que Pierce Brosnan se convierte en un nonagenario que decide reconciliarse con su pasado.

El último soldado

Terry Loane regresa a la gran pantalla y lo hace con una versión libre de la historia de Bernard Jordan, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que, a sus 89 años, se escapó de la residencia en la que vivía junto a su mujer para unirse a sus compañeros veteranos bélicos a la playa de Normandía, para conmemorar el desembarco que cambió el curso del conflicto y para honrar a aquellos compañeros que murieron en batalla. Con la adaptación real de esta historia pendiente de estreno en España, titulada 'La gran escapada' y cuyo lanzamiento en salas está previsto para el 26 de abril, Brosnan encarna una versión puramente de ficción.

La premisa, en este caso, se produce tras la muerte de la esposa del protagonista y con la complicidad de un amigo de la residencia. De carácter claramente feel-good, la cinta tiene un encanto positivo y que invita a vivir cada momento que da la vida. Brosnan sabe meterse en la piel de un hombre 20 años mayor que él. El actor irlandés ofrece una imagen alejada de la que acostumbra a ofrecer.

El último soldado

Sí, el film, cuyo guion escribe Kevin Fitzpatrick, logra transmitir el profundo peso que deja el llamado síndrome del superviviente, que afecta a aquellos que han vivido un evento traumático, como una guerra. La cinta plasma cómo este perdura en el tiempo y termina afectando a la salud de la persona. Desde ese lado, nada que objetar. Es más, se agradece que se hable de esta realidad, que sufren tanto los civiles que vivieron el conflicto bélico como los soldados que tuvieron que ir y enfrentarse a la batalla.

Entrañable, pero demasiado almibarada cinta feel-good

La cinta también muestra la bondad de los desconocidos, especialmente con las personas mayores. Ahora bien, tanto la escapada como el que el anciano sea ayudado por gente que se va encontrando por el camino recuerda mucho a otros títulos muy similares y recientes que han podido verse en salas comerciales, todos procedentes del Reino Unido.

El último soldado

Y es que esa premisa ya se vio en 'El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo', en la que Timothy Spall viajaba desde el norte de Escocia al sur de Inglaterra en distintos autobuses, y en 'El viaje de Harold', en la que Jim Broadbent recibe una carta de una antigua amiga y decide ir a visitarla a pie, lo que le lleva recorrerse casi todo el país de norte a sur. En todas estas propuestas, había una cuenta pendiente con el pasado que tocaba saldar.

Eso es lo que también toca 'El último soldado', en la que se ve que el síndrome del superviviente esconde también otros fantasmas del pasado. Sin embargo, tal y como le sucedían a las otras dos cintas mencionadas, a esta historia le falta garra y le sobra almíbar. Por supuesto, una persona mayor puede producir encanto, pero también es alguien que ha vivido y que tiene una gran mochila tras sus espaldas. La cinta huye de cualquier mirada más allá de lo encantador que es lo feel-good, no busca otra sensación que la de generar simpatía con el público.

Por supuesto, eso se puede hacer y, además, realizar una buena película. Sin embargo, el resultado final de 'El último soldado' es que se pasa de frenada con esas buenas intenciones, quedándose en una producción aceptable, pero que deja la misma sensación que ver a un grupo de jubilados jugando al bridge en un centro de día, transmite una entrañable sensación, pero poco más.

5
Lo mejor: La transformación de Pierce Brosnan en un nonagenario corriente. La forma de abordar el síndrome del superviviente.
Lo peor: Es una película tremendamente superficial y peca de buscar ser entrañable a toda costa.
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