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CRÍTICA

'La verdad': La mirada frente al espejo

Crítica de 'La verdad', dirigida y escrita por Hirokazu Kore-eda. Protagonizada por Catherine Deneuve y Juliette Binoche. Filme inaugural del 76º Festival de Venecia.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 24 de Diciembre 2019 | 08:30
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Es una obviedad decir que Hirokazu Kore-eda es uno de los directores japoneses más reconocidos de la generación actual. Junto con Naomi Kawase, es una de las figuras más innovadores de la industria de su país, al ofrecer una mirada inusual, alejada de los tópicos del cine nipón, con un sentido de autor excepcional. A diferencia de la realizadora de 'Aguas tranquilas' o 'Hacia la luz', el cineasta de 'Nuestra hermana pequeña' o 'Un asunto de familia' tiene una visión costumbrista, con la que ahora se enfrenta a su primer proyecto internacional con 'La verdad', filme inaugural de la 76ª edición del Festival de Cannes.

La verdad

Sorprendió que Kore-eda, mucho más habitual de Cannes, optase por llevar su debut fuera de su país a Venecia, un festival que en los últimos años ha estado demasiado 'absorbido' por la industria de Hollywood. Pero el cineasta vuelve a demostrar personalidad propia al realizar un filme no en Estados Unidos, sino en Francia, el país emblema del cine europeo, con la industria cinematográfica más potente del Viejo Continente. Para ello, tiene como protagonistas a dos grandes iconos del cine galo: Catherine Deneuve y Juliette Binoche.

El reto era muy grande y Kore-eda sale triunfando de este reto artístico con una historia en la que se ve el sello autoral del director de 'De tal padre, tal hijo'. Aunque, sin duda, lo que sorprende maravillosamente es cómo el cineasta se mimetiza con el carácter parisino y le dota de una mirada cotidiana interesante, puesto que muestra lo diario de la vida de una gran diva del cine. Aquí no hay miradas decadentes a lo Gloria Swanson en 'El crepúsculo de los dioses' o arribismos de actrices de la nueva generación, como 'Eva al desnudo'.

La cotidianidad de la vida familiar de una diva del cine francés

Lo que hay es una interesante relación entre madre e hija y, haciendo gala al título del filme, lo que significa la verdad entre seres queridos. El punto de partida es la publicación de las memorias de Fabienne, gran icono del séptimo arte, lo que provoca la llegada de Lumir, su hija guionista, que vive en Nueva York junto con su marido, un actor de segunda categoría, y su pequeña. Que nadie se deje engañar por el glamour de la Deneuve, ni por el set de rodaje o la entrevista de un periodista de un reconocido diario francés, 'La verdad' es una cinta de lo cotidiano dentro de este contexto, algo que pocas veces suele mostrarse en la gran pantalla, más habituada a hacer una crítica al sistema cinematográfico.

Es ahí donde reside el encanto del filme y se ve la firma clásica de Kore-eda. Pero no solo en eso, el cineasta, que también firma el guion, hace una interesante exploración de las relaciones familiares, en la que se desgranan los reproches guardados durante años, pese al cariño que existe, también los problemas e inseguridades de cada uno, especialmente en Lumir y su marido, un núcleo familiar desestructurado.

La verdad

Y en medio, dos grandes actrices. Binoche y Deneuve nunca habían trabajado juntas, con lo que verlas como madre e hija llamaba la atención por partida doble. Ambas tienen una forma completamente diferente de ver el cine, algo que se percibe en esta relación materno-filial. La protagonista de 'Los paraguas de Cherburgo' y 'Belle de jour' muestra su vis cómica con una mirada ácida y cínica, en la que se ríe del prejuicio que tiene el público de su famosa frialdad.

Es uno de los personajes más cálidos que ha interpretado la candidata al Oscar por 'Indochina', demostrando que a sus 76 años sigue teniendo la capacidad de asombrar. Cierto es que hay aspectos muy propios de la diva, como cuando considera que no hay ninguna actriz de su país que "le haya transmitido su ADN", pese haber sido influenciada por otras grandes como Danielle Darrieux, Simone Signoret o su propia hermana, la fallecida Françoise Dorléac, quien la impulsó para ser la Deneuve que todo el mundo conoce y que, por cierto, su legado aparece referenciado en el pasado de Fabienne.

Divino duelo interpretativo entre Deneuve y Binoche. Una reflexión sobre la verdad

Junto a ella está Binoche, diametralmente distinta. Con una visión del cine que difiere claramente, quizás por ser de dos generaciones posterior, puede verse cómo sus dos enfoques chocan, en un diálogo que queda muy bien retratado en la relación entre madre e hija. Una es un desastre, aprendiéndose los diálogos poco antes de comenzar a rodar, quizás por toda la carrera que tiene tras sus espaldas y por estar en un momento de su vida en el que no tiene que rendir cuentas a nadie; la otra es metódica, perfeccionista, sabiéndose profesional y queriendo que todos estén igual de comprometidos.

La verdad

En medio están los otros actores, con Ethan Hawke en un papel secundario interesante, aunque que completamente deslumbrado por ese duelo de actrices, en el que está la expresión más interesante de la verdad. Kore-eda recupera parte del espíritu de 'El tercer asesinato' para configurar un mensaje muy interesante acerca de la sinceridad. ¿Cuál la auténtica? Todas y ninguna, cada cual tiene su propia experiencia y los recuerdos, el pasado, son versiones de lo vivido. Al fin y al cabo, no existe verdad absoluta. Por otro lado, cabe mencionar la película que rueda Fabienne dentro del filme, un título de ciencia ficción en el que se ve la importancia de los lazos familiares, Kore-eda no deja nada al azar.

Kore-eda sobresale con su experiencia francesa, demostrando la universalidad de su mirada, capaz de trasladarse a una realidad social tan alejada de la clásica concepción de familia japonesa. A diferencia de Asghar Farhadi y sus fallidas experiencias europeas con 'El pasado' y 'Todos lo saben', el cineasta japonés demuestra una magnífica versatilidad a la hora de narrar una historia fuera de su zona de confort, con un cuidado guion, en el que el drama familiar se entremezcla con momentos de comedia, con escenas cotidianas como las de preparar pasta en casa. Un cuidado largometraje con el que Kore-eda vuelve a demostrar ser uno de los directores más solventes y constantes del cine actual. Merci, monsieur!

Nota: 9

Lo mejor: El duelo interpretativo entre Deneuve y Binoche, la reflexión sobre la verdad y el juego del cine dentro del cine.

Lo peor: Menospreciar su tono ligero, cuando precisamente ahí radica su fuerza.