Emmy 2017: Análisis de los seis nominados a Mejor Actor Protagonista de Comedia

Aunque el impacto que supuso su interpretación en el momento del estreno de 'Transparent' haya disminuido considerablemente temporada a temporada, siempre viene bien recordar la absoluta barbaridad de trabajo que está realizando Jeffrey Tambor desde 2014. Su Maura Pfeffermann es, fuera de toda discusión, una de las creaciones más memorables que ha dado la pequeña pantalla en la última década, y la mayor parte de culpa la tiene un actor que, desde el comienzo, se entrego a este salto mortal sin red aparente desde la honestidad más absoluta.

Capítulo a capítulo, la serie de Jill Soloway ha contado con el corazón y el talento de Tambor para crecer y crecer, consciente de tener al frente a un actor en permanente estado de gracia. Su triunfo en las dos últimas ediciones de los Emmy parece complicado que se repita, pero un premio para Tambor nunca sería algo injusto. Jamás.

Tras demostrar su talento para el género como secundario en, por poner el ejemplo más deslumbrante, la excelente 'Parks and Recreation', Aziz Ansari dio el salto en solitario a la pequeña pantalla creando, dirigiendo y escribiendo en 2015 una serie de marcado carácter autobiográfico y de alto nivel artístico: 'Master of none'. Una propuesta que con su primera temporada consiguió despertar tanta admiración como tirria en un conjunto de espectadores que, en muchos casos, no tuvieron la paciencia suficiente para entrar, o intentar entrar, en una historia en las que las carcajadas, las hay, se mezclaban desde la sutileza con esa parte de tristeza otoñal que siempre tiene el encontrarse uno mismo en territorio ajeno.

En definitiva, en 'Master of none' no se trata tanto, o solo, de lo que se cuenta, sino del modo, una teoría que la soberbia segunda temporada confirma a lo grande. Un premio Emmy en esta categoría serviría para poner la guinda a un pastel de diez episodios que ha supuesto todo un festín para los paladares televisivos más exquisitos. Ansari rozando con la punta de los dedos la perfección.

A Donald Glover le conocimos en 2009 y, desde entonces, no ha dejado de darnos alegrías. En la gran pantalla le hemos visto en películas como 'Marte (The Martian)' o 'Spider-Man: Homecoming', mientras que en la televisión ha participado en joyas de la talla de 'Girls' o 'Community', a las que se sumó en 2016 la brillante 'Atlanta'. Una propuesta de la que es creador y que ya le ha servido para ganar el Globo de Oro y el Critics Choice Awards a Mejor Actor Protagonista en Serie de Comedia, categoría de la que parte como favorito en los próximos Emmy 2017.

Teniendo en cuenta que su serie es una de las más evidentes rivales a batir, no es de extrañar que Glover suene como más que probable triunfador de una noche que puede confirmar a su 'Atlanta' como una de las propuestas más elegantes y redondas que ha dado el género en los últimos años. Si es que aún queda alguien que lo dude.

Mucho más acostumbrado a brillar en la sombra con personajes secundarios que jueguen el famoso papel de alivio cómico, Anthony Anderson ha encontrado con 'Black-ish' el trabajo de su vida. Y también ha entregado con 'Black-ish' el trabajo de su vida.

Dentro de una serie en permanente batalla por equilibrar el humor más blanco posible con la denuncia social más contundente, siempre decorada con ligeras dosis de azúcar que no terminan de empalagar, Anderson controla de manera mucho más eficaz de lo esperado el conjunto de tics y muecas que han caracterizado la mayoría de trabajos que le hemos visto en la gran pantalla, componiendo a un protagonista con matices y complejidad por encima de la media. No ganará, salvo sorpresa mayúscula capaz de romper todas las quinielas, pero los Emmy han tenido un cariñoso gesto de admiración hacia un actor en su mejor momento.

Ni los Emmy, ni los Satellite, ni los Globos de Oro, tan solo sus compañeros de profesión han premiado el trabajo de este gigante de la interpretación llamado William H. Macy en 'Shameless'. Una notable serie en la que el pesimismo funciona como vehículo esencial en la búsqueda de la carcajada y en la que su reparto se encarga de elevar incluso los diálogos más fallidos que comienzan a aparecer en las últimas temporadas.

Un conjunto de intérpretes que no tienen miedo ni vergüenza a la hora de meter las manos en la basura, de esconder la cabeza en medio de la suciedad y de sacar la fuerza de las mismísimas entrañas. En ese sentido, Macy, como ha ocurrido a lo largo de toda su carrera, se muestra implacable a la hora de conseguir un trabajo de primera categoría. Aún así, nos tememos que el mejor actor de todos los nominados volverá a casa una noche más sin el Emmy bajo el brazo. Pero con la cabeza bien alta.

La nominación más sorprendente de todas. Y, cuidado, no es porque nuestro querido y admirado Zach Galifianakis no se merezca todo tipo de reconocimientos, su talento le avala por completo en ese sentido, sino porque la serie a la que representa, 'Baskets', ha sido una de las grandes decepciones de la comedia televisiva en los últimos años.

No importa que el personaje al que interpreta tuviera todo el potencial del mundo para que el actor se luciera, algo que solamente consigue de manera muy puntal, el problema está en los guiones, siempre pretenciosos y empeñados en sorprender desde lo radical por encima de la nostalgia, el factor al que 'Baskets' debería acudir con mucha más insistencia. En cualquier caso, los Emmy suman a una estrella cinematográfica a la alfombra roja, situación que siempre suma de cara a la galería. Lástima que lo haga con Galifianakis, un actor que merecía algo mucho mejor que 'Baskets'.