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25 ANIVERSARIO

Oda a 'Entrevista con el vampiro', la genuina adaptación de la obra de Anne Rice

A veinticinco años de su estreno, recordamos 'Entrevista con el vampiro' y su trascendencia hacia la cultura popular a mediados de los noventa.

Por Javier Parra González 11 de Noviembre 2019 | 09:36

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El nihilismo y las crisis existencialistas que giran en torno a la figura del vampiro, han sido objeto de fascinación y una forma de humanizar a lo que antaño era considerado como uno de los grandes ejemplos de la galería de criaturas que componen el imaginario popular. Dentro de esa concepción del monstruo como algo más que un ser lujurioso y ávido de sangre humana, nos encontramos con su representación cual ser atormentado, algo que ya estaba presente en la obra de Bram Stoker, pese a que las primeras adaptaciones al cine de esta estuviesen más centradas en la naturaleza maligna del villano que en su psicología.

Entrevista con el vampiro

Tras haber visto a la más famosa encarnación del vampiro bajo los rostros de Max Schreck (en su más monstruosa naturaleza), Bela Lugosi, Christopher Lee y muchos otros intérpretes, sería Gary Oldman quien en su Drácula para la película de Francis Ford Coppola de 1992, mostraría esa personalidad cercana a la del personaje de una tragedia griega, sin dejar a un lado la vertiente oscura y malvada de este.

Un poco en la línea de esa plasmación del vampiro, Louis de Pointe du Lac y Lestat de Lioncourt llegaban de la mano de Neil Jordan y su 'Entrevista con el vampiro', donde nos contaban que la idealización de la vida eterna y la inmortalidad no eran cosas tan cool como el cine de vampiros de los ochenta se había preocupado tanto por demostrar con títulos como 'El ansia', 'Jóvenes ocultos', 'Noche de miedo' o 'Los viajeros de la noche'. Encarnados por Brad Pitt y Tom Cruise, las dos estrellas pasaron a ser parte de la cultura pop de forma instantánea no solo por representar al vampiro como máximo exponente del Romanticismo, sino por cierto subtexto homoerótico entre ambos personajes que por aquel entonces causó polémica, y el cual era mucho más claro en su origen que lo que nos intentaron obviar en Hollywood.

Entrevista con el vampiro

Estrenada dos años después de la soberbia 'Drácula de Bram Stoker' de Coppola, 'Entrevista con el vampiro' pasó a formar parte de aquella breve recuperación en los noventa de los clásicos arquetipos monstruosos que habían sido explotados hasta la saciedad en el cine. Su origen, sin embargo, no bebe de la tradición gótica ni de las leyendas que se hicieron populares y traspasaron fronteras, sino que nos encontramos con una base literaria que se remonta finales de los años sesenta del pasado siglo, cuando Anne Rice empezó a darle forma a través de un relato corto escrito entre 1968 y 1969.

Nacida en Nueva Orleans en 1941, el nombre de Rice lleva sonando desde hace décadas como el de una indudable maestra del terror y la fantasía, pasando a formar parte del selecto club de escritoras que sentaron cátedra en la línea de Mary Shelley, Shirley Jackson o Daphne du Maurier. Y como si de un propio cliché para con el momento de creación de una novela se tratase, el background que llevó a la autora a dar vida al vampiro Lestat y compañía es fruto de la tragedia. Criada en el seno de una familia católica, abrazaría el agnosticismo siendo adulta. Sería en 1970 cuando llegaba la terrible noticia que trastocó su vida: a su hija Michelle le diagnostican leucemia mieloide crónica y muere dos años después, con tan solo seis años. Sumergida en una brutal depresión y con el alcohol como una de sus pocas válvulas de escape de la triste realidad, será en la escritura donde Rice encuentre un válsamo con el que abrirse en canal y que le serviría para curar unas heridas que jamás acabarán de sanar del todo.

Entrevista con el vampiro

Alentada por una alumna de su marido que había leído el relato original, en 1973 la autora se centra en darle una nueva oportunidad a aquella historia. Será entonces cuando, en un tiempo récord de cinco semanas, escribe las más de trescientas páginas de 'Entrevista con el vampiro', cuya catarsis personal puede verse reflejada en el personaje de Claudia, claramente inspirado en su hija, a la que logrará dar vida eterna gracias a esa niña condenada a vivir para siempre, por culpa de la maldición que para ella acabará siendo su nueva condición de vampira inmortal.

Las puertas de las editoriales a las que estuvo llamando durante un tiempo, jamás se abrieron para ella. A punto de tirar la toalla y habiendo desarrollado un malsano trastorno obsesivo compulsivo para con la higiene (derivado de un temor inexplicable a los gérmenes), sería en 1976 cuando Rice vería publicada, al fin, su novela, cuyos derechos había comprado dos años antes Phyllis Seidel, quien pronto pasaría a ser su agente literario. Nacía así de cara a la galería Lestat, cuya historia daba origen a una de las sagas literarias sobre vampiros más ambiciosa de todos los tiempos: 'Crónicas vampíricas'.

Entrevista con el vampiro

Vampiros modernos

Ese mismo año, Rice conseguía un acuerdo para la adaptación de la novela al cine, siendo ella misma la encargada de escribir el guion, el cual acabaría frustrado cual development in hell, dejando a la escritora con las ganas de ver a Alain Delon en la piel de Louis, tal y como se había querido hacer en un primer momento. Tendrán que pasar casi veinte años hasta que llegue Neil Jordan y, con él, la adaptación que sufrió cierta autocensura dada la homofobia latente en el mundo de finales del pasado siglo.

Porque lo que en la película se nos presenta como una relación ambigua entre los dos vampiros protagonistas, en la novela de Rice estaba claro: Lestat es bisexual y no escatima a la hora de dejarse llevar por la lujuria, ya sea con hombres o mujeres. Suponemos que el Hollywood (y el mundo, seguramente) de 1994 no estaba preparado para ver a dos de sus estrellas convertidas en dos vampiros cuya relación iba más allá de la admiración y la amistad. Si además tenemos en cuenta la clara vocación mainstream de la película, podía ser un suicidio comercial el plantearla de esa manera. La propia Anne Rice llegó a reescribir el rol de Louis, convirtiéndolo en mujer por temor al puritanismo estadounidense. Y la persona que lo iba a interpretar no era otra que Cher, algo que hubiera elevado el nivel queer de la película hasta la estratosfera.

Entrevista con el vampiro

Del mismo modo en el que Oldman había conseguido traspasar fronteras y otorgar a su encarnación de Drácula una interesante lectura como pocas veces vista antes, los vampiros de Anne Rice se consagraban cual estandartes de una modernidad que venía siendo reclamada desde hacía años. Y el gran acierto del casting fichando al tándem formado por Cruise y Pitt, seguramente fuese dónde radicase gran parte del éxito de la película, sobre todo por el profundo calado que sus personajes y universo propio tuvieron en el imaginario popular. Junto a ellos, Kirsten Dunst, Antonio Banderas, Christian Slater y Stephen Rea fueron sus compañeros de viaje, quienes ayudaron a enriquecer el grandioso mundo creado por Rice, quien tardó una década en publicar la primera continuación de sus 'Crónicas Vampíricas', las cuales llevan a día de hoy un total de trece novelas.

En 2002 y de forma algo tardía, llegaba la nada desdeñable 'La reina de los condenados', nueva incursión en el universo de Rice, la cual condensaba las dos novelas que siguieron a la primera, 'Lestat, el vampiro' y 'La reina de los condenados', y en la que Stuart Townsend le tomaba el testigo a Tom Cruise como Lestat, acompañado aquí de la reina vampira Akasha, a quien encarnó Aaliyah. Por desgracia, el título acabaría trascendiendo más por el morbo que provocó al ver en pantalla a la actriz y cantante, fallecida tras el rodaje de la película.

Siendo conscientes de que la recuperación de la nostalgia es algo que está a la orden del día, y teniendo en cuenta la mina de ideas que supone el hecho de tener publicado todo el universo ficticio que ideó Rice, cuesta entender porqué aún no se ha dado luz verde a seguir dándole forma cinematográfica, pues si hay algo que queda claro que nunca pasará de moda, son los vampiros.