10 razones para reivindicar 'Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' como la obra maestra que siempre ha sido

Lo que viene siendo llegar y besar el santo. 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' se inician con unos títulos de crédito que valen por sí mismos el precio de la entrada, la compra de la película en físico y hasta la mensualidad de cualquier plataforma. Una preciosidad que conquista el corazón de las personas que han crecido devorando las aventuras del joven reportero y que se acompañan con la sonrisa instalada en el rostro.

El mismo año, 2011, John Williams firmó dos de sus mejores bandas sonoras del siglo XXI: 'War Horse (Caballo de batalla)' y la que nos ocupa, 'Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio'. Una maravilla repleta de encanto, intriga y su omnipresente épica que termina de explotar en uno de esos temas principales marca de la legendaria casa. Una delicia para saborear de la primera a la última nota.

Cualquier halago se quedará corto. Es lo que tiene lo asombroso que, al final, ni siquiera merece la pena tratar de describirlo, sino disfrutarlo detalle a detalle, segundo a segundo y plano a plano. Y es que, la animación de 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' es prodigiosa en lo estrictamente formal y está aprovechada de forma modélica, logrando una fascinación total por parte del público. Ni una pizca de óxido ha sumado con el paso de los años tras su estreno. La magia del mejor cine. Y de la mejor animación.

Hay varias escenas inolvidables en 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio', luego iremos a ESA en la que estáis pensando, pero conviene reivindicar uno de esos momentos de cine en estado puro. Vibración constante, emoción a raudales, espectacularidad manejada desde el equilibrio, virtuosismo de mandíbula desencajada y la fuerza exacta de un huracán visual dispuesto a permanecer en la memoria. Así se podría definir el flashback pirata de Haddock, una pequeña gran joya dentro de una obra maestra.

No leeréis aquí eso de que 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' es la cuarta entrega de Indiana Jones que todos esperábamos porque, bueno, todavía quedamos en pie defensores de 'Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal'. Pocos, sí, pero inquebrantables. Sin embargo, está claro que el sentido de la aventura que recorre esta maravilla tiene mucho del inolvidable arqueólogo, ejemplo siempre infalible a la hora de celebrar este género cinematográfico. Aventura con mayúscula.

Si sobre el papel ya es un personaje realmente memorable, el capitán Haddock que tenemos la enorme suerte de disfrutar en 'Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' está a la altura. Su complejidad psicológica, su profundidad dramática, su brillante comicidad y, por supuesto, su explosiva química con Tintín están más que presentes en una película que le da el espacio merecido a una de esas creaciones que se han ganado la etiqueta de históricas sin opción a la réplica.

Son muchos y variados, pero todos y cada uno de los personajes que conforman esta impresionante 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' son presentados con la maestría característica de su responsable (Steven Spielberg) y el carisma incomparable con el que fueron dibujados. Las piezas del tablero aparecen en pantalla de manera sorprendente, divertida y cautivadora, aportando la fuerza dramática o el alivio cómico que la historia necesita a la perfección. Otro logro más.

Uno de los personajes más maravillosos y celebrados de la historia del cómic. Un aventurero que inició a millones de personas en el precioso mundo de la lectura. Un héroe con el que te podías sentir identificado al instante, convirtiéndose tanto en un referente como en un chaval al que te gustaría tener de amigo. Tintín es una creación única e incomparable y esta obra maestra de Steven Spielberg le hace justicia.

Ivan Ivanovitch Sakharine. Pelos de punta. Si 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio' resulta tan irresistible es gracias, también, a su villano. Un enemigo que hiela la sangre cuando aparece en pantalla, del que siempre quieres saber más, que convierte cada una de sus escenas en monumento al misterio y que, por momentos, hasta consigue eclipsar a los héroes de la historia. Un grandísimo personaje.

Si la habéis visto, ya sabéis del prodigio del que estamos hablando. En el caso contrario, dejad inmediatamente de leer y salir pitando a disfrutar de una de las escenas de acción más increíbles, arrolladoras, imaginativas y espectaculares de la carrera de Steven Spielberg. Es decir, de la historia del cine.

La joya de esta inmejorable corona cinematográfica llamada 'Las Aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio'.