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CRÏTICA SITGES 2008

'The moss', retrato social

A pesar de su primera imagen de thriller policial, 'The moss' se nos revela como un retrato social del barrio marginal de Shan Sui Po.

Por Óscar Martínez 16 de Octubre 2008 | 15:49

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En la Sección Orient Express del Festival de Sitges aterrizó 'Ching toi', traducida al inglés como 'The moss', segundo largometraje dirigido por el habitual guionista Chi-kin Kwok -comúnmente conocido como Derek Kwok- protagnozado por Shawn Yu, Bonnie Sin, Eric Tsang, Fan Siu-Wong, Siu Yam-Yam y Liu Kai-Chi.

El decadente barrio de Shan Sui Po, centro de la prostitución y las mafias locales, es el sitio ideal donde ser policía si hace tiempo que perdiste los escrúpulos. Jan es uno de ellos, un policía que juega en los dos bandos, y Fa, una niña que acaba de llegar al barrio en busca de su hermana. Una rocambolesca serie de acontecimientos les hará compartir un funesto destino.

Retrato social

En ocasiones, uno debe plantearse el visionado de una película sin demasiadas expectativas, si es que se propone disfrutar de lo que va a ver, y 'The moss' sería un buen ejemplo de ello. Si alguien esperaba acción a raudales o impresionantes coreografías Made in Hong-Kong, probablemente salga notablemente decepcionado con esta cinta firmada por Derek Kwok, si bien como obra menor resulta francamente degustable.

'The moss' supedita claramente la acción al retrato tanto de un barrio marginal como es el de Shan Sui Po, como a los personajes que en él cohabitan, sirviéndose de una trama de thriller algo pillada por los pelos para hacerlos interaccionar. Así y todo, 'The moss' es una película relativamente simple y sorprendentemente amena, que transcurre ante nuestras retinas como un suspiro tan pasajero como agradable, si bien argumentalmente contiene no pocas lagunas.

La corrupción, la prostitución, las traiciones y los actos delictivos son retratados con una distante conformidad, con una cotidianidad que nos sumerge en una zona terriblemente conflictiva donde, paradójicamente, los actos -relativamente- heróicos como los que pretende llevar a cabo su antihéroe, se desatan como una estridente alarma ante una desazonadora cotidianidad que impregna a todos y cada uno de sus personajes. Sentimientos como el amor no tienen cabida en el submundo de 'The moss', por lo que su protagonista deberá nadar contracorriente para salir de un pozo de acomodada corrupción, del mismo modo que su particular némesis, quien redescubrirá la inocencia perdida a través de una niña en un entorno que hace tiempo que perdió dicha virtud, si es que alguna vez la tuvo.

Así pues, el héroe corrupto y el villano altruista terminarán luchando contra ese descomunal e inconcreto enemigo común que es el entorno y su condicionamiento, en una sucia lucha por la supervivencia que, a pesar de sus carencias, posee ciertas virtudes que no deberían ser dejadas a un lado ni por sus escasas pretensiones ni por su simplista concepción, en un relato semicoral en el que acción, drama, thriller y cine negro se dan la mano para realizar una radiografía de su verdadero protagonista, el barrio de Shan Sui Po.

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