
Los efectos especiales alcanzan un nuevo techo en la historia del cine
Sin spoilers
James Cameron ha vuelto más joven que nunca 12 años después del empacho de Oscars que dió con la espectacular, pero sobredimensionada Titanic. Y es que Avatar deja clara una cosa desde el principio, que es el nacimiento de de una saga que está destinada a subir al podio de las franquicias de ciencia ficción clásicas como Alien o Star Wars. No me entendáis mal, Avatar es una película que funciona independientemente, pero introduce una mitología muy elaborada que se ayuda de unos efectos digitales en cascada que no dejan de asombrar en ningún momento.
El argumento es tan simple como que soldados humanos quieren colonizar el planeta Pandora para extraer un combustible natural, y para lograr un acuerdo con los indígenas infiltran a un marine que vaya ganándose su confianza. La historia no se complica demasiado más allá de una aventura amorosa con una indígena y el tira y afloja entre los alienígenas y los humanos, o mejor dicho los alienígenas y los Na´vi, como empieza a señalar el protagonista.
Y es que el guión es trepidante, con un ritmo a la altura de las dos horas y media de metraje, necesarias para entender la complejidad de Pandora, a su compleja fauna y la antigua historia de la raza indígena. El principal defecto es que no se libra del síndrome adolescente de otras cintas de aventuras recientes como Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal o Piratas del Caribe en el fin del mundo, donde los personajes no son desarrollados más allá de su posición entre el bien y el mal, y la historia es tan predecible que está al servicio de COMO se cuenta. Cameron demuestra su buen hacer en las escenas de acción pero deja de lado el tono sobrio de tensión que podíamos observar en Terminator 2 a favor de un desarrollo más colorido y frenético.
Es una lástima que personajes como el burócrata estupido interpretado por Giovanni Rivisi que está, nadie sabe por qué, al mando de toda la operación reste credibilidad al relato, al igual que el Coronel, SPOILER auténtico villano de la función, FIN SPOILER que es recreado como un personaje del Gears of War sin un ápice de profundidad. Es por ello que las mejores escenas vienen de la mano de los Na´vi, ya sea sobrevolando Pandora o durante una conversación, deján sin aliento por su perfecto diseño.
Sam Worthington se supera tras un trabajo bastante soso en Terminator Salvation y promete de cara a Furia de Titanes, también es un placer contemplar a una Sigourney Weaver que se conserva estupendamente y tiene bastantes escenas en pantalla. Pero sin duda la que más carisma demuestra es la alienígena Neytiri.
Y es que el apartado técnico de Avatar supone un nuevo listón para el género más allá del tan cacareado 3D, que puede tener su gracia, pero que no permite disfrutar la cinta en su inmensidad más allá de resultar una experiencia nueva, pero lejos de todo lo perfecta que nos venden. No deja de ser un sistema donde acabas fijándote en una parte del encuadre más que en otra, y no es posible contemplar el conjunto de forma perfecta en toda su definición. De todas formas se hace dificil destacar lo más espectacular, aunque me decantaría por las escenas de vuelo a lomos del impresionante bigardo rojo que aparece al final.
Avatar no decepciona más allá de tener una historia demasiado convencional para la que ya ibamos preparados, técnicamente cumple todas las promesas y asienta una mitología muy sólida de cara a futuras entrgas. Es probable que no sea la mejor película del año ni la obra maestra de James Cameron, pero si es un acontecimiento que nadie debería perderse.
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