
MARVEL
Sin spoilers
Y un día este interminable camino de películas de superhéroes Marvel que nos lleva hacia "The Avengers" llegó a una de sus paradas más esperadas. "Capitán América: El Primer Vengador" se estrenó con una dosis alta de expectativas sobre sus espaldas, sino del público general, al menos de quienes disfrutamos del género fantástico, sobre todo cuando se trata de una extensión natural de un medio de expresión artística largamente subestimado como la historieta.
El "Centinela de la Libertad", personaje norteamericano por antonomasia e ícono cultural del american way of life llegaba a la pantalla grande tras la hilarante adaptación de 1990, arrastrando probablemente el prejuicio inevitable que generará para el público general un personaje que viste con los colores de la bandera de las barras y estrellas.
Vayamos por partes. ¿Qué se le puede reprochar a este largometraje técnica y estéticamente? Seguramente muy poco. La caracterización del personaje es genial, optando por un traje más bélico que estridente (e incluso mofándose del diseño original en el pasaje donde es utilizado como estrategia de marketing para atraer reclutas) y la reconstrucción de la década del 40 es loable hasta en los detalles. El rodaje en locación evidencia el trabajo riguroso del director Joe Johnston, quien conoce como manejar el género fantástico (la excelente The Rocketeer es una de sus obras) y el reparto cumple correctamente en cada uno de sus papeles, sin que se pueda señalar uno descollante.
Pero lo realmente bueno es que este merengue yankee no empalague. La exacerbación del estilo de vida norteamericano no es el leit motiv del largometraje, que afortunadamente no se convierte en una herramienta de propaganda en ningún momento, marcando sus límites claramente y -como ya dije antes- incluso riéndose de las herramientas utilizadas por el ejército norteamericano en el punto más álgido de la Segunda Guerra Mundial. Punto para la dupla compuesta por Christopher Markus y Stephen McFeely.
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