Profeta del trauma social

Jacques Audiard es uno de los genios del cine francés contemporáneo. En una cinematografía plagada de burdas "comedias del año", este cineasta ha sabido hacerse un hueco como un autor que realmente hace reflexionar al público con su trabajo. Tras las reivindicables 'Un profeta' y 'De óxido y hueso' aterriza en los cines españoles la flamante última Palma de Oro, 'Dheepan', que maravilló -con razón- a los hermanos Coen en el festival galo.

Tras un anterior año de Cannes en el que ninguna cinta llegó a colarse en mi mente con verdadera fuerza, Audiard lo ha logrado haciendo lo que mejor sabe: llevando al extremo de sus emociones a sus personajes sin perder el control de la credibilidad. La fingida familia de refugiados de Sri Lanka que protagoniza el filme se ve obligada a adaptarse a una sociedad que nada tiene que ver con la suya. O al menos eso piensan al principio, ya que hay algo inherente en el ser humano. Una pulsión que se impone sobre las demás, que lleva a la beligerancia universal. La violencia es el motor de la humanidad, plagada de guerras a escala nacional o en una problemática urbanización de la periferia francesa.

Audiard plasma esa triste y cruda realidad en 'Dheepan' a partir de su personaje titular, que tras pasar por el trauma de la guerra mantendrá ese recuerdo grabado en su mente irremediablemente. El idioma y las costumbres pueden diverger culturalmente, pero cuando ese sentimiento primitivo de la defensa propia o de los seres queridos se activa, no hay diferencias que valgan. Pero 'Dheepan' no es un tratado sobre la violencia, aunque su director demuestre una habilidad espectacular en una secuencia de acción que rara vez vemos tan bien rodada en ese género, sino que el amor y la necesidad también tienen una gran relevancia.

Lo más cuestionable es su final, que deja en manos del espectador el reflexionar sobre lo que ocurre realmente en la mente del protagonista, pero esa última decisión del director remarca su gusto por introducir al espectador en el drama que presiona a sus personajes. Con sus grandes virtudes y escasos defectos, Audiard consigue con 'Dheepan' un trabajo excepcional y una dura experiencia que hacernos vivir en el cine.