¿Dónde vas, triste de ti?

Tras la muerte de María de las Mercedes de Orleans, el rey Alfonso XII de España ha entrado en una profunda depresión. Sin embargo, el monarca debe superar el duelo, el motivo principal es el problema de sucesión, al no haber tenido hijos con María de las Mercedes. Sin embargo, aunque esté sumido en una profunda tristeza, el rey afrontará las tareas de gobierno de una forma propia de un monarca. En pleno momento de popularidad y respeto de los ciudadanos españoles, Alfonso XII sigue los consejos del gobierno liderado por Sagasta y de su madre, Isabel II, y accede a casarse con María Cristina de Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Austria. Aunque su perfil es el ideal, una consorte serie, diligente y elegante, no hay amor en este segundo matrimonio, lo que provocará que tanto Alfonso XII como María Cristina vivan una vida conyugal fría y distante, con la presencia del fantasma de María de las Mercedes atormentando al monarca, que es infiel a la reina constantemente. Pese a concebir dos preciosas hijas, Alfonso XII nunca vio asegurado el futuro de la corona, puesto que murió de tuberculosis antes de ver nacer a su hijo, el rey Alfonso XIII.