Los lazos que nos unen

Sandra, una librera independiente y acostumbrada a la soledad elegida, lleva una vida tranquila y sin grandes sobresaltos hasta que la tragedia irrumpe en el piso contiguo. Su vecino Alex, un joven arquitecto, acaba de perder a su pareja en el mismo instante en que da la bienvenida a su segunda hija al mundo. De repente, este hombre queda solo al cuidado de un bebé recién nacido y de Elliott, un niño de seis años cuya lucidez desconcierta y conmueve a Sandra. Lo que en principio parece una relación circunstancial, marcada por la proximidad de los apartamentos y el azar de compartir un rellano, pronto se convierte en un lazo inesperado que altera profundamente las rutinas y certezas de la protagonista. Sin proponérselo, Sandra comienza a cuidar, acompañar y dejarse transformar por el afecto de estos dos pequeños y por la resiliencia de Alex, que intenta reconstruir su vida tras el duelo. La llegada de Emilia, una nueva figura que busca ocupar un lugar en la familia, amplía aún más el retrato de vínculos reconfigurados, de modelos familiares que no responden a moldes tradicionales. Entre silencios, puertas que se abren y cierran, estaciones que marcan el paso del tiempo y gestos cotidianos que adquieren un peso emocional inmenso, la película indaga en cómo el amor, la pérdida y la compañía pueden trazar caminos inesperados. Sandra descubrirá que los lazos más decisivos no siempre se eligen, sino que irrumpen sin aviso y nos obligan a replantear quiénes somos y con quiénes compartimos el viaje de la vida.