No sorprende pero te hace revivir.

No hay duda de que Jean-Pierre Jeunet es un director muy especial. Desde Delicatesen pasando por Amelie y hasta llegar a Micmacs, nos deja el sello de su personalidad marcado en cada plano.

Una estética absolutamente inconfundible que algunos han intentado copiar pero que solo a el se le aprecia autenticidad desde el minuto cero. Porque el lo siente de verdad, un amor y una sensibilidad extrema hacia ese tipo de personas bohemias un tanto apartadas por la sociedad por su manera diferente de pensar y ver la vida.

Lo que me pasa con esta pelicula es que todo esto ya lo he visto... me gusta pero.... ya no me sorprende....

Esperemos que algún día vuelva a usar su talento idiscuble para sorprendernos como nos sorprendió con alien resurrección.