Sin spoilers Salvo que dura demasiado, son tres horas de metraje, si se está entrenado en ver películas se puede soportar, por el guión y las largas conversaciones filosóficas, religiosas, que para más de uno sobrarían pero son rápidas y locuaces y se supone que el director ha deseado mantener por algún motivo en especial.
Sensual y lírica, tremendamente bien interpretada y con muchas metáforas visuales y verbales (...) Tiene pasajes de comedia socarrona tremendamente sutil.
Una obra intimista visualmente rica de Nuri Bilge Ceylan que construye escenas retóricas muy elaboradas y de una densidad asombrosa (...) Un logro magistral.
Las tres horas de la divertida y emotiva historia de padre e hijo de Nuri Bilge Ceylan merecen la pena (...) Mantiene una sofisticación visual sin igual en el cine internacional.