Crítica de Alias Grace

La nueva serie que adapta una obra de Margaret Atwood es interesante y enigmática hasta decir basta, es decir, hasta que con su último capítulo te da la clave final para desgranar la dualidad de la criada Grace Marks, interpretada por Sarah Gadon.

Como ya sucediera en ?The Handmaid?s Tale?, es el personaje protagonista femenino el encargado de dirigir la narración. Es Grace, en sus sesiones con el doctor Simon Jordan, la que relata su propia vida hasta que la encerraron en la cárcel por el doble asesinato de Nancy Montgomery y Thomas Kinnear. Y es ella, también, la que oculta información a sabiendas, la que explicita la propia oscuridad de su personaje, la que vehicula el mensaje de reflexión sobre las violencias contra la mujer y que, aún llevándose siglos con nuestra realidad, sigue sirviendo en nuestros días. La cama sigue siendo un lugar peligroso para la mujer.

Puede parecer que en un principio la serie tiene un ritmo lento, ya que la trama avanza a través de las conversaciones que comparten el doctor Simon y Grace. Sin embargo, ?Alias Grace? consigue crearte enseguida el ansía por saber más, por averiguar si Grace es tan cándida e ingenua como parece demostrar con sus palabras, o si lo que dice en su monólogo interior revela su verdadero ser y su maldad. Acaba siendo tan adictiva como ?The Handmaid?s Tale?.