Este fin de semana llega a nuestras pantallas 'Un ciudadano ejemplar', el nuevo trabajo del cineasta norteamericano F. Gary Gray, a quien algunos recordarán por títulos como 'Diablo', el remake de 'Un trabajo en Italia' o 'Be cool'.
En su nuevo filme Gray recupera esas altas dosis de acción ya recurrentes en su filmografía, si bien en esta ocasión las enfoca desde un género mucho más próximo al thriller, en una nueva revisitación del emblemático personaje bronsoniano de Paul Kersey en la saga 'Death wish', cuya filosofía del ojo por ojo parece estar recuperando notoriedad en la cartelera internacional de los últimos tiempos. Claro ejemplo de ello serían filmes como 'Venganza' o 'La extraña que hay en ti', filmes que heredan de manera descarada la, en el fondo, dudosa moralidad justiciera de la saga 'Death wish'.
Por desgracia, Gray parece querer englobar demasiados elementos en un mismo receptáculo, por lo que con 'Un ciudadano ejemplar' nos hallamos ante un pouporrí entre los títulos anteriormente mencionados y un entramado de thriller en clave serial killer que no deja de evocarnos a filmes como 'Se7en' o 'El silencio de los corderos'. Por desgracia para su director, ni Gerald Butler es Anthony Hopkins ni Jamie Foxx es Jodie Foster, por lo que la falta de credibilidad de uno y la carencia total de empatía del otro hacen que el quid pro quo entre sus protagonistas nos resulte bastante indiferente.
Si a eso le sumamos los excesos, excentricidades argumentales y artificios varios con los que Gray puebla su metraje, finalmente nos hallamos ante un título tan reprochable moralmente como inverosímil argumentalmente. Eso sí, la película se devora con rapidez y entretiene, que es lo que finalmente importa en este tipo de productos, y la fusión entre Charles Bronson, MacGyver y Jigsaw del personaje al que interpreta Gerald Butler tiene su gracia.
