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CRÍTICA

'Guerra Mundial Z': La epidemia que infectó al blockbuster

Brad Pitt protagoniza una cautivadora y tensa aventura por todo el globo, buscando la cura para una enfermedad que nos convierte en zombies menos gore, pero totalmente sorprendentes.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 1 de Agosto 2013 | 10:15
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Quién le iba a decir a Brad Pitt y al equipo de 'Guerra Mundial Z' que un rodaje tan tortuoso, lleno de problemas y mala prensa, iba a ser el mejor impulso que podría conseguir una película. Si bien es cierto que no suele ser habitual en Hollywood salir de un bache como éste, la superproducción de zombies más cara de la historia ha sabido ir puliendo los errores que la hicieron peligrar en su momento, y han conseguido algo muy importante en este espectador: sorprenderle.

Guerra Mundial Z

La historia, adaptada muy, muy ligeramente del libro de Max Brooks, nos presenta a Gerry Lane, un ex empleado de la ONU que se ve sorprendido por una misteriosa epidemia que convierte a los seres humanos en letales organismos con la necesidad de buscar más hombres que infectar. Si quiere que su familia se mantenga a salvo, tendrá que recorrer medio mundo para investigar cómo se originó la enfermedad y encontrar una cura.

El director Marc Forster ha decidido obviar el libro original y pasarlo por la "batidora blockbuster", con sus puntos a favor y en contra. Aunque el libro sea una original propuesta, formado por entrevistas ficticias a varios supervivientes de la epidemia, que van reconstruyendo cada fase de la guerra; de querer una adaptación fiel, sólo se me ocurre en formato serie. En una película es demasiado complicado contar historias tan independientes sin marear al espectador (ejem, 'El atlas de las nubes'), así que es lógico haber optado por centrarse en un solo personaje y una sola perspectiva. Y no llega a menospreciar la novela, sino que la simplifica para crear un escenario, algo que funciona muy bien en este largometraje. Además, sería una gran idea para futuras (parece que ya aseguradas) secuelas el ver otros aspectos y lugares de la epidemia desde otros puntos de vista.

Es evidente que el importante presupuesto no ha caído en saco roto, y eso se nota en la aventura que supone 'Guerra Mundial Z', que nos traslada a localizaciones muy diferentes, desde Filadelfia a Corea del Sur o Jerusalén. Cada una de ellas entrama un peligro distinto para el protagonista, ofreciéndonos unas escenas de acción espectaculares que mantienen en tensión a lo largo de todo el metraje. Al querer llegar al público más amplio posible, no veremos una gota de sangre, pero es compensado totalmente por el uso de los increíbles efectos dominó que convierten cada "capítulo" en una carrera por la supervivencia. Estos zombies no se detienen ante nada, y están dispuestos a aparecer por la esquina más insospechada en el momento justo para cazarnos. Si conseguimos entrar en la historia, nos esperan decenas de momentos de angustia.

Guerra Mundial Z
¿Por qué el "si conseguimos entrar en la historia"? Es una de las desventajas de la transformación de un tema como los zombies en un blockbuster. Si ya muchos echarán el grito en el cielo por no ver sangre (algo que no veo tan necesario si consiguen crear una atmósfera de tensión), el hecho de que estos no muertos sean capaces de correr como gacelas o saltar con inusitada agilidad dejará a los más puritanos al borde del colapso. Pero se trata de seres de ciencia ficción, por lo que nada es absoluto o más veraz. Es fantástico que exista un canon, un prototipo, pero si la transformación funciona, no le veo la pega. Mientras no sean reales, no hay una versión más veraz que la otra (y hay que recordar que, por ejemplo, los infectados de '28 días después' no eran precisamente lentos). Y estos zombies consiguen al menos romper con la rutina de un monstruos demasiado utilizado últimamente. Resultan más imprevisibles, y tienen ese toque espectacular que, dejando a un lado los prejuicios, ofrece unos momentos de acción de los que se quedan grabados en las retinas. Los momentos de crisis no podían ser más alucinantes.

Desde un primer momento, el guión nos lleva a mirar a estos enemigos como la propia naturaleza haciendo de las suyas, y el haberse inspirado en diferentes animales para confeccionar el movimiento de los infectados es todo un acierto, que ayuda a "encontrar la lógica" de este nuevo tipo de zombies. Los que se cierren en banda y no quieran aceptar a estos nuevos depredadores están en todo su derecho, pero se perderán una película que consigue insuflar aires nuevos, aumentando la acción y reduciendo la oscuridad, haciéndolos más "light", pero dejándolos igualmente letales. De hecho, personalmente, sigo sin ver 'Guerra Mundial Z' apta para un chaval de trece años.

Un hombre para derrotarlos a todos

Aunque por la historia va pasando algún que otro secundario destacable, pero esta película es cosa de Brad Pitt. Él solo llevará toda la carga interpretativa que, admitámoslo, no es mucha. Lo compensa el carisma de héroe que sigue teniendo. Será la enésima vez que le veremos salvar el mundo, y sigue siendo tan efectivo como siempre. Aunque lo haga prácticamente sin despeinarse, qué suerte tienen siempre los protagonistas. Una de las pocas pegas que se puede poner a 'Guerra Mundial Z' es su excesiva simpleza en ciertos aspectos, y uno es la personalidad de Gerry Lane. Aunque el guión sea más funcional que profundo, se permite el gusto de darnos algún que otro momento de humor negro que nos consigue dejar a cuadros con la osadía. Esas pequeñas perlas, junto con toda la tensión acumulada, ayudan a levantar un apartado técnico bastante aceptable (el 3D no tanto), y una banda sonora algo típica, confeccionada para crispar los nervios de la audiencia. Como buen blockbuster, tiene esos momentos algo exagerados o "sobrados" que son difíciles de creer pero, una vez más, todo sea por el espectáculo.

'Guerra Mundial Z' ha sabido acercar al público general una temática normalmente destinada únicamente a amantes de lo oscuro. Ha sabido sacrificar el "gore" (tranquilos, no todo) para aumentar las dosis de aventura y suspense. Conseguirá atraer a un público que quizás antes no se había planteado darle una oportunidad a los muertos vivientes, y les recompensará con una historia que pasa volando y no deja tiempo para respirar. Sabe gestionar muy bien los momentos de incertidumbre con la acción más trepidante. En definitiva, nos ofrece un espectáculo contagioso y tremendamente entretenido. Quizás muchos pensarán que es la contaminación de un género; yo creo que mientras haya las dos opciones, espectáculo y tradición, no le veo nada malo a la apertura a un público más amplio. Más allá de lo tosca que sea a veces la animación de los zombies, o que los momentos finales estén un poco cogidos con pinzas, 'Guerra Mundial Z' consigue crear esa sensación de peligro, logra atrapar de tal manera que se convertirá para muchos, bastante probablemente, en una de las propuestas más entretenidas que veremos este verano.