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CRITICA SITGES 2008

'RocknRolla', más de lo mismo. ¿Y qué?

Guy Ritchie vuelve a las andades con un título que recupera la esencia de 'Snatch' y 'Lock & Stock'.

Por Óscar Martínez 10 de Octubre 2008 | 08:52

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Protagonizada por Gerard Butler, Thandie Newton, Tom Wilkinson, Jamie Campbell Bower, Gemma Arterton, Jeremy Piven, Mark Strong e Idris Elba, 'RocknRolla' supone el regreso de Guy Ritchie a su hábitat natural.

Cuando un mafioso ruso organiza un acuerdo de compraventa ilegal de terrenos, hay millones de dólares en juego, y todo el mundo de la delincuencia londinense quiere participar. Todos, desde un peligroso señor del crimen hasta una sexy contable, un político corrupto y unos ladrones de poca monta que están pasando una mala racha conspiran, se alían y se enfrentan entre ellos con la intención de hacerse ricos rápidamente.

Después de los monumentales fiascos que supusieron ser Barridos por la marea y Revolver, era lógico que el diretor británico regresara a los orígenes que lo convirtieron en un director al que tener en cuenta, ya fuera por voluntad propia o por deseo espreso de una productora cansada de los pobres resultados que supusieron sus dos últimos films, y RocknRolla, sin duda alguna, es el consecuente producto.

Más de los mismo. ¿Y qué?

Siguiendo al pie de la letra las mismas premisas vistas ya en 'Lock & Stock' y 'Snatch, cerdos y diamantes', 'RocknRolla' es un nuevo compendio de elementos Ritchianos, una misma permutación de una fórmula ya consabida que, por contra, vuelve a funcionar. Puede que parte de la frescura original de sus dos primeras películas se haya perdido a la hora de realizar un calco de éstas, pero lo cierto es que 'RocknRolla' se convierte en una digna sucesora del díptico londinense suburbial que dieron a conocer a su director, siguiendo las mismas pautas de argumento, guión y fotografía y limitándose a transfigurar los rostros de sus protagonistas.

De este modo, Gerald Butler da vida ahora al personaje de Jason Statham, mientras que Tom Wilkinson sigue descaradamente los pasos de Alan Ford y así sucesivamente, uno tras otro, recurriendo a unos mismos moldes para conformar ese particular universo abiertamente misógino en clave cockney que habita en los suburbios londinenses; de este modo, la originalidad no es precisamente el principal baluarte de 'RocknRolla', pero el director británico vuelve a hacer funcionar la misma fórmula, vuelve a ofrecernos innumerables secuencias cómicas cambiando perros de lucha por cangrejos estadounidenses, a Dientes de Bala por la mafia rusa, etc...

Por contra, el acertado reparto consigue que la película de Guy Richie tenga cierta vida propia, nuevas formas de vida en una misma pecera, con un incomensurable Tom Wilkinson, un solvente Gerald Butler, quien nos ofrece a un personaje con muchos más recursos que el de su predecesor, si bien carece de sus mismo protagonismo, y un genial Toby Kebbell, el personaje más poliédrico e interesante de todas la cinta, y quien apunta maneras para protagonizar una posible nueva entrega, tal y como el propio Guy Ritchie se encarga de dejar bien claro.

Quizá habría que echarle en cara a 'RocknRolla' cierta falta de ritmo, cierto sentimiento forzado que resta frescura a la película, pero en líneas generales nos encontramos ante un título verdaderamente competente, en el que el retrato coral se exponencia toda más si cabe, arradicando por completo el elemento protagónico, limitándose el personaje de Gerald Butler a introducirnos en el submundo Ritchiano y convirtiéndose en nuestro particular Virgilio a través del recurso narrativo de la voz en off.

Así pues, todos aquellos que esperaban trapicheos, yonquis, asesinos inmortales, chistes sobre homosexuales, robos, una elevada cota de insultos por minuto, persecuciones y vendettas varias, soin duda alguna disfrutará de RocknRolla, una película que, si bien se encuentra a la sombra de sus monumentales predecesoras, se acerca bastante a la senda perdida.

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