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CRÍTICA

'Dheepan': El refugiado tranquilo

Crítica de 'Dheepan', de Jacques Audiard, que se alzó con la Palma de Oro en la última edición del festival de Cannes.

Por Pedro Gómez Alberdi 6 de Noviembre 2015 | 10:00

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Tras su glorioso paso por la última edición del festival de Cannes, 'Dheepan' prometía convertirse en una de las películas del año. El festival francés actúa para mí como una fiable brújula de las propuestas más interesantes, y generalmente concuerdo firmemente con sus veredictos. La ganadora de 2008 'La clase' o la de 2013 'La vida de Adèle' quizá representan algunos de sus mayores tinos, mientras que 'El árbol de la vida' o 'Uncle Boonmee Recuerda sus Vidas Pasadas' se cuentan entre sus resoluciones más polémicas. Tristemente 'Dheepan', siendo una película en absoluto menor, erosiona mi confianza en la Palma de Oro.

El director, Jacques Audiard, es un asiduo al festival cuyas dos películas anteriores formaron parte de la sección oficial. 'Un profeta', quizás su mejor película, le dio a conocer al gran público y casi lo encumbra en Hollywood. Compitió en los Oscar a la mejor película de habla no inglesa, para ser adelantado en la linea de meta por la sobresaliente 'El secreto de sus ojos'. Con 'De óxido y hueso' el director oriundo de Paris volvió a pasearse por La Croissette, generando críticas dispares. Con el listón tan alto dejado por la anterior, ni siquiera una arrebatadora Marion Cotillard pudo evitar el chasco. Y ahora llega 'Dheepan' que cualitativamente se quedaría a medio camino entre las dos anteriores. La película resulta en una suerte de compendio de lo mejor y lo peor del director.

 Dheepan

El argumento, por ejemplo, se reconoce automáticamente como digno de su autor. Audiard, fetichista del drama social, dueño de una sensibilidad exaltada, dibuja 'Dheepan' con el trazo intermitente del docudrama. El objetivo es que en ningún momento olvidemos que lo que estamos viendo tiene más de realidad que de ficción. Aunque a veces el naturalismo pertinaz puede resultar cargante.

Debilidad por el impacto

Dheepan es el nombre del protagonista, un soldado que ha experimentado los horrores de la guerra de Sri Lanka. Una mujer y una niña desconocidas se hacen pasar por su esposa y su hija, para simular una familia cuyos miembros han muerto y así poder viajar a Francia para huir del infierno, ignorando que se dirigen a otro. La intención de la mujer sin embargo es refugiarse en Inglaterra, lo que generará un conflicto entre la pareja que se prolongará a lo largo de todo el film. Otra cosa que acompañará al personaje durante todo el metraje es su naturaleza agresiva latente, y el pasado que le persigue como una sombra fatídica.

Es en el retrato denunciatorio de una realidad cotidiana dónde reside uno de los mayores méritos de la película. En una época en la que por desgracia el problema de los refugiados forma parte de la actualidad de cada día, la temática de la película se revela sospechosamente oportuna, pero tremendamente relevante.

La dirección de Audiard es otra de las bazas de la cinta; toda una demostración de su destreza como realizador. La narración avanza con cadencia armónica a traves de una estructura de manual de tres actos. La cámara fluye humilde por el entorno, con movimientos seguros que, por otro lado, no evidencian la presencia del autor. Una fotografía diligente y un montaje hábil cooperan con la dirección certera.

Todos estos elementos languidecen ante los defectos del film. El guion, como ya he dicho, ejecuta su estructura impecablemente, si bien flaquea en momentos puntuales (como el excesivamente almibarado final), y esboza toscamente a algunos de los personajes en lugar de aspirar a una construcción tridimensional. Ademas, abre tramas que deja insatisfactoriamente abiertas (la del compañero soldado que el protagonista reencuentra en suelo francés).

Uno de los aspectos más discutibles de 'Dheepan', quizá sea la explosión de violencia del climax. No es que el rapto de violencia se antoje inesperado, mas bien todo lo contrario, parece que todo lo visto hasta ahora estaba supeditado a ese momento final, a preparar al espectador y los sucesos previos del film para ello, lo que lamentablemente reduce casi a nada el mensaje de la película.

Uno presiente que en este último momento Audiard se ha dejado llevar por el impulso de mostrar una violencia altamente estilizada, que nadie podrá discutir que provoca impacto, pero que traiciona el tono reposado de toda la película.