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CRÍTICA

'303': Cuando el amor surge en una autocaravana

La última película del director austriaco Hans Weingartner nos sumerge en una historia de amor sencilla que no dejará indiferente a nadie.

Por Mario Caridad Sánchez 26 de Julio 2019 | 10:11

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En un momento en las que las salas de exhibición están plagadas de grandes superproducciones de Disney, el gigante del entretenimiento, que beben de universos ya construidos y remakes en acción real de sus antiguos clásicos de la animación, merece la pena acercarse a películas independientes como '303', dirigida por el cineasta austriaco Hans Weingartner.

 '303'

En ella se nos introduce en las vidas de Jules (Mala Emde) y Jan (Anton Spieker), dos jóvenes universitarios cuyos caminos se cruzan cuando el segundo necesita a alguien que le lleve hasta Colonia para coger un tren y la primera tiene sitio de sobra en su caravana. De esta forma da comienzo un viaje por carretera en el que estos dos personajes, en un principio completamente opuestos, empezarán a acercar posturas y encontrarse en el camino.

Un hombre que quiere conocer a su padre biológico y una mujer que emprende un viaje hasta Portugal con el objetivo de decirle a su novio que está embarazada conforman narrativas que a simple vista no llaman especialmente la atención, pero que constituyen las circunstancias idóneas para que los protagonistas comiencen una conversación que se alargará durante días.

Sin duda uno de los puntos fuertes del film es la forma en la que el cineasta ha decidido contar esta historia de amor que se va cociendo a fuego lento: en un contexto de "road trip" predominan las conversaciones largas con plano secuencia y cámara en mano, y estructuras convencionales como el plano contraplano que dan prioridad a las palabras y sentimientos de sus personajes.

Asimismo, la utilización de una luz natural y un filtro amarillento que se encarga de atenuar la imagen acompañan perfectamente a la película; transmitiendo la sensación de estar siendo testigos de un recuerdo de verano, porque las historias de amor más bonitas ocurren durante el estío, y porque en el amor de verano existen conversaciones intensas pero no sombras ni luces duras.

 '303'

Un profundo discurso anticapitalista, los tintes ecologistas y la introducción de temas como el amor libre o la necesidad del ser humano de establecer relaciones interpersonales profundas para alcanzar la felicidad completan la lista de fortalezas de la cinta de Weingartner, que sin embargo se ven menguadas por el exceso de resúmenes de secuencias con acompañamiento musical y una actuación que, aunque correcta, podría dar más de sí.

Menos es más

Si bien la estrategia mencionada sobre estas líneas es aceptable como forma de hacer entender al público que los días van pasando, el uso excesivo de la música para acompañar a las elipsis temporales llega a resultar tedioso y ensucia el resultado, como si se tratase de una serie adolescente de 2010 que utiliza este tipo de recursos para llenar minutos de pantalla y enfatizar los sentimientos que atraviesan sus personajes cuando no hace falta.

Del mismo modo, unas actuaciones mejorables dejan al espectador con la sensación de haber podido ver una película brillante que, sin embargo, se queda a medio camino por la falta de química de los actores, sobre todo durante su arranque. Aún así, una vez superados los 20 primeros minutos de metraje la cinta alcanza un tono muy disfrutable hasta la llegada de los créditos, que permitirá sumergirnos en una historia de personajes sencilla pero conmovedora.

Nota: 7

Lo mejor: La forma en la que el director ha logrado plasmar este amor de verano que se cuece a fuego lento.

Lo peor: El uso excesivo de los montajes musicales como forma de elipsis y la poca química de los actores al inicio de la cinta.

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