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CRÍTICA

'Un monstruo viene a verme': El poder del cuentacuentos

Juan Antonio Bayona nos ha vuelto a hacer llorar con la adaptación de la novela de Patrick Ness, un cuento oscuro con importantes moralejas y todo un homenaje al poder del cine para contar historias. En cines el 7 de octubre.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 4 de Octubre 2016 | 12:51
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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En el cine español tenemos la suerte de contar con un gran número de directores con increíble talento. Muchos de ellos son la razón por la que merece la pena acercarse a una taquilla y comprar una entrada de cine últimamente. Pero si hay uno cuya carrera me tiene absolutamente interesado, ese es Juan Antonio Bayona. Más allá del presupuesto de sus películas, más allá de las enormes campañas publicitarias o incluso de lo que digamos los críticos, no vamos a negar que, con tan solo tres películas, ha demostrado una ambición y una ilusión como muy pocos lo han hecho. De empezar con un thriller de terror bastante modesto, decidió tirarse (literalmente) a la piscina y llevar nuestro cine a otra escala con 'Lo imposible'. Aunque fue un éxito, la película llegó a dividir bastante la opinión, asegurando muchos que se había pasado de sentimental, que quizás era todo un poco tramposo. Antes de morder la manzana dorada de Hollywood, ha optado por adaptar un cuento con tintes oscuros y demostrar que aquí no hay trampa ni cartón: si nos hace llorar, es porque sabe llegarnos al corazón.

Un monstruo viene a verme

'Un monstruo viene a verme' es una novela escrita por Patrick Ness a partir de la idea de Siobhan Dowd. Un relato oscuro protagonizado por Conor (Lewis MacDougall), un chaval "demasiado mayor para ser un niño, demasiado joven para ser adulto". Su madre (Felicity Jones) padece cáncer y en el colegio tiene que hacer frente a las palizas que le da un chico de su clase. Además tiene que lidiar con su abuela (Sigourney Weaver), con la que no se lleva nada bien. Si la situación de Conor no fuera ya lo suficientemente complicada, una noche, a las 00:07, el tejo que hay junto a la iglesia detrás de su casa cobra vida, convirtiéndose en un monstruo, y se presenta delante de su ventana con un mensaje: tiene tres historias para él, pero a cambio, al final, Conor le tendrá que contar una cuarta, su pesadilla más recurrente.

Así comienza esta fantasía, con la que si Bayona vuelve a poner su filmografía a otro nivel. Ha contado con la ayuda del propio autor del libro, que se ha encargado de convertirlo en el guión de la cinta. Si ya el libro es una delicia, ha sabido trasladar a la perfección todo el alma de la historia al libreto. 'Un monstruo viene a verme' es de esos largometrajes que van creciendo, con un inicio tranquilo (después de una primera escena impactante) en el que vamos conociendo la vida de Conor. Hasta que llega el monstruo la primera vez. Ahí la película empieza a desvelar todas sus armas, empezando por ese gigantesco ser lleno de ramas cuyo diseño, otra gran adaptación de las ilustraciones de Adam McKay para el libro, es tan terrorífico como cautivador. Sus ojos, ya sean inyectados en fuego o de un amarillo profundo, son capaces de expresar mucha sabiduría y misterio, y la voz de Liam Neeson es la guinda del pastel. Desde el principio querremos saber más, nos quedaremos hipnotizados con sus historias como si fuéramos el propio Conor encerrado entre sus ramas. Una gran decisión de casting la de Neeson. Su interpretación tanto de voz como de movimientos, junto con el diseño, hacen de su monstruo un personaje inolvidable. En el apartado de efectos especiales vuelve a ser sobresaliente. De nuevo colaborando con El Ranchito, aunque no es tan espectacular como 'Lo imposible', 'Un monstruo viene a verme' sigue estando entre lo mejorcito en efectos que se ha hecho en este país. Ya no solo por el monstruo sino por escenas como la pesadilla de Conor.

Un monstruo viene a verme

Desde que entra en escena el monstruo, vamos viendo también cómo Bayona despliega todo su arte al crear, junto a Oscar Faura en la fotografía, un mundo tan real como onírico. Los grises y verdes de una ciudad típica de Reino Unido se mezclan con el amarillo de las bombillas, que convierten un escenario típico en un lugar con magia. Las habitaciones, llenas de cosas, que transmiten algo con solo una ojeada, o ese punto artístico de los dibujos de Conor, un recurso muy bien aprovechado para dar rienda suelta a su imaginación. De hecho, es fantástico cómo utiliza el estilo de las acuarelas para ilustrar los cuentos del monstruo. El resultado es una preciosidad bien integrada con el resto de la historia. Recuerda mucho al cuento de los tres hermanos de 'Harry Potter y las reliquias de la muerte', pero aquí sigue integrado en el conjunto y entrelaza el mundo de la fantasía con el de la realidad hasta el final, al igual que la interacción del monstruo con los escenarios. Recursos como este pueden quedar realmente mal y en este caso funcionan tan bien que se vuelven uno de los rasgos más destacables de la película, nos vuelve a todos niños deseosos de escuchar mil y un cuentos de reyes y brujas, de dragones y príncipes, de boticarios y sacerdotes, de monstruos.

Y esto es gracias a la pasión con la que el director sigue construyendo sus películas. Cada fotograma es una declaración de amor al cine, y sobre todo al cine como vehículo para contar historias. Desde colar un bonito homenaje al cine de monstruos con 'King Kong' a un simple plano de un lápiz en un afilalápices. 'Un monstruo viene a verme' es una preciosidad porque la persona que está detrás cree tanto en el poder de las historias y los sueños que es capaz de hacer que cobren vida como lo hace en esta película. Y se ha sabido rodear de un equipo que camina por el mismo sendero que él. La banda sonora de Fernando Velázquez vuelve a ser de diez, un complemento perfecto que nos llena los oídos y que, al igual que la cinta, no es tan sobrecargada como la de 'Lo imposible'. No lo necesita.

Un monstruo viene a verme

En el apartado interpretativo, tengo que decir que han vuelto a dar de lleno en el centro de la diana con su protagonista. De nuevo se han arriesgado con un chico nada conocido, y de nuevo han vuelto a descubrir un talento al que habrá que seguir la pista, como pasó con Tom Holland. Lewis MacDougall sabe transmitir esa tristeza y soledad, y dar una poderosa interpretación con la que nos lleva toda la película de forma fantástica. Además, tiene una fantástica química con el resto del reparto, sobre todo con Felicity Jones y Liam Neeson. Felicity Jones está también maravillosa como esa madre que intenta proteger a su hijo de su enfermedad aunque no tenga fuerzas para ello. Sigue dejando claro que es una actriz a la que no hay que perder de vista ni un momento. Es increíble lo que hace Bayona con sus actores. Hasta con Sigourney Weaver consigue sacar una vulnerabilidad pocas veces vista en la actriz. Se ha dicho muchas veces que esta película cierra la trilogía de madres e hijos que Bayona inició con 'El orfanato', y no podía concluirla de mejor manera, con unas moralejas tan fuertes y unos vínculos tan increíbles como los de Conor y su madre, o la abuela del protagonista y su hija. Es el episodio más oscuro de la trilogía, pero también es el más gratificante para el espectador.

Cuentos que no tienen edad

Todos estos elementos que he ido enumerando van entrelazándose en la película como las ramas del monstruo y crean una historia que consigue atravesarnos el corazón como solo un cuento puede hacerlo. 'Un monstruo viene a verme' es en esencia eso, un cuento del que podemos acabar aprendiendo todos un poco. Porque, por muy fuertes que seamos, nadie está preparado para lidiar con una enfermedad como el cáncer y con la posibilidad de perder a alguien tan importante como una madre, y menos a la sensación de impotencia del que no puede hacer nada para evitarlo. Aunque la historia sea de base ya de por sí lacrimógena, si hay un momento en el que no podremos evitar deshacernos en lágrimas es por todo el alma que tiene esta película. Sin perder ese aire tétrico que viene tan bien para una historia con la vida y la muerte. Bayona sabe muy bien qué teclas tocar y cuándo, y el resultado es un drama que desgarra al espectador, pero que deja una sensación reconfortante al final, y la impresión de que ha visto algo trascendental, no un drama del que olvidarse nada más salir de la sala, y del que puede haber aprendido un par de cosas sobre los grises que hay entre los blancos y los negros, sobre el papel de la gente que nos rodea, sobre lo que es justo, sobre la vida, sobre la muerte. Los que ya no somos tan niños necesitamos también que de vez en cuando nos cuenten un cuento, y Bayona es un narrador maravilloso.

Un monstruo viene a verme

Podría haberse ido a Hollywood y aspirar a grandes superproducciones con cientos de millones para gastar. Podría haber tirado por guerras contra zombies o cogido el billete express a Isla Nublar, y sin embargo se ha parado a dirigir una película que parece sencilla pero que se hace enorme en sus manos. 'Un monstruo viene a verme' es un relato inolvidable, de una escala tan grande como la criatura que le da nombre, pero con un corazón el doble de grande. Es fuerte, y a la vez delicada. Es gris, y al mismo tiempo llena de color. Es tristeza, pero de esa que te deja un poso que luego resulta indescriptiblemente cálida. Y cuenta, de nuevo, con una dirección impecable no solo en técnica sino en pasión. Ojalá Bayona no la pierda nunca, porque cintas como esta son el fruto de un talento dedicado a aquello que quiere por encima de todo. Para Conor la magia empieza cuando el reloj llega a las doce y siete minutos. Cada vez que Juan Antonio Bayona coge una cámara el reloj se detiene en las doce y siete minutos. Y ojalá siga siendo así durante mucho tiempo.

Nota: 9

Lo mejor: Que sea un cuento que llega directo al corazón, contado con una narración impecable y llena de pasión.

Lo peor: Que muchos seguirán viendo en ella simplemente la "lágrima fácil".