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CRÍTICA

'El viajante': Muerte de un matrimonio

Asghar Farhadi dirige 'El viajante', premio al mejor actor y al mejor guion en el 69º Festival de Cannes y ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa. La historia de la fractura de un matrimonio.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 3 de Marzo 2017 | 13:41
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Arthur Miller, en su obra 'Muerte de un viajante', escribió: "¿Qué importa lo que piensen? Se han reído de papá durante años. ¿Sabes por qué? Porque no estamos hechos para esta asquerosa ciudad. Deberíamos estar mezclando cemente al aire libre o... ser carpinteros. ¡Al menos a un carpintero se le permite silbar!". Con contención y una aparente sencillez, Asghar Farhadi es capaz de adentrarse en la psique más profunda del ser humano y, por ende, evidenciar la actitud de una sociedad. El cineasta regresa con 'El viajante', premio al mejor actor y al mejor guion en el 69º Festival de Cannes y ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa, su segunda estatuilla representando a Irán tras la magistral 'Nader y Simin. Una separación'.

El viajante

Emad y Rana, una pareja de actores, se ven obligados a abandonar su apartamento después de que estuviese a punto de derrumbarse. Un amigo de la compañía de teatro con la que representarán 'Muerte de un viajante' de Arthur Miller, les ofrece mudarse a un piso suyo que le arrendaba a una mujer que se ha ido por impago. El matrimonio se instala rápidamente. Sin embargo, un horrible incidente ocurrirá en el piso cuando un hombre, pensando que Rana es la anterior inquilina, le ataque. Será cuando descubran que la mujer que vivía en la casa era prostituta. El ataque provocará un cambio en la pareja que tendrá consecuencias devastadoras.

El estruendo del calvario

Se abre el telón y el público observará cómo los habitantes de un piso huyen despavoridos ante el peligro del derrumbe del edificio, se ve a la gente asustada, paredes con fisuras y ventanas que van resquebrajándose. Con un prólogo semejante a una tormenta, Farhadi inicia un relato que podría ser la metáfora de lo que se ha presenciado. El cineasta irrumpe en la vida de esa pareja de una manera violenta, sórdida, rompiendo la aparente tranquilidad de un matrimonio de actores de clase media, con una mente más abierta que otros estratos de la sociedad.

El viajante

Es tras el incidente, cuando entran los dilemas morales, unos universales y otros propios de la sociedad iraní. Farhadi, cual maremoto, entra de lleno en el horror que sufre la mujer, principal víctima en este relato, en la herida del marido al ver a su esposa atacada, en cómo ese dolor por la persona a la que más quiere se transforma en odio y venganza por la masculinidad herida. En ese torbellino, Farhadi empieza a mostrar el desmoronamiento del matrimonio con una clara apología a la obra teatral de Arthur Miller, ganadora de un Pulitzer.

El instante después de la tormenta

Es en el momento en el que los deseos de vendetta quiebran la mente del protagonista cuando la cinta empieza a mostrar sus caras más complejas, lo hace con diálogos parcos y escenarios angustiosos, teatrales. Todo ello diseccionando la vida conyugal de la pareja, con un problema que es universal, la ofensa de la herida. A diferencia de 'Elle', en la que Paul Verhoeven mostraba el empoderamiento femenino de una manera poco amable, la venganza de 'El viajante' evidencia la fragilidad de las relaciones, de la propia hombría, de una sociedad hermética, de un machismo sutil... Todo ello mostrado sin juzgar las acciones de sus protagonistas, magníficamente interpretados, dejando al público decidir por sus acciones.

El viajante

De esa manera, 'El viajante' se convierte en una obra magnética, un torbellino de amargas emociones en las que Farhadi arrastra a sus protagonistas y al público en una cadena de situaciones en las que los dilemas morales no guardan una solución fácil y en la que el poso que deja es espeluznantemente perturbador. Con una escena final que recuerda a '45 años' de Andrew Haigh, Farhadi muestra la consecuencia del tornado, los restos del naufragio de la pareja, se cierra el telón y el cineasta firma un extraordinario y desconcertante relato, magnífica.

Nota: 9

Lo mejor: Su escena final, llena de matices y sensaciones.

Lo peor: No hablar de ella sino de la polémica en la que se ha visto envuelta últimamente.