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CRÍTICA

'Ghost in the Shell: El alma de la máquina': Corazón de androide

Rupert Sanders dirige 'Ghost in the Shell: El alma de la máquina', remake en imagen real del clásico de culto de 1995. Protagonizada por Scarlett Johansson, Takeshi Kitano, Pilou Asbæk, Michael Pitt y Juliette Binoche.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 29 de Marzo 2017 | 23:01
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Mucha expectación ha causado la versión estadounidense y en imagen real de la aclamada 'Ghost in the Shell', la obra de culto de Mamoru Oshii. Se trata de uno de los filmes más importantes de la década pasada y sirvió de base para exitosas películas de ciencia ficción como 'Matrix'. Rupert Sanders toma el complicado desafío de mantener la esencia original de la cinta de 1995 pero con un renovado cambio de imagen y con un entregado elenco de actores liderado por Scarlett Johansson. El resultado es, ciertamente, agridulce.

Ghost in the Shell

Tras un fatal accidente, una mujer ve horrorizada que su cuerpo ya no existe y que ahora se ha convertido en un androide humano, el primero de su especie según su creadora, la doctora Ouélet. Tiempo más tarde y con apenas recuerdos de su pasado, la mujer se ha convertido en la Mayor, la líder de la llamada Sección 9, que se dedica a luchar contra criminales, especialmente hackers y terroristas informáticos. La Mayor deberá enfrentarse a un temible enemigo, un pirata informático de nombre Kuze que está asesinando a los máximos dirigentes de la empresa Hanka, compañía dedicada a la robótica e inteligencia artificial.

Efectivo blockbuster con una magnífica Scarlett Johansson

Si hay que tener claro al ver esta nueva versión basada en el manga de Masamune Shirow es que no pretende, en ningún momento, crear algo de autor o arriesgado. Eso no es malo, pues una producción de este tipo necesita beneficios, sin embargo, sí que resultará decepcionante para aquél que busque una propuesta fiel al manga o a la película de animación de Mamoru Oshii.

Con esa advertencia, resulta mucho más sencillo disfrutar de una propuesta que logra el objetivo de hacer disfrutar al público con una película que habla sobre la verdadera identidad de una persona, sobre el alma y que se convierte en un drama existencial y evidencia hasta qué punto es ético combinar tecnología y ser humano. Además de contar con un cuidado y magnífico diseño de producción y efectos visuales a la altura de la obra que adapta.

Ghost in the Shell

Es más, el filme también se sabe nutrir de un estupendo reparto, con una magnífica Scarlett Johansson en el papel de la Mayor Kusanagi. De hecho, parece el tipo de papel hecho a medida, es imposible imaginarse a otra actriz que logre captar tan bien el espíritu de esta heroína cyberpunk. Mirada fría, dura pero tremendamente melancólica. Mención también para un notable Pilou Asbæk en el papel de Batou, al igual que Juliette Binoche, que deslumbra en un personaje creado expresamente para su participación. Además de estar Takeshi Kitano, que nunca decepciona y vuelve a sacar su lado más brutal.

El peso del legado

Sin embargo, el problema que tiene 'Ghost in the Shell' es uno muy similar al que tiene la reciente nueva adaptación de 'La bella y la bestia', el legado que le precede. La cinta funciona como un correcto blockbuster, efectivo pero tristemente olvidable, que no está a la altura ni del manga que adapta ni tampoco de la película que tiene como referencia, porque no hay que engañarse, es más un remake de la cinta de Mamoru Oshii (con escenas calcadas a modo de homenaje) que una nueva versión del manga de Shirow. Las preguntas sobre la identidad, por ejemplo, están reducidas a lo básico para consumo masivo.

Ghost in the Shell

De hecho, el filme tiene la contra de estrenarse en una época en la que películas como 'Matrix', 'Minority Report' o incluso la serie 'Westworld', han bebido de la película de animación de 1995, con lo que provocará cierta sensación de copia cuando, realmente, es al revés. De ahí, que se eche en falta mayor atrevimiento por parte de Rupert Sanders por no haber reactualizado al 2017 una historia que, ya en 1995, era visionaria y vanguardista. También se trata de una película puramente comercial, lo cual, carece del sentido filosófico e intimista de la cinta de Oshii, en la que hay referencisa estéticas a la Venus de Milo como influencias del pensamiento de filósofos como Kant o Schopenhauer y podría considerarse una respuesta a la novela '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' de Philip K. Dick y también a la película 'Blade Runner', que parte de la citada novela. También la versión de Sanders obvia todo el entramado político que existe en la de Oshii, en la que se revela una verdadera Guerra Fría cibernética no muy diferente a lo que sucede en la actualidad.

Esto convierte a 'Ghost in the Shell: El alma de la máquina' en un eficiente blockbuster comercial, a la altura de cintas como 'In Time' o 'La isla'. Hecha para los amantes de la ciencia ficción palomitera. Eso sí, no gustará nada a los fans del manga y película original, como tampoco aquellos que busquen ciencia ficción de autor como 'Mad Max: Furia en la carretera' o 'La llegada'. Con esta premisa, ya queda advertido el público.

Nota: 6

Lo mejor: Scarlett Johansson, su cuidada ambientación y su fotografía.

Lo peor: Que no haya arriesgado nada y que no reactualice el poderoso mensaje del material original.