Christopher Walken, de domador de leones a casi Han Solo en 10 curiosidades

Bien es sabido que 'Pulp Fiction' no contaba con un gran presupuesto a la hora de ser rodada. Por lo tanto, algunos de los actores más famosos solo acudían al set de rodaje cuando el resto de sus obligaciones se lo permitían. Esto propició que la escena del Capitán Koons fuera la última en rodarse, y también que Christopher Walken la interpretara sin haberla practicado ni una sola vez. Para evitar que se le secase la boca mientras hablaba, Walken hizo uso de un viejo truco de Hollywood: ponerse tabasco en los labios.

Aunque los sueños de estrellato de su madre hicieron que tanto él como sus hermanos se dedicaran a la actuación desde bien temprano, siendo actores infantiles de televisión durante la década de 1950, su primer trabajo de adolescente fue como domador de leones en un circo.

Puesto que su nombre real es Ronald, en los créditos de sus primeros trabajos como actor figura como "Ronnie" Walken. No fue hasta 1964 por sugerencia de una amiga cuando decidió cambiar su nombre artístico, adoptando de esa manera el nombre de Christopher Walken. Hoy en día le gusta que la gente le llame "Chris", lo que no dista demasiado de su nombre artístico, pues no es más que el mismo abreviado.

Christopher Walken ganó el Oscar a mejor actor secundario en 1978 por su interpretación en 'El cazador', la película dirigida por Michael Cimino y protagonizada por Robert De Niro y Meryl Streep. Walken dio vida a un joven trabajador de una siderúrgica de Pensilvania cuya mente fue destruida por los horrores de la guerra de Vietnam, a la que acudió junto a dos de sus colegas. Para realizar las escenas finales, donde el personaje aparecía excesivamente delgado y desmejorado en general, Walken pasó una semana entera alimentándose a base de plátanos, arroz y agua.

Christopher Walken entró al mundo del espectáculo gracias a Jerry Lewis, que le ofreció la oportunidad de participar en un sketch en The Colgate Comedy Hour. Desde ese momento, Walken tuvo claro que se quería dedicar a la actuación, y consiguió un papel permanente en un show televisivo como narrador.

Walken era un invitado especial en el barco de la actriz Natalie Wood y su marido Robert Wagner en noviembre de 1981, cuando Wood se ahogó accidentalmente en California. Él trabajaba con Wood en 'Proyecto Brainstorm' (la que sería su última película), estrenada dos años después. Dado que la muerte de Wood fue muy polémica, se abrió hace no mucho tiempo una nueva investigación sobre el caso, pero no se encontró ninguna evidencia de homicidio.

Sí, Christopher Walken pudo haber dado vida a dos de los personajes más célebres de los últimos tiempos. En primer lugar, fue la segunda opción de George Lucas para interpretar a Han Solo, al que finalmente dio vida Harrison Ford. Por otra parte, fue considerado para hacer de Jack Sparrow en la saga 'Piratas del Caribe', pero, suponemos que entre otras cosas por la edad, el personaje acabó finalmente en las manos de Johnny Depp.

Hemos hablado de la dieta que tuvo que llevar a cabo para mostrarse totalmente desmejorado en esta escena, pero no del trabajo psicológico necesario y que tan buenos resultados le dio. Sí, esta fue una de las escenas finales, y en ella, para transmitir el sentimiento de locura de su personaje, Walken recordó los tiempos en que sus padres lo enviaban al campamento de verano, situación que lo violentaba al sentirse solo y traicionado.

El actor fue víctima de una falsa promoción de candidatura en 2006. La campaña se llamó "Walken for President", y en más de un sitio se afirmaba que Walken estaba opositando para hacerse con el puesto de presidente de los Estados Unidos. La burbuja creada tuvo tal calado que millones se la creyeron por completo, así que tuvo que negar el caso en una entrevista con Conan O' Brien.

Además de su buen hacer como intérprete en el cine, Christopher Walken protagonizó dos vídeos musicales en los años 90. Además, ganó un premio Tony en el año 2000 por protagonizar una obra musical en Broadway. Esto demuestra que sus cualidades artísticas pueden extrapolarse al baile, pues sus virtudes escénicas van más allá de la interpretación puramente cinematográfica.