El mayor miedo de Liam Neeson y otras curiosidades del actor

Si tenemos que juzgarlo por los films que ha ido realizando esta última década, a la conclusión a la que llegamos es que Neeson es un hombre duro de pelar. Pero, como ser humano, tiene sus miedos, al igual que todos. Sin duda, su miedo más incontrolable es a las alturas. Y es que Neeson padece de acrofobia, y ha comentado que ni siquiera podría subirse a una silla para cambiar una bombilla.

Neeson es un tipo duro y, como tal, siempre ha hecho cosas de tipo duro. Una de ellas fue boxear. El ahora actor, de adolescente, comenzó a practicar este deporte en Irlanda del Norte. A los 15, ya le habían roto la nariz en el ring. Aun así, consiguió hacerse con la victoria en el Irish Youth Championship. Sin embargo, quiso poner fin a su carrera pugilística al sufrir una pérdida de conocimiento en una de sus peleas.

Uno de los papeles que más le ha interesado a Neeson interpretar fue, sin duda, el de Van Helsing en 'Drácula de Bram Stoker'. Lo quería con todas sus ganas. Sin embargo, parece que todas sus opciones para ponerse en su piel se evaporaron cuando Anthony Hopkins demostró también interés por el rol. Fue él el que, finalmente, acabaría saliendo en la cinta.

¿Queréis saber cuál fue el momento más embarazoso de la carrera de Liam Neeson? El actor cuenta que fue cuando se presentó al casting de 'La princesa prometida' para conseguir el papel de Fezzik "el gigante". El director lo miró con desagrado cuando se dio cuenta de la "baja" estatura de Neeson, que mide casi dos metros. André the Giant, con su altura de 2,24 metros, se acabó llevando el papel.

A Neeson no fueron los grandes actores clásicos los que lo llevaron por el camino de la interpretación. Sorprendentemente, fue un cura protestante el que le inspiró. El intérprete solía colarse en la iglesia para verlo hablar. Así lo describía Neeson: "Tenía una magnífica presencia, y era increíble ver a este hombre alto hablando de la Biblia. Era interpretación, pero era muy buena interpretación y también emocionante".

Liam Neeson ha vivido una vida llena de éxitos, pero también ha tenido que soportar algunos episodios oscuros. Uno de ellos, sin ir más lejos, fue el fallecimiento de su mujer, Natasha Richardson, en 2009. Cuando esto sucedió, comenzó a beber de forma compulsiva, hasta que en 2014 admitió que debía de dejar este hábito autodestructivo.

Liam Neeson tenía muchas ganas de aparecer en 'Star Wars', pero, tras el rodaje, comenzaron a surgir rumores de que el actor se sentía como una marioneta a las órdenes de George Lucas. Sin embargo, Neeson lo negó, admitiendo que no se arrepiente de haber participado en la saga espacial, y que le gustó estar bajo la batuta de Lucas.

Liam Neeson es un hombre realmente atareado. Desde que se reconvirtió en estrella de acción cada vez tiene más papeles. Sin embargo, el hombre también necesita descanso y, de vez en cuando, disfrutar de sus hobbies. Uno de ellos es la pesca con mosca, y en verano intenta escaparse uno o dos meses para relajarse en el campo y darle caña a su afición.

Parece ser que el principio de la década de los 80 fue una buena época para Liam Neeson. El actor iba siendo reconocido, y uno de los papeles que comenzó a hacerlo más visible fue el de Gawain en 'Excalibur'. Además, durante el rodaje de la película, conoció a Helen Mirren (que interpretaba a Morgana), y ambos iniciaron una relación sentimental que se alargaría durante varios años.

A pesar de haber interpretado a personajes que nunca podremos olvidar, Liam Neeson podía haberse puesto en la piel de uno más: Abraham Lincoln. Y es que, al parecer, era la primera opción para protagonizar el film 'Lincoln' (2012). Sin embargo, como el rodaje se fue retrasando, se vio demasiado viejo para el papel, y lo acabó tomando Daniel Day-Lewis, que ganó el Oscar por su interpretación.