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CRÍTICA

'Spoor (El rastro)': La rebelión animalista

Agnieszka Holland dirige y coescribe 'Spoor (El rastro)', ganadora del premio Alfred Bauer en el 67º Festival de Berlín. Candidata por Polonia a estar nominada en los 90º Premios Oscar.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 10 de Noviembre 2017 | 11:25
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Seis años ha tardado Agnieszka Holland en volver a dirigir en su país natal, Polonia, así como también son seis años los que ha tardado en volver al cine al estar dedicada últimamente a la realización de series de televisión en Estados Unidos. En 2011 estrenó 'In Darkness', que fue nominada al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Tres veces nominada a estos premios, Holland estrena 'Spoor (El rastro)', ganadora del premio Alfred Bauer en el 67º Festival Internacional de Berlín y que es la representante de Polonia en la 90ª edición de los Premios Oscar.

Spoor

Janina Duszejko es una mujer algo excéntrica. Jubilada, fue ingeniera de caminos aunque ahora se gana la vida dando clases de inglés en la escuela de un pequeño pueblo situado en los Sudetes polacos, cerca de la frontera con la República Checa. Es vegetariana y astróloga, cree que el destino de la gente está marcado en su carta astral. Animalista y ecologista convencida, ve con horror cómo los cazadores de la zona se saltan las reglas y matan indiscriminadamente fuera de temporada. Después de que sus dos perras, a las que quería como hijas, desaparezcan, verá estupefacta que los cazadores empiezan a aparecer muertos. Pese a las investigaciones policiales, ella está convencida de que se trata de la venganza de los propios animales del bosque.

Denuncia social y animalista

Se echaba mucho de menos ver a Agnieszka Holland otra vez dirigiendo cine, en los últimos años se ha dedicado a rodar capítulos de series de televisión como 'The Wire', 'House of Cards' o 'The Killing'. Pupila de Zanussi y Wajda, el cine de Holland es más cercano al del fallecido Kieslowski. En 'Spoor (El rastro)', la cineasta explora la crisis de fe su protagonista, una mujer jubilada que es animalista convencida, más que en los animales, en la propia sociedad en la que vive. La directora, que coescribe el guion con Olga Tokarczuk y que es una adaptación de la novela 'Drive Your Plough Over the Bones' de la propia Tokarczuk, aprovecha la propia causa ecologista y a favor de los derechos de los animales para crear un thriller criminal, con reminiscencias del cine nórdico, que pone en evidencia a una sociedad corrupta, machista, cruel y alejada de los valores europeos.

Spoor

Cierto es que en su denuncia social, los policías son ineptos y corruptos, el sacerdote del pueblo se mete en asuntos que no le competen o cómo los niños aprenden a convivir con la violencia y el desprecio a los animales debido a lecciones inmorales de sus padres, Holland acierta de pleno, poniendo a una protagonista excéntrica, tanto que parece que está demente, como el personaje más cuerdo de ese perverso y decadente pueblo. Sin embargo, la trama tiene algunos fallos que hacen que la película no esté a la altura de otras rebeliones de animales como 'White God'.

Una película turbia y espeluznante

Y esos fallos convierten al thriller criminal en una propuesta predecible, el espectador intuye quién está realmente detrás de esos crímenes. Algo que, sin duda, Holland no ha sabido hilvanar correctamente. Pese a ello, se está ante una película notable que sobresale por una actriz magnífica Agnieszka Mandat, que logra transmitir su dolor y delirio de amor por los animales, así como también su indignación ante una sociedad indolente. También mencionar una cuidada fotografía, en la que la luz y los momentos más iluminados son, justamente, cuando los animales campan con libertad, siendo las escenas urbanas las más lúgubres, provocando cierta sensación espeluznante.

Spoor

'Spoor (El rastro)' peca de ser algo maniquea, pero en su denuncia social está sublime. Agnieszka Holland pone en evidencia cómo Polonia esconde en sus montañas y bosques a un grupo social cruel y desalmado. Sin duda, un filme que hiela la sangre y perturbará.

Nota: 7

Lo mejor: Agnieszka Mandat, magnífica en su interpretación. La ambientación es espeluznante, llama a la intriga y al miedo.

Lo peor: La trama no está bien estructurada, es predecible y algo maniquea.