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CRÍTICA

'Peter Rabbit': El conejo travieso que quiere merendarse al oso Paddington

La primera adaptación cinematográfica de Peter Rabbit mezcla animación y acción real con un sentido del humor bastante autoconsciente.

Por Sandra Sánchez Guerra 23 de Marzo 2018 | 09:24

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Peter Rabbit ha salido de su madriguera, de los cuentos infantiles ilustrados que creó Beatrix Potter, para poblar de aventuras una cinta que mezcla animación y acción real, hecha para todos los públicos, y de la que al final se desgrana un tono bastante adulto. Siguiendo la estela del oso 'Paddington', ahora es otro entrañable personaje de la literatura británica el que se ha hecho con su propia adaptación cinematográfica para intentar repetir la fórmula del éxito.

Arrastrando la tradición de 'El cuento de Perico, el conejo travieso', título por el que se dio a conocer la publicación de Potter en España, 'Peter Rabbit' se centra en una familia de conejos: Peter, sus hermanas trillizas Pelusa, Pitusa y Colita de algodón y su primo Benjamín. La manía del 'héroe' del cuento, el rebelde y desobediente Peter Rabbit, por colarse en el huerto de la familia McGregor aún a riesgo de acabar en el horno rodeado de patatas va a estructurar toda la película. Cuando el sobrino del Tío McGregor ocupe la casa en el campo de su familiar, Peter iniciará una nueva guerra contra el humano que no le deja apropiarse de la fruta y verdura del huerto, poniendo incluso en peligro el cariño de su vecina Bea.

 'Peter Rabbit'

Acompañando en la versión original a los actores que sí vemos en pantalla, Domhnall Gleeson, el General Hux de 'Star Wars' y Rose Byrne, que repite bajo las órdenes de Will Gluck tras 'Annie', doblan a los animales celebrities como James Corden, Daisy Ridley o Margot Robbie. Por su parte, el doblaje español cuenta, principalmente, con Dani Rovira como Peter Rabbit y Belén Cuesta y Silvia Abril dando vida a dos de las hermanas del conejo protagonista. Un conjunto de voces bastante acertado para esta cinta que presenta a unos animales menos blandengues que Paddington.

En su mayoría, 'Peter Rabbit' es exagerada en su forma de desarrollar las situaciones y los diálogos en favor de un sentido del humor con un espíritu canallita, al igual que su protagonista. No deja de lado a los niños como espectador, pero de sus chistes, que en repetidas ocasiones llevan consigo sorna y un tono sarcástico, disfruta más un adulto capaz de captar los matices. Es paradójico cómo, cuando se esboza en la película la táctica de las moras, que ha generado polémica por la supuesta 'insensibilidad' de los responsables de 'Peter Rabbit' ante las alergias, se adelantan a nuestra propia irascibilidad y Peter interpela al espectador realizando un comentario mordaz y de lo más oportuno a posteriori.

 'Peter Rabbit'

¿Una mezcla explosiva?

En este sentido, la película se aleja de ser naif, no blanquea mucho su trama para gustar a todos y huir de lo que pueda resultar crítico, que es sobre todo ese impulso de mafia asesina que parece corroer al grupo de conejos. Con la narración de Pelusa (Cuesta), 'Peter Rabbit' evidencia lo que tiene muy presente: que está contando un cuento pero no uno cualquiera, sino un relato que haga uso de un lenguaje universal que pueda llegar a todos, con más o menos detalles, y con un toque de rebeldía.

Así, controla la forma de construir esas grandes historias de dibujos animados con el malo malísimo por villano y la cándida figura que funciona como benefactora de los débiles, a la par que maneja recursos que gestionan mensajes más adultos. A estos últimos espectadores, por ejemplo, no les costará ver un 'reflejo' de sus personas en un acelerado gallo al que el ritmo de los días le sobrepasan.

No obstante, al final, puede resultar un poco fuerte, sobre todo de cara a los niños que vayan a ver esta película, la relación que se establece entre los animales y el villano, por mucho que pueda escudarse 'Peter Rabbit' en el hecho de ser una cinta compuesta, en parte, por dibujos animados. Además, no siempre clava ese caos del que debe nacer una escena divertidísima. A veces se le aturullan los diálogos, creando una confusión que se queda en el aire.

Nota: 7

Lo mejor: La cierta autoconsciencia que tiene como relato y los momentos en los que recupera la forma que Beatrix Potter le dio a los conejos.

Lo peor: Puede resultar un poco agresiva de más.