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CRÍTICA

'Noche de juegos' es justo la comedia absurda que necesitamos

Entre tantos dramas y superhéroes en cartelera, 'Noche de juegos' es un soplo de aire fresco, una comedia inocente pero nada ingenua.

Por Luisa Nicolás 27 de Abril 2018 | 13:30

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Es evidente que una crítica debe intentar ser siempre lo más objetiva y quizá neutral posible, pero en comedia la subjetividad del humor tiene un peso mucho mayor que la emoción en el drama o la tensión en el thriller. Lo que hace gracia a unos puede aburrir a otras, pero aún así nos vamos a arriesgar a proponeros un juego que estamos segurxs que es imposible de ganar: intentar no reírse ni una vez durante los 100 minutos que dura 'Noche de juegos'.

Jason Bateman y Rachel McAdams son Max y Annie, una pareja extremadamente competitiva que cada semana se reúne con sus amigos para una noche de juegos. Cuando Brooks (Kyle Chandler), el hermano más guapo, exitoso y carismático de Max llega a la ciudad, transforma su tranquila noche de nachos y Cluedo en una carrera de misterios y acción donde ni el espectador ni los personajes sabrán diferenciar ficción y realidad.

Esta alocada comedia negra lo tiene todo para hacernos pasar un buen rato, combina humor absurdo, gags físicos y aparatosa violencia sin recrearse en ninguno de ellos. Es rápida, divertida y con un reparto de primera, de esos capaces de interpretar personajes torpes y tan tontos que tiran a lo idiota, pero resultando siempre entrañables. Los diálogos no pierden el tiempo y están repletos de referencias a la cultura popular y la actualidad del momento moviéndose entre lo inteligente y lo descabellado.

'Noche de juegos'

Con una trama que se vuelve por momentos excesivamente rebuscada, tener un guión sólido que sabe en todo momento hacia donde van los personajes es fundamental para no caer en el despiste, y en ese sentido el trabajo de Mark Perez compensa chistes y personajes bobalicones muy bien definidos para no dar tregua a la risa en toda la película. Algo que resulta cuanto menos sorpresivo teniendo en cuenta que su mano ha firmado también 'Herbie: A tope' y 'Osos a todo ritmo'. Uno de sus mayores aciertos es que ni siquiera en las escenas más emotivas se deja llevar por la moralidad, resolviendo las inseguridades sobre la paternidad con una metáfora del pac-man.

'Noche de juegos' tiene muchas reminiscencias al cine de David Fincher, con un argumento que guarda ciertas similitudes a 'The Game' y homenaje a 'El club de la lucha' incluido. John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein usan todos los trucos que tienen en su mano, como esa intensa escena con un huevo Fabergé volador en plano secuencia; para mantener un ritmo vertiginosos que decide prescindir por completo de verosimilitud. Usando el efecto miniatura en las escenas de transición, convierte la realidad en una maqueta y a los personajes en piezas sobre un tablero. La película juega con ellos como ellos juegan a ser héroes de acción.

Pese a su sólido guión y la elaborada labor de dirección y montaje, la auténtica clave del éxito de 'Noche de juegos' es la química explosiva entre todos los protagonistas. A Bateman y McAdams les acompañan Sharon Horgan, Billy Magnussen, Kylie Bunbury y Lamorne Morris como la pandilla de amigos treinta(y cuarenta)añeros. Entrelazándose con la trama de atracos, secuestros y mafias, cada personaje tiene su propio arco argumental y momento para brillar. Pese a los disparatado, absurdo o ridículo del chiste que tengan entre manos, todos se toman su trabajo con mucha responsabilidad, porque hacer reír es una cosa muy seria.

'Noche de juegos'

El personaje de Bateman no difiere demasiado de su Michale Bluth de 'Arrested Development', un tipo normal, tan normal, que resulta involuntariamente gracioso. A McAdams hacía mucho tiempo que no la veíamos en una comedia alocada. Desde la icónica 'Chicas malas', y de eso hace ya 14 años, parece absurdo que a nadie haya pensado en darle un papel donde pudiese desarrollar libremente su arrolladora y entrañable vis cómica. Pocas actrices como ellas son capaces de equilibrar ese nivel de payasismo y adorabilidad a partes iguales y salir airosa. Además, el tándem que forman Bateman y McAdams es magnético.

Mención aparte merece la genailidad de Jesse Plemons como el vecino rarito, intenso y grimoso de Max y Annie. Siempre a punto de eclipsar al resto de personajes, la película hace malabares para compensar el peso de los todos los protagonistas. Por 'Noche de juegos' también aparecen como estrellas invitadas Danny Huston, Jeffrey Wright o Michael C. Hall, nombres poco asociados a la comedia que aumentan la diversión.

El resultado es hilarante, una montaña rusa de risas y acción que consigue acertar en el tono de cada chiste, aunque en realidad no tenga nada de nuevo. Hace lo de siempre pero lo hace muy bien.

Nota: 8

Lo mejor: Jesse Plemons y que ni en la parte más moralista se toma en serio a si misma.

Lo peor: Los numerosos giros de su trama final pueden resultar agotadores además de dejar un par de cabos sueltos.