La película 'Dos forajidos (Rust)' se hizo conocida de la noche a la mañana tres años antes de su estreno debido a una tragedia que ocurrió durante el rodaje. En uno de los días de trabajo de la película western en octubre de 2021, la producción se vio obligada a detenerse después de que Alec Baldwin hiriera a la directora de fotografía, Halyna Hutchins, de muerte.
Aunque no fue intencionado y ocurrió a causa de un arma de fuego de atrezo, que en un principio era inofensiva, no se pudo hacer nada por evitar el fatal desenlace. Esto afectó gravemente a la salud mental de Baldwin, quien portaba el arma que se disparó. El actor ha confesado, incluso, que después de que se presentaran cargos (por segunda vez) en su contra su cabeza se llenó de pensamientos suicidas.
En el episodio del 19 de diciembre de 2025 del podcast ‘Dopey: On the Dark Comedy of Drug Addiction’, Baldwin se ha abierto sobre el estado de su salud mental y el precio que tuvo que pagar. En los momentos en los que su vida se sumió en oscuridad, no podía evitar pensar en sus hijos y cómo esto les acabaría afectando.
“Las personas que más me preocupaban, las personas por las que sentía un profundo dolor, eran mi esposa y mis hijos. Porque mis hijos me veían sentado en un rincón, y no podía ni moverme”. El actor no tenía fuerzas y y se pasaba los días durmiendo ante el agotamiento mental que sufría. “Me ha quitado al menos diez años de vida”.
Apoyo en su familia y en la fe
A pesar de contar con el apoyo de su mujer y de su familia, los pensamientos continuaban en su mente y tenía que hacer todo lo posible porque no tomaran el control. “Cuando llegas a ese punto en el que dices: ‘No quiero despertar otro día, me voy a ir’, lo juro por Dios, quiero decir, hablar de ello, y realmente no me resulta atractivo porque hablar de suicidarse y suicidarse de verdad son dos cosas profundamente distintas”.
Además de en su familia, se refugió en su fe para poder continuar con su vida. “Creo que mucha gente, creo que infinidad de personas, piensa en suicidarse y acabar con su vida, y muy pocos lo hacen. Y yo, recuerdo, solía quedarme en la cama pensando: ‘Dios mío, no puedo despertar otro día y que sea igual. Es lo mismo todos los días. Y no puedo’. Pero de alguna manera encontré la fe en Dios para, ya sabes, no suicidarme mañana. Esperemos un día más”.
Según Baldwin, la producción siguió todas las regulaciones impuestas por Hollywood en aquel momento. Sin embargo, el rodaje tuvo lugar en Nuevo México y los fiscales del lugar no seguían las reglas sobre las que el proyecto se fundamenta. No fue hasta que ocurrió la tragedia que las reglas con respecto a las armas de fuego se cambiaron. “Todas las reglas se cambiaron después del hecho, y eso me asustó mucho".
