'Anatomía de Grey': El motivo por el que el marido de Ellen Pompeo dejó de ver la serie

Si estuvieras en cualquier otro hospital, tendrías que lidiar con apendicitis, tumores y demás patologías pero esto es el Seattle Grace y aquí nada es normal. Y si no que se lo digan a Meredith, que tiene que sacar del cuerpo del paciente una bomba. ¡UNA BOMBA! Y lo consigue, claro, pero Kyle Chandler acaba volando por los aires.

Si te echas un novio y éste cae enfermo, por favor, nunca lo lleve al Seattle Grace. Y menos si eres protagonista: tiene todas las de morir porque nos encanta el drama y Shonda lo sabe. Éste en particular fue aún mayor porque fue Cristina quien se encargó de operarlo, la mejor amiga de Teddy Altman, pareja del enfermo.

Una tormenta azota el Seattle Grace y Meredith no encuentra un momento mejor para ponerse de parto que ese. La niña nace bien pero ella tiene una hemorragia interna y vuelve a estar al borde de la muerte... pero sobrevive, claro.

El ferry que tantas veces vemos en la serie, sufre un brutal accidente y allá que van varios de nuestros protagonistas. Sin embargo, Meredith, cuando está ayudando a uno de los herido, cae al agua y permanece unos instantes a flote hasta que ya no puede más y se hunde, perdiendo el sentido y ahogándose... O casi, porque aparece Derek y la rescata.

Cuando llega al Seattle Grace, está inconsciente y, en su imaginación, comienza a hablar con fantasmas de su pasado mientras que todos intentan hacer que vuelva a respirar... cosa que finalmente hace, evidentemente, sino se hubiera acabado la serie.

Después de doce temporadas, algo nos ha quedado claro: si entras en el Seattle Grace es MUY probable que no salgas. Hubo una racha en las primeras temporadas que más que un hospital parecía una morque: paciente que entraba, paciente que caía. Sabiendo esto no nos extraña que el viudo de uno de esas difuntas apareciera con ganas de asesinar a un par de médicos, en concreto, a Derek, Webber y Lexie.

A Derek le dispara y Cristina tiene que salvarle la vida in extremis mientras que Meredith se entera de que está embarazada. Así, todo junto. No sé cómo aún les queda pelo...

¿Podríamos hablar de la maldición del Seattle Grace? Se habla mucho de 'Juego de tronos' pero la de Shondaland le sigue muy de cerca. Recordemos este episodio de la octava temporada en que varios de sus protagonistas viajan en un avión que acaba estrellándose. Aunque parezca mentira, varios de ellos sobreviven aunque con secuelas; sin embargo, varios de ellos se quedan en el camino, como Lexie Grey y Mark Sloan.

El resto regresa a sus quehaceres y, con el tiempo, van retomando sus vidas: a la que más le costó fue a Arizona que perdió una de sus piernas en el accidente.

Aunque lo de la bomba fue de infartito, éste fue el gran primer drama de la serie. Nos esperábamos lo peor desde que vimos a Denny por primera vez pero estábamos ante una serie de la ABC, tenía que tener un final feliz, ¿verdad? ¡ERROR! La serie en estos dos episodios presentó sus credenciales para el futuro: agarraos los machos que esto va a ser una carnicería. Y así fue.

Denny muere justo después de proponerle matrimonio a Izzy y ella llora desconsolada en sus brazos mientras Alex intenta que le deje marchar (mientras suena Chasing Cars de Snow Patrol). Kleenex, por favor.

Esto más que un drama, ¡es un dramón! Y no se resume sólo a un capítulo, no, sino a un arco de episodios a cual más dramático que el anterior. Para el recuerdo esa boda sorpresa en la que Meredith y Derek ceden la ceremonia a Alex e Izzy y todos lloramos lo que no está escrito y más.

Pero eso no fue todo, claro, porque esto es 'Anatomía de Grey' y los dramas nunca vienen solos...

Fue toda una canallada hacerle esto a uno de los personajes más queridos de la serie pero también nos regaló uno de las mejores ideas de Shonda. En el capítulo, Derek sufre un accidente tras salvar a una familia en la carretera. Cuando llega al hospital, él está inconsciente pero nosotros escuchamos su voz, relatando todo lo que está viviendo: los errores que cometen los médicos y que le llevarán posteriormente a la muerte, básicamente. La despedida de Meredith, un poco más tarde, también fue todo un festival de lágrimas.

Pero este drama tuvo una consecuencia buenísima y brillante: el quinto episodio de la duodécima temporada en el que Callie llega a la cena de Meredith con la médico que no pudo salvar a su marido. Brillante.

... y cuando tú pensabas que todo el drama se resumiría en que Izzie está en las últimas llega un paciente con la cara hecha un Ecce Homo que... ¡dice que es George! Bueno, se tira varias escenas intentando decirle a Meredith quién es pero ella no se había leído el guión y le cuesta un poquito asimilarlo.

Así que, los dos dramas confluyen en la mejor season finale de la serie hasta que cuando ya estamos al borde del tabardillo llega LA escena: Izzie de nuevo en el ascensor, vestida como cuando iba a ver a Denny, y se abren las puerta y el que aparece es George, vestido de militar... y funde a negro. Y tú te quedas con una cara de panolí que alucinas. Así es Shondaland. Así es 'Anatomía de Grey'.