Actor de diversas producciones de corte medio o menor, su trabajo más notable fue en 'Ovejas asesinas', el neozelandés James Ashcroft debuta en la dirección de largometrajes con 'Atrapados en la oscuridad', un título que llega a salas comerciales tras su paso por los festivales de Sundance y Sitges. Un auténtico camino infernal, con el que Ashcroft crea una auténtica carta de presentación, que muestra que se está ante un director que sabe crear opresivas atmósferas que envuelven un relato en una espiral de violencia y venganza.

El filme comienza de forma muy frontal, exponiendo rápidamente una violencia muy explícita que desconcierta. Es fascinante a la par que espeluznante cómo configura la figura del villano encarnado por Daniel Gillies, personaje tenebroso que va desenmascarándose, dentro de su delirio y que tiene como contrapunto a una víctima que termina también mostrando su lado más tenebroso, interpretado por Erik Thomson, cuya perfecta vida ve destruirte en cuestión de segundos.
Desde ese momento, Ashcroft, quien firma el guion junto con Eli Kent, convierte este viaje en una pesadilla en la que se van revelando datos y su villano termina es convertido en una especie de ángel de la muerte imperfecto, que comete errores, pero peligrosamente desquiciado. El realizador va dejando poco a poco información sobre el motivo de su locura, al igual que el protagonista, quien parece un apacible hombre de familia, tiene un lado más oscuro de lo que parecía inicialmente.

Un debut violento y salvaje de un director prometedor
Tras una primera parte que llama la atención y consigue mantener en máxima expectación al público, poco a poco va perdiendo fuelle, a pesar de aumentar la dosis de violencia en cada secuencia, la cual termina siendo desafortunadamente gratuita. Esto es culpa de su villano principal, hombre torturado y mentalmente inestable. A pesar de recordar inicialmente al vagabundo que encarnó Macon Blair en la estupenda 'Blue Ruin', el personaje termina actuando de una manera errática, que arrastra a una trama que termina perdiendo fuerza y llegando a una resolución carente de lógica. A ello se suma que deja varios flecos en la trama que no termina de aprovechar.

A él se le suma un ambiguo Erik Thomson, aunque quien sobrecoge es Matthias Luafutu, quien encarna a Tubs, el leal cómplice de crímenes de Mandrake, el villano al que encarna Gillies. Su hierática mirada y una postura que apenas cambia a lo largo del filme, transmite esa sensación incómoda que está presente a lo largo del filme, cual esbirro intrigante.
Como carta de presentación, 'Atrapados en la oscuridad' funciona a medio gas. Se ve que Ashcroft sabe crear atmósferas y crear comienzos que enganchen a los espectadores. Sin embargo, en materia de desarrollo de la trama, aún le queda mucho por pulir. No obstante, como debut, demuestra ser un realizador prometedor, gracias a esa habilidad que tiene para crear situaciones incómodas que mantienen en tensión a los personajes.
Nota: 5
Lo mejor: El ritmo de la acción y la violencia frontal con la que comienza.
Lo peor: Su intensidad se va desinflando en su parte final, que deja demasiadas cosas por pulir.