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CRÍTICA

'El caso Villa Caprice': Susurrando al Leviatán

Crítica de 'El caso Villa Caprice', dirigida por Bernard Stora y escrita por Stora, Pascale Robert-Diard y Sonia Moyersoen. Con Niels Arestrup, Patrick Bruel, Irène Jacob, Paul Hamy y Laurent Stocker.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 21 de Enero 2022 | 09:20
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Enfocado en el mundo de la televisión, el regreso al cine del francés Bernard Stora sorprendió a muchos, lo que provocó que inmediatamente se prestase atención a esta vuelta a la gran pantalla, la cual no pisaba desde 1999, cuando lanzó su segundo largometraje, 'Un dérangement considérable', con un jovencísimo Jalil Lespert. 21 años después, presenta 'El caso Villa Caprice', que llega ahora a salas españolas, un elegante y atrayente thriller inspirado en hechos reales.

El caso Villa Caprice

El filme está inspirado en el caso Olivier Metzner, famoso abogado penalista francés que defendió a personas tremendamente influyentes como Timothy Koogle, director ejecutivo de Yahoo!; Patrick Puy, exdirector ejecutivo de Moulinex; a Pierre-Yves Gilleron cuando fue acusado de escuchas telefónicas en el Elíseo; a la aerolínea Continental Airlines por el accidente del vuelo 4590 de Air France; al cantante Bertrand Cantat cuando asesinó a la actriz Marie Trintignant en un caso de violencia machista; además de representar a partidos políticos separatistas corsos o a la Iglesia de la Cienciología.

Considerado el abogado más poderoso de Francia en 2012 por la revista GQ, en 2013 se suicidó en su isla, Boëdic. Su caso llamó la atención de la periodista Pascale Robert-Diard, la cual propuso realizar un documental sobre él y que terminó desembocando en un filme de ficción con el que Stora ha regresado al celuloide y del que la reportera participa siendo coguionista del filme junto con el propio cineasta y Sonia Moyersoen. Al pasarlo a ficción, el asunto Metzner se transforma, permitiendo ver ese círculo vicioso en el que estuvo el abogado, tan cerca del poder y que representó a personas, empresas e instituciones de la alta sociedad gala.

El caso Villa Caprice

Un sublime duelo interpretativo entre Niels Arestrup y Patrick Bruel

La cinta muestra cómo se produce un juego de poder, cual partida de ajedrez, entre el abogado y el representado. Es aquí donde Stora plantea la pregunta de quién es el que tiene la sartén por el mango en un caso de corrupción, por ejemplo: ¿aquél que ha sido imputado y está siendo investigado y su caso ha sido divulgado por los medios de comunicación o el letrado que conoce todos los entresijos y que debe ser el que logre que su cliente salga indemne?

El caso Villa Caprice

Aunque Stora termina zanjando esa cuestión, aprovecha el interrogante para hacer un elegante thriller en el que sus protagonistas juegan al gato y al ratón en cada escena. Aquí se puede ver la buena elección de sus actores principales, pues Niels Arestrup y Patrick Bruel muestran sus cartas paulatinamente, permitiendo mantener la intriga hasta el final, logrando que el público esté pendiente tanto del caso como de lucha de egos por el dominio de la situación y de cómo el cazador puede terminar siendo una presa fácil del que se suponía era el sujeto cazado.

Con una puesta en escena fascinante, envuelta en el lujo y la jet set gala, 'El caso Villa Caprice' es un notable drama que retrata cómo jugar a tener el poder termina siendo el camino a la perdición y cómo es imposible no dejarse impregnar por la mirada cínica y manipuladora de aquellos que representan el poder. Un largometraje que vuelve a poner en valor la industria cinematográfica francesa como baluarte de ese cine de 'clase media' que lucha por mantener su posición en la gran pantalla pese al asedio de las plataformas y los blockbusters. Un sublime duelo interpretativo del más alto nivel para deleite del público.

Nota: 7

Lo mejor: Cómo el guion mantiene el juego de poder hasta el final. El duelo actoral entre Arestrup y Bruel.

Lo peor: Su resolución final se antoja algo precipitada.

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