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CRÍTICA

'Chicos buenos': Aquellos traviesos chavales

Crítica de 'Chicos buenos', ópera prima de Gene Stupnitsky. Ácida comedia juvenil protagonizada por Jacob Tremblay, Keith L. Williams, Brady Noon y Molly Gordon.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 25 de Agosto 2019 | 12:31
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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En un momento en el que impera lo políticamente correcto, la llegada de comedias como 'Chicos buenos' demuestran que, pese a todo, aún existe espacio para el humor más negro y satírico. El realizador Gene Stupnitsky, curtido en el humor al haber escrito y dirigido episodios de la versión estadounidense de la mítica 'The Office', debuta con una propuesta muy gamberra y atrevida, en la que convierte a Jacob Tremblay, Keith L. Williams y Brady Noon en tres preadolescentes con las hormonas revueltas.

Chicos buenos

Max, Lucas y Thor acaban de entrar en el instituto. Los tres preadolescentes ven cómo su mundo cambia, con nuevos intereses, como las chicas. Cuando son invitados a su "primera fiesta del beso", los amigos consideran que tienen que aprender a besar antes de ir a la fiesta para evitar hacer el ridículo. Por ello, usan el dron del padre de Max para espiar a su vecina, Hannah, para aprender a saber besar. Pero la chica les pilla, provocando que los tres amigos acaben envueltos en una historia de drogas, robos, policías y escenas incómodas. Eso sí, con bastante buen humor.

Humor de los guionistas de 'The Office'

El cine juvenil ha ido cambiando de forma en cada nueva etapa cinematográfica, mas no así su trasfondo. 'Chicos buenos' es una propuesta sobre el paso de la niñez a la adolescencia, aunque vista de una forma ácida, llena de gags y situaciones que también vienen a dejar clara una cosa: la infancia no es nada inocente, quizás naíf (por la falta de experiencia), pero de ingenua nada.

Chicos buenos

Es más, Stupnistky, que firma el guion junto con Lee Eisenberg, su compañero de batallas en 'The Office', crea situaciones de incómodo humor, en el que el público adulto se tronchará de risa ante un tipo de comedia que se atreve a tratar temas espinosos, la escena en la que Max le pide consentimiento a un maniquí para besarlo es el ejemplo más evidente. El director quiere entrar en el ojo del huracán, una demostración que la comedia, pese a todo, no debe tener límites.

Auspiciada por Seth Rogen

Con lo cual, 'Chicos buenos' es una continua sucesión de momentos llenos de humor, en los que los pequeños actores principales son protagonistas de escenas con mucho doble sentido. Ahí entra en juego el talento de los tres niños, que logran salir airosos de esta comedia gamberra no apta para menores. Jacob Tremblay, el cándido pequeño de 'La habitación' y 'Wonder', demuestra que ya no es tan niño, con una vis cómica que, es de suponer, continuará explotando en futuras producciones. Un auténtico prodigio que derrocha versatilidad. A su lado dos chavales curtidos en series, Keith L. Williams ('El último hombre en la Tierra') y Brady Noon ('Boardwalk Empire'), que demuestran también sus dotes para el humor, en su vertiente más negra.

Chicos buenos

'Chicos buenos' no inventa la rueda, pero ofrece una mirada más honesta sobre lo que es la pubertad que otras películas de su género. Podría considerarse la versión comercial y gamberra de la cinta francesa 'El novato' o 'Aurora (Jamais contente)', cuyos protagonistas abordaron una temática similar, así como también una visión de familiar del cine producido por Seth Rogen, una versión light de 'Supersalidos' o 'La fiesta de las salchichas'.

Nota: 7

Lo mejor: Los tres niños protagonistas, su talento y capacidad para lidiar con el tema de la cinta es formidable.

Lo peor: Realmente es menos ácida y satírica de lo que se espera de una producción de Seth Rogen. Es más políticamente correcta de lo que cree.

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