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CRÍTICA

'D'Artacán y los tres mosqueperros': Uno para todos y todos para uno

Crítica de 'D'Artacán y los tres mosqueperros', dirigida por Toni García y escrita por Douglas Langdale. Basada en la serie de animación de 1981 y en 'Los tres mosqueteros' de Alejandro Dumas.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Agosto 2021 | 12:00
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Durante una época, títulos míticos de animación de los 70 y 80 como 'Heidi', 'La abeja Maya', 'Vickie el Vikingo' o 'Calimero' tuvieron una especie de revival con remakes de sus series en 3D, con 'La abeja Maya' y 'Vickie el Vikingo' como únicos títulos que saltaron a la gran pantalla. Tarde o temprano tenía que suceder con aquellas ficciones españolas que conquistaron al público, rompiendo fronteras, como fue el caso de 'D'Artacán y los tres mosqueperros', que ahora vuelve con una versión de lujo para cines.

D'Artacán y los tres mosqueperros

Producida por Claudio Biern Boyd, creador no solo de 'D'Artacán' sino de otras icónicas series como 'La vuelta al mundo de Willy Fog' o 'David, el gnomo', no era sencillo el regreso del emblemático can basado en la aclamada obra de Alejandro Dumas. A diferencia de los otros títulos mencionados, la adaptación cinematográfica de la serie de 1981 ha buscado ser lo más fiel posible a su espíritu original como también a la novela de Dumas sin que ello signifique no hacer un relato actualizado, muy especialmente con el caso de los personajes femeninos, los cuales llegan renovados.

El resultado es un filme espléndido. Toni García, el cual debuta como director de largos, ha sabido crear una propuesta equilibrada entre la nostalgia y su mirada al presente, a las nuevas generaciones, con una trama dinámica cuya historia mantiene la esencia de los relatos de aventuras clásicos, con los arquetipos de buenos y malos. No obstante, se aprecia aquello que hizo atemporal la serie de 1981: el sentimiento de solidaridad, fraternidad y lealtad que había entre D'Artácan y sus fieles Pontos, Dogos y Amis. Valores universales que también logran que la cinta tenga ese toque atemporal. Y, aunque ya se ha comentado, es agradable ver a sus personajes femeninos tomar fuerza y estar a la altura, con Juliette convertida en la mente activa del grupo y con Milady siendo una auténtica espadachina, cuya astucia no tiene nada que envidiar a la del cardenal Richelieu.

D'Artacán y los tres mosqueperros

Una propuesta familiar atemporal hecha de forma cuidada y artesanal

Por otro lado está su animación, sin grandes presupuestos como los de las producciones de Pixar, Disney, DreamWorks o Illumination, 'D'Artacán' ofrece una animación más que esmerada y conseguida. Con homenajes al 2D original, su estilo artesanal consigue transmitir ese toque de nostalgia actualizada que impera en la trama de la cinta y que es bien traducido a su animación, con escenas hermosas, especialmente con fondos muy cuidados, en los que se combina la animación hecha a mano con la producida por ordenador. El resultado final está cerca de producciones europeas como 'Ballerina' o 'Mina y el mundo de los sueños'.

D'Artacán y los tres mosqueperros

La animación española ha demostrado sobrado talento con títulos tanto comerciales, como fue el caso de 'Las aventuras de Tadeo Jones', 'Atrapa la bandera' o 'Klaus', como de autor, como sucedió con 'Chico y Rita', 'Arrugas' o 'Buñuel en el laberinto de las tortugas'; una vez más, vuelve a evidenciar ser una industria prometedora, la cual necesitaría más apoyo respecto a la financiación.

Ese el caso de 'D'Artacán y los tres mosqueperros', un regreso a la nostalgia magníficamente realizado, pues sabe mirar a su propio presente y que apuesta por una temática atemporal, cada vez menos presente en la industria de animación actual. Un agradable y entrañable viaje por la obra de Dumas que, sin duda, ya es una candidata más que seria al Goya a la mejor película de animación del año que viene.

Nota: 8

Lo mejor: Su mensaje de fraternidad, lealtad y solidaridad sigue intacto. Valores imprescindibles que hacen del filme una propuesta pedagógica y divulgativa también. Las intrigas de palacio conquistarán al público adulto.

Lo peor: Su alivio cómico, el ratón Pom, llega a cansar en varias ocasiones.

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