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CRÍTICA

'First Man - El primer hombre' apuesta por la otra cara de la luna con una sutileza muy disfrutable

La dirección de Damien Chazelle y las interpretaciones de Ryan Gosling y Claire Foy elevan a esta cinta muy estilo Oscar que recompensa la paciencia del espectador.

Berta F. Del Castillo
Por Berta F. Del Castillo Más 11 de Octubre 2018 | 09:20
Creadora de contenido digital y periodista especializada en cine y series. Fan de 'Star Wars'.

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A través de la mirada de un protagonista de muy pocas palabras 'First Man - El primer hombre' puede resultar arisca para el espectador menos acostumbrado a la introspección, pero la espectacularidad de la dirección de Damien Chazelle y las interpretaciones de Ryan Gosling y Claire Foy atrapan antes o después a través de una película que deja a un lado el camino épico que acostumbran a recorrer esta clase de historias para apostar por el lado más humano... Aunque no lo parezca a simple vista. Y es que las escenas con la muerte llamando a la puerta de Armstrong y las dificultades de la carrera espacial cobrando todo el protagonismo del mundo, pueden dar a entender que esta adaptación de la biografía escrita por James R. Hansen es muy de espectacularidad astronáutica. Y sí... pero no.

 Ryan Gosling en 'First Man - El primer hombre'

Lo más interesante de esta cinta, más allá de lo mencionado, es un guion muy parco en palabras que subraya el talante del que fuese proclamado héroe norteamericano muy a su pesar. Una rebosante caja de sentimientos andante es lo que Gosling representa al abrazar una narrativa muy enfocada a la vida personal del primer hombre que puso el pie en la luna. Por supuesto la campaña promocional elimina toda esta marcada intención que esconde el libreto de Josh Singer, y se queda con una sobredosis de testosterona no tan presente en una cinta en la que la masculinidad tóxica se convierte en la protagonista solo a los ojos del espectador que ya tiene claro que el machismo pasa factura a todos, tanto a hombres como a mujeres.

Armstrong, incapaz de expresar lo que siente (ni siquiera a su mujer) emprende una desesperada huida hacía adelante con el único objetivo de dejar todo atrás. Unas lágrimas en soledad y un doloroso recuerdo en la palma de la mano es la única forma que tiene este hombre de expresar lo que lleva dentro en un mundo en el que algunos dejan caer que la muerte es consecuencia de una falta de agresividad imperdonable. Todo esto debajo de una historia con una cantidad ingente de hombres blancos pretendiendo que "lo tienen todo bajo control" frente al enorme trabajo de una única mujer.

 Ryan Gosling y Claire Foy en 'First Man - El primer hombre'

Foy saca todo el jugo y un poquito más de cada una de sus escenas elevando la interpretación de su partenaire y dejando claro que la fortaleza de Janet, la mujer de Armstrong, no tiene límites. La mitad del tiempo no puedes entender que no rebosen esos ojos constantemente llorosos, que no rompa esa furia que oculta a ras de piel, que no le tire una silla a la cabeza a su marido, pero es que la contención es la tónica general en una casa muy de expresar con lo justo. A través de sus miradas lo dan todo a entender salvo en momentos muy concretos y su relación va conectando de manera tan natural que al final solo con gestos tienes todas las respuestas.

Mucha sutileza sí, y muy bien traída. Más allá de lo que sienten estos personajes se encuentra la historia que todo hijo de vecino espera ver en el cine, con los puntos obvios que es necesario recorrer: el peligro, los fracasos, más peligro, la esperanza, las escenas de parque de atracciones... Toda esta cara del film hace pensar que quizá en secuencias como estas se esconde el éxito de esa nueva experiencia cinematográfica que es el 4D. Es que es imposible no imaginar como sería vivir esos planos cerrados de meterse en el cuerpo de Gosling con meneo de butaca y demás efectos que lo mismo agradan que tiran para atrás. Se imagina porque el meneo es casi tan palpable que hace desear más gracias a una espectacularidad muy del séptimo arte de hoy en día.

 Damien Chazelle y Ryan Gosling en 'First Man - El primer hombre'

Estilo Oscar pero con una esencia diferente

Es muy interesante ver como Armstrong lidia con el duelo dentro de los márgenes socialmente aceptables para un hombre, sobre todo en aquella época. Si ahora las lágrimas masculinas son difíciles de presenciar, en los sesenta eran un tema que estaba fuera de consideración en la mayoría de los casos. Así este hombre, que está claro que siente profundamente, se ahoga en un pesar que es incapaz de compartir. Esta apuesta por subrayar cómo esta limitación pasa factura a Armstrong, da a la cinta un inesperado toque de reivindicación sentimental que se sale ligeramente del enfoque que suele garantizar un triunfo en la temporada de premios. Aún así la esencia de candidata al Oscar sigue ahí de la mano de una dirección brillante y unas líneas nacidas de la pluma del que se encargase de los guiones de películas como 'Spotlight' o 'Los archivos del Pentágono'.

También resulta muy atractiva la manera en la que estos creativos plantean cómo fue realmente este viaje. Cómo de desastroso. Los errores se suceden y las muertes se multiplican en una misión que salió bien teniendo todas las papeletas para ser un desastre. 'First Man' cuenta todo esto de una forma honesta y directa, llegando a afirmar directamente a través del personaje de Foy, que allí nadie sabía lo que estaba haciendo. Esta sinceridad lo impregna todo convirtiendo el aspecto humano en lo más disfrutable de una película brillante en lo que a la ejecución se refiere, que termina con una escena tan conmovedora como categórica representando la lucha interna del que aparcó su lado más humano para ser astronauta.

Nota: 8

Lo mejor: La dirección de Chazelle y absolutamente maravillosa escena final.

Lo peor: Su apuesta por una narrativa clásica que arrastra los pies. Recompensa al espectador pero se lo pone difícil.