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CRÍTICA

'Libertad': La improbable amistad de verano

Crítica de 'Libertad', ópera prima de Clara Roquet. Mostrada en la Semana de la Crítica de Cannes 2021 y filme inaugural de la 66 Seminci de Valladolid. Protagonizada por María Morera y Nicolle García.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 19 de Noviembre 2021 | 10:35
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine de autor español está trayendo una cantera de una nueva generación de cineastas que han encontrado su propia perspectiva sobre el tipo de cinematografía que quieren crear. Siguiendo el camino de otras realizadoras que han traído propuestas personales e intimistas como Celia Rico, Carla Simón, Carol Rodríguez Colás o Pilar Palomero, llega ahora la barcelonesa Clara Roquet con 'Libertad', único largometraje español en estar presente en el Festival de Cannes de 2021, en la sección paralela de la Semana de la Crítica; además de ser el filme inaugural de la 66ª edición de la Seminci de Valladolid.

Libertad

Lo que parecía fruto de un año en el que las propuestas comerciales huyeron, finalmente se demuestra como una consolidación del cine independiente español, ejemplo de ello es, precisamente, 'Libertad'. Roquet configura un íntimo y sentido retrato de la madurez en plena adolescencia. Aunque tenga cierto espíritu de 'coming age movie', la directora y guionista expone un escenario mucho más complejo, en el que factores aparentemente secundarios juegan un papel relevante y en el que los gestos y las situaciones plasman un largometraje con una fuerte crítica social, especialmente en esa mirada buenista que existe sobre el trabajador inmigrante.

'Libertad' podría considerarse la respuesta honesta y concreta a lo que fue el enfoque condescendiente y banal de Alfonso Cuarón en 'Roma'. Es más, Roquet, la cual debuta en la dirección pero fue guionista de títulos como '10.000 km' o 'Petra', hace un retrato intergeneracional y transversal. No solo expone la mirada de la familia burguesa y del cambio de percepción respecto a la madre y la hija; sino que enfoca la cinta en la perspectiva de la mujer colombiana que cuida de la abuela enferma del clan, además de ser ama de llaves y doncella a tiempo completo, como también de su hija. Precisamente, son las miradas de las hijas las que dejan en evidencia el clasismo que pervive aún en la sociedad española.

Libertad

Y todo bajo el barniz del paso de la infancia a la adultez de Nora, interpretada estupendamente por María Morera. Ese cambio generacional y de la amistad improbable de la hija de la familia bien y la de la mucama-enfermera. Gracias a esa apariencia, Roquet, muy sutilmente, configura un largometraje que sabe narrar con franqueza la caída del mito de los padres, de las figuras de autoridad. También hace un ejercicio de representación de una realidad habitual en el día a día de la sociedad española y que poco se plasma con respeto, da gusto ver protagonistas de origen latinoamericano, escuchar el acento colombiano y ver cómo no es tratado como un elemento exótico.

Una ópera prima intimista, con dos actrices maravillosas

Y todo porque Roquet ha creado un filme muy íntimo, en el que pone sentimiento a sus personajes. Aunque inicialmente evoque al cine de Valeria Bruni Tedeschi, finalmente se acerca a la mirada de Anna Muylaert, recordando 'Libertad' a esa formidable joya cinematográfica que es 'Una segunda madre'. Y eso se consigue gracias a sus protagonistas. María Morera está estupenda en su papel de adolescente que ve cómo su mundo se resquebraja. Sus escenas en las que caen los mitos parentales, en las que dice sin decir, a través de miradas, en las que el personaje comienza a ver a los seres humanos que están tras las figuras materna y paterna. A su lado, Nicolle García, todo un estallido de rebeldía, en el lado opuesto, haciendo honor a su nombre, Libertad. Lejos de retratar a la joven colombiana como el elemento 'perturbador', su personaje termina realizando el proceso opuesto al de Nora, al ir comprendiendo más a la figura ausente materna. Y todo ello con pequeños detalles, con escenas cotidianas, que dotan al filme de una humanidad fascinante.

Libertad

Mención también por ese universo estival, femenino, en el que las figuras masculinas son meros actores secundarios. Roquet tampoco olvida la importancia del escenario, creando una casa de verano inmersiva, en la que el espectador verá la doble mirada de la madre de la familia, interpretada por Nora Navas, y de cómo gestiona su propia crisis personal y familiar, eso sin olvidar que en este mundo de adultos, las clases sociales están mucho más marcadas. La cineasta, también de manera perspicaz, reproduce la hipocresía burguesa, de cómo esa aparente benevolencia y amabilidad son simples fachadas.

'Libertad' es una experiencia cinematográfica estupenda, que mira más allá de lo que puede esperarse de una 'coming age movie', gracias a su vertiente social y su trasfondo, un mundo de adultos que enfrenta a la realidad a esa juventud que está transitando hacia la madurez. Junto con títulos como 'Josefina', 'La vida era eso' o 'Seis días corrientes', el filme demuestra que esa mirada intimista y de autor está muy presente en la cinematografía española, lo que da alas a seguir pensando que esa famosa vía de en medio entre lo comercial y lo de arte y ensayo aún es posible.

Nota: 8

Lo mejor: Las escenas en las que las adolescentes ven la humanidad de sus progenitores, lo que implica bajarles de un pedestal y ver sus defectos.

Lo peor: Hubiera estado genial que el personaje de Rosana, la madre de Libertad, estuviera mucho más desarrollado. Al final, su presencia es casi testimonial. No tiene ese trasfondo que tiene, por ejemplo, el papel de la progenitora de Nora.

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