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CRÍTICA

'La noche de los reyes': Las mil y una noches del narrador sin reino

Crítica de 'La noche de los reyes', dirigida por Philippe Lacôte y escrita por Lacôte y Delphine Jacquet. Protagonizada por Koné Bakary y Steve Tientcheu. Mostrada en la sección Horizontes de Venecia 2020.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 24 de Septiembre 2021 | 09:10
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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En 2014, el cineasta franco-marfileño Philippe Lacôte sorprendió a la crítica con la fascinante 'Run', en la que aprovechaba el estilo del realismo mágico para narrar una fábula sobre la historia reciente de Costa de Marfil. Desde otra perspectiva, estrena ahora 'La noche de los reyes', que llega a salas comerciales tras su paso por la sección Horizontes de la 77ª edición del Festival de Venecia, además de haber sido candidata a la mejor película extranjera en los Premios Independent Spirit y de haber estado entre las 15 preseleccionadas a ser nominadas a la mejor película internacional en la 93ª edición de los Oscar.

La noche de los reyes

Lacôte ofrece una propuesta singular: el filme tiene un trasfondo social, casi documental en el que se configura un universo experimental, en el que antiguas tradiciones ancestrales africanas se entremezclan con una historia de intrigas políticas dentro de una cárcel, que sirve como metáfora de la sociedad del país. El cineasta crea así un largometraje más complejo -si cabe- que su ópera prima, convirtiendo lo que hubiera podido ser un thriller de acción carcelaria en un drama de arte y ensayo con ciertos toques teatrales.

La premisa es sencilla, un joven termina en la prisión de la MACA, singular al ser un centro de reclusión que gestionan los propios presos, pues los funcionarios y la administración han claudicado tras la brutal violencia con la que respondían los prisioneros. La cárcel tiene sus propias reglas, pues allí el que manda es un preso llamado Barbanegra, interpretado por Steve Tientcheu. Este se encuentra enfermo y sabe que alguien debe sucederle. En la noche de la luna roja, según tradiciones ancestrales, será el momento de darle muerte y que llegue un sucesor.

La noche de los reyes

En medio está el nuevo recluso, al cual apodan Roman (significa novela en francés) tiene que la tarea de narrar una historia durante la noche de luna roja, sabiendo que cuando termine de contarla, será asesinado. Se desarrolla así una especie de versión africana y actual de 'Las mil y una noches', con Roman convertido en Scheherezade, pues tiene que estirar los relatos para evitar terminarlos, extiendo así tanto su vida como la de Barbanegra.

La cárcel como metáfora de la sociead: El realismo mágico de Lacôte

Lacôte plasma esta faceta con una mirada que recuerda a la de Abderrahmane Sissako, Ciro Guerra y João Pedro Rodrigues, una puesta en escena teatral, en la que la violencia y el poco valor a la vida se perciben en la atmósfera, con los presos danzando y realizando mímica para añadirle acción a los relatos de Roman, el cual es interpretado por Koné Bakary. Este narra y magnifica la historia de Zama King, un popular ladronzuelo.

La noche de los reyes

Aunque el cineasta franco-marfileño crea también otro contexto de intrigas por la sucesión en el puesto de jefe de la cárcel y aprovecha para también narrar la historia reciente del país africano. 'La noche de los reyes' es, ante todo, una travesía experimental por la forma de entender las costumbres y el folclore de la región que desembocan, en varias ocasiones, en una especie de violencia visceral que, por otro lado, sirve como forma de autocrítica. Un soberbio ejercicio cinematográfico que convierte a Lacôte en una de las voces a tener en cuenta de la cinematografía africana.

Nota: 8

Lo mejor: Como la atmósfera de violencia encaja dentro del realismo mágico de las narraciones de Roman.

Lo peor: No gustará a aquellos que busquen puramente una historia de acción y violencia.

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