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CRÍTICA

'Palabras para un fin del mundo': Más allá de la versión oficial

Crítica de 'Palabras para un fin del mundo', documental de Manuel Menchón. Mostrado en la sección Tiempo de Historia de la 65ª edición de la Seminci de Valladolid.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 13 de Noviembre 2020 | 09:05
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El director malagueño Manuel Menchón fue bastante pionero a la hora de acercarse a la figura del escritor y filósofo Miguel de Unamuno. Mucho antes de que lo hiciese Alejandro Amenábar con 'Mientras dure la guerra', el ya se acercó a su biografía, a través de la ficción, narrando una etapa anterior a la Guerra Civil Española, en 'La isla del viento'. En esta ocasión, el cineasta opta por ahondar en las consecuencias de su famoso discurso en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, de la que era rector, el 12 de octubre de 1936, frente a Millán-Astray, general del bando sublevado, con el documental 'Palabras para un fin del mundo', mostrado en la sección Tiempo de Historia de la 65ª Seminci de Valladolid.

Palabras para un fin del mundo

Aunque Menchón podría haber realizado un documental de carácter más periodístico, debido a la elevada documentación y archivo con la que argumenta su tesis, debido a su espíritu como cineasta, opta por crear un filme en el que da prioridad a las declaraciones de los propios protagonistas de los hechos, a través de epístolas, declaraciones y otros documentos históricos, siendo, esencialmente, las voces de Unamuno, como también de Millán-Astray, de Emilio Mola, Manuel Azaña, Gil Robles o Queipo de Llano, entre muchos otros.

Y ahí entra la importancia de contar con actores para dramatizar tales declaraciones, en un ejercicio que acerca al filme a un estilo documental más cinematográfico, como el que recientemente pudo verse en títulos tan distintos como pueden ser 'El viaje más largo' o 'Sanmao: La novia del desierto', en los que la narración corre a cargo de los propios protagonistas, dándole al filme un nivel mayor de autenticidad. A diferencia de los filmes citados, Menchón opta por agregar escenas filmadas por directores amateurs durante los años de la Segunda República y la Guerra Civil, lo que, si cabe más, da al filme una solemnidad excepcional.

Palabras para un fin del mundo

Un documental histórico fascinante

Y, lo cierto, es que tan cuidado y esmero ofrecen resultados notables, pues Menchón consigue plasmar la compleja personalidad de Unamuno, contradictoria y, a la vez, coherente, reflejo de esa mirada que buscaba salirse de la polarización, a través de la mesura que ofrece el intelecto y la razón. No obstante, la principal fuerza del filme es el interrogante que deja en el público sobre la versión oficial de la muerte del filósofo, evidenciando que su deceso podría haber sido provocado. Una tesis que el director sabe argumentar, aunque deja que sea el propio espectador el que saque sus propias conclusiones.

Con José Sacristán deleitando al público con su interpretación como Unamuno, 'Palabras para el fin del mundo' es el trabajo más logrado del cineasta malagueño, un filme que, en cierto modo, enmienda la propuesta de ficción que trajo hace un año Amenábar, evidenciando que, quizás, lo ideal para un momento histórico tan complicado era un largometraje documental.

Nota: 7

Lo mejor: La manera en la que argumenta sus tesis y el complejo retrato de Unamuno.

Lo peor: Aunque la voz de José Sacristán, como la de Víctor Clavijo, muestran una potente carga dramática solo a través de su timbre, no sucede lo mismo con otros de los intérpretes. Se hubiera agradecido contar con profesionales del doblaje.

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