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CRÍTICA

'Los perdonados': El desierto de los sentidos

Crítica de 'Los perdonados', dirigida y escrita por John Michael McDonagh. Basada en la novela homónima de Lawrence Osborne. Protagonizada por Ralph Fiennes, Jessica Chastain e Ismael Kanater.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 29 de Julio 2022 | 11:00
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Los perdonados': El desierto de los sentidos

El escritor francés André Gide, Premio Nobel de Literatura en 1947, dijo: "Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde". Tras una breve e insatisfecha aventura en Hollywood con 'Contra todos', el británico John Michael McDonagh regresa a la industria de su país con un largometraje con espíritu a cine de antaño, 'Los perdonados', adaptación cinematográfica de la novela homónima de Lawrence Osborne y que llega a salas comerciales tras su paso por el Festival de Toronto.

McDonagh sorprende desde el inicio, con una ejecución más propia del cine clásico, al introducir los créditos que habitualmente se colocan al final como carta de presentación, como se realizaba en antaño. Es más, el cineasta lo hace de manera inversa, de forma de que se lean primero los agradecimientos y los créditos del equipo técnico antes de entrar de lleno en la presentación de protagonistas, los cuales son también mostrados de forma inversa. En medio, una serie de secuencias elegantes que evocan a esas historias dramáticas o de misterio situadas en el período colonial, con una pareja adinerada viajando en barco de España a Marruecos, territorio que goza aún del exotismo que tanto atrae para narraciones con mirada clásica.

Los perdonados

Sugerente inicio cuyas sutilezas se ven interrumpidas por el choque frontal de la trama, tal y como hizo McDonagh con 'Calvary', su largometraje más aclamado hasta el momento. En ese viaje al oasis, al palacio perdido en medio del desierto donde los protagonistas deben acudir al ágape de una pareja de amigos, el matrimonio protagonista atropella mortalmente a un joven que solo quería venderles fósiles. McDonagh bien podría haber ejecutado el filme de manera en que el marido y la mujer optasen por intentar ocultar el crimen, pero el realizador, quien firma también el guion, enfrenta a sus protagonistas a una terrible verdad: la desidia de un sistema corrupto que opta por mirar hacia otro lado cuando las víctimas son gente de origen humilde.

'Los perdonados' muestra sus cartas rápidamente, realizando un esmerado y crítico retrato de la alta burguesía y la jet set, con un escenario propio del período colonial pero que McDonagh lleva a la actualidad, en una atmósfera de contrastes con la que el cineasta recuerda que, a pesar de los años, ciertas cosas no han cambiado, como la sensación de cierta impunidad de la clase pudiente. Tanto con el matrimonio protagonista, como la pareja homosexual de anfitriones y el resto de invitados, McDonagh realiza una crítica cuyos protagonistas bien podrían haber sido los personajes principales de 'El ángel exterminador' en el desierto del Sáhara.

Los perdonados

Ahora bien, McDonagh opta por los claroscuros, con un protagonista, un magnífico Ralph Fiennes, que vive a caballo entre el tormento de haber acabado con la vida de una persona y la aparente indiferencia que su acomodada posición le ha otorgado. En medio, el relato de matrimonio en crisis, en el que ambos parecen haberse entregado a los placeres de la banalidad. El realizador aborda todo ello bajo la elegante capa del cine de suspense, en el que introduce la sensación de que algo terrible puede suceder en cualquier momento, especialmente cuando irrumpe en escena la familia del atropellado.

Elegante drama de suspense con un cuidado aspecto visual que hechiza

Aquí es donde se ve la fuerza del cine de McDonagh, quien ya abordó las desigualdades sociales tanto en 'Calvary', donde un protagonista inocente expiaba las culpas de una institución podrida, y como en 'El irlandés (The Guard)', en la que, a modo de comedia ácida, dejaba en evidencia el racismo en la sociedad; con 'Los perdonados' lo convierte más en una perspectiva de clase, en la que sutilmente muestra cómo la capacidad de vivir en paz con uno mismo, la capacidad de redención o el sentimiento de honor no entienden de dinero. En ese aspecto, se agradece que el realizador se haya atrevido dándole el mismo protagonismo al elenco marroquí, en el que deslumbran unos magníficos Saïd Taghmaoui, Ismael Kanater y Mourad Zaoui.

Es más, llega un momento en el que los actores marroquíes llegan a tener una profundidad y complejidad mayor que el de las grandes estrellas del filme, Ralph Fiennes y muy especialmente Jessica Chastain. La ganadora del Oscar por 'Los ojos de Tammy Faye', a pesar de ser la protagonista de una escena que resume el filme al leer 'El inmoralista' de André Gide la mañana después de haber presenciado el atropello, se siente un poco desaprovechada, especialmente en un elenco que, además, cuenta con un reparto de lujo en el que dos estupendos Matt Smith y Caleb Landry Jones ejercen de certeros anfitriones y con un elenco internacional en el que tienen sus momentos de brillo Alex Jennings y Marie-Josée Croze.

Los perdonados

McDonagh realiza un thriller realizado de manera clásica, que evoca el espíritu de filmes como 'El talento de Mr. Ripley' o 'Las dos caras de enero', gracias también a unos escenarios impresionantes, que muestran una belleza entre exuberante y decadente, con un diseño de producción espléndido, obra de Willem Smit; una fotografía cuidada que trae esos aires desérticos de títulos como 'El paciente inglés' o 'El cielo protector', realizada por Larry Smith, quien estuvo detrás de la fotografía de 'Eyes Wide Shut' y 'Solo Dios perdona', y una banda sonora que realza ese sentimiento a clásico, compuesta por Lorne Balfe.

Con unas interpretaciones estupendas, en las que destaca especialmente el elenco marroquí y un apartado técnico exquisito, 'Los perdonados' es ese tipo de cine que reivindica su posición en la gran pantalla, una propuesta clasicista que encandila por su apuesta por traer esa atmósfera de antaño y por ese tono de thriller exótico propio de las novelas de Patricia Highsmith. Un filme con el que McDonagh se reconcilia consigo mismo y que muestra que, de momento, sigue jugando mejor en casa.

Nota: 7

Lo mejor: Su aspecto técnico y una fotografía magnífica. El reparto marroquí, especialmente Mourad Zaoui e Ismael Kanater.

Lo peor: Tras una presencia elegante y sutil, McDonagh peca de recrearse demasiado, provocando que lo que es un drama de suspense denso deje cierta sensación de que su trama se aletarga en exceso.