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CRÍTICA

'Quién lo impide': ¿Qué se siente al ser tan joven?

Lo nuevo de Jonás Trueba es más que un documental, que un experimento y que el cine mismo

Por Luisa Nicolás 22 de Octubre 2021 | 09:00

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Definir 'Quién lo impide' es una tarea tan monumental como el propio concepto del proyecto: "una llamada a transformar la percepción que tenemos sobre la adolescencia y la juventud". Cinco años le ha costado a Jonás Trueba cerrar una película que desafía los límites del cine y su concepto del tiempo, cinco años en los que ha acompañado a un grupo de jóvenes a los que conoció cuando rondaban los 13 o 14 y ahora se adentran en la veintena. Sin una estructura definida, ni género, ni formato, ni siquiera guion, 'Quién lo impide' mezcla, funde y confunde realidad y ficción como la única manera posible de ofrecer un relato fiel de lo que somos antes de ser las personas que seremos, rompiendo incluso sus propios mecanimos en el tramo final.

En 'La reconquista', Trueba fichó a Candela Recio y Pablo Hoyos para interpretar a las versiones adolescentes de sus protagonistas, Manuela y Olmo, y tras su estreno y sin ningún plan ni obligación, solo por el placer de pasar tiempo juntos con una cámara, empezó a crecer 'Quién lo impide'. El cineasta se entrevistó con otros chavales/as, Recio y Hoyo sumaron a sus amigos al proyecto y entre todos empezaron a decidir qué rodar y cuándo hacerlo.

'Quién lo impide'

En un momento del metraje, muy al principio, Trueba les pregunta a ellos cómo les gustaría ser retratados en el cine, en que clichés o falta de ellos estaría escondida su verdad. Para encontrarla, el director se mezcla con sus personajes sin iluminación, ni producción ni más cámara que él mismo y sus propios protagonistas sujetando la pértiga, una metodología intima que siempre persigue en sus películas. Les acompaña a veces como si fuésemos invisibles y en otras ocasiones como si les interpelásemos directamente, la película se transforma y te obliga a replantearte el lugar que ocupas en ella entre espectadora y testigo.

'Quién lo impide' mezcla los testimonios de los adolescentes capturados en entrevistas con conversaciones reales y relatos ficcionados de lo que podrían ser sus propias vidas. Al público le costará distinguir dónde empieza lo auténtico y termina la narración, si acaso ellos mismos lo saben. Una solo puede enfrentarse a sus 3 horas y 40 minutos de metraje con curiosidad e intriga por lo que nos va a contar tanto por cómo va a hacerlo. La película está dividida por dos interludios de 5 minutos y varios capítulos con una estructura impredecible y caótica. Algunos fragmentos, sin embargo, sí se reconocen como memorias de mentira, con su voz en off y sus secuencias planeadas y bucólicas: la historia de amor 'Capricho extremeño' y el viaje de fin de curso 'Sin vamos 28, volvemos 28' son dos ejemplos. Y es precisamente en este episodio que transcurre en diferentes ciudades andaluzas y que podríamos definir como una aventura teen costumbrista, donde se nos abre una ventana a los otros adolescentes, los que no se revelan y parece que sueñan más pequeño. Porque protagonistas en 'Quién lo impide' hay muchos y ninguno, es Candela que atraviesa toda la película y los son todos a la vez.

'Quién lo impide'

Como son y como les vemos

Si el cine adolescente siempre ha estado dirigido por adultos, Trueba busca romper esa premisa hasta el punto de dejarlos por completo fuera de la película con todas sus consecuencias. Porque sí, los adolescentes pueden ser fascinantes, pero no son siempre interesantes y de hecho adolecen de banales, egoístas y por supuesto vehementes, como debe ser. Se están formando, se están equivocando, están viviendo por primera vez. Y así parece que los ve el director, por primera vez, y como si todo lo que les pasa o piensan fuese a seguir reverberando el resto de su vida, aunque por suerte no sea así. En este caso 'Quién lo impide' peca de ilusa, palabra con la que Trueba define toda su carrera.

Sin intentar ni pretender ser ningún estudio sociológico ni un retrato fiel, aunque sí honesto, de nuestra juventud, 'Quién lo impide' debería aliviar los prejuicios que tenemos contra ellos y que no han hecho más que agravarse con la pandemia, señalados de irresponsables y culpados una a una de todas las olas de contagio. El confinamiento llegó para partir en dos nuestras vidas, la de todo el mundo, pero marcará especialmente a esa generación que tenía que empezar a ensayar la vida adulta, independiente y libre. Por supuesto que montaron fiestas cuando eran ilegales, se juntaron, se besaron y se tocaron cuando no se podía siempre que podían, pero la película en su optimismo también nos muestra a una juventud comprometida con el futuro, interesada en él y el espacio que van a ocupar. Vamos a dejarles que camelen, aunque se nos haya olvidado lo que se siente al ser tan joven.

El resultado es una película que no lo es, un documental que no documenta, un experimento cinematográfico de libertad creativa y sin duda un proyecto que respira al margen de nuestras expectativas o las pretensiones comerciales. Tiene una duración porque todo tiene que acabar, pero 'Quién lo impide' se niega a encorsetarse y dejar que podamos definirla, solo nos queda atravesarla.

Nota: 7

Lo mejor: Como se funden realidad y ficción.

Lo peor: Los adolescentes no son tan interesantes como el director los ve.

Películas
  • Año: 2021
  • 220 min. España Drama
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